Arte y tecnología que cambian vidas

  • 23/01/2023 08:55
Tres iniciativas socioculturales pretenden impactar la vida de niños y jóvenes en riesgo social, mediante la música y la tecnología
El programa Sandbox, de la Fundación Espacio Creativo

“Existen comunidades donde hay mucha violencia y estar en un programa así, ayuda [a los niños y jóvenes] a mantenerse alejado de los ambientes peligrosos”, dijo la señora Lucía, madre de Josué Smith, un niño de 9 años que descubrió su pasión por el violín en el Programa de Iniciación Musical que la Red de Coros y Orquestas Juveniles tiene en Kuna Nega.

Ingrid Rosales, coordinadora del proyecto, explicó en entrevista con La Estrella de Panamá que la dinámica del programa permite a las personas que viven en comunidades “menos favorecidas”, tener la oportunidad de pertenecer a una agrupación musical como la Orquesta Sinfónica preinfantil y seguir avanzando hasta llegar a formar parte de la Orquesta Sinfónica Infantil, donde desarrollan su talento mediante clases prácticas y distintos escenarios a nivel nacional.

Según Rosales, el programa de iniciación musical tiene presencia en casi todo el territorio nacional y dio inicio en Kuna Nega en 2019, en las instalaciones de la escuela primaria de Kuna Nega. “Atendimos al total de la población de niños de kínder para ese año”, comenta.

“La dinámica del programa permite orientar a los niños a ejecutar un instrumento de cuerda frotada de una orquesta sinfónica, como violín, viola, violoncelo o contrabajo”, detalló.

Niños integrantes de la Red de Coros y Orquestas Juveniles de Panamá

Una dinámica que se vio obstaculizada por la pandemia, confiesa Rosales. “Se tornó un poco más complicado poder hacer llegar los instrumentos reales a estos niños, sin embargo, fue un momento de provecho para continuar con el gusto por la música y comenzaron a recibir sus clases de forma virtual”.  Con el tiempo se pudo restablecer, logrando entregar los instrumentos de música en las comunidades.

Este 12 de enero se llevó a cabo la campaña 'la música nos transforma', que busca destacar los beneficios y el impacto positivo que la Red Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juvenil de Panamá tiene en los jóvenes que la conforman.

La Red Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juvenil de Panamá cuenta con 5.000 miembros a nivel nacional, está presidida por  Electra Castillo y se desarrolla en colaboración con el Ministerio de Cultura.

El programa Sandbox
Curso impartido en el programa Sandbox, esta semana.

La directora del programa Sandbox, de la Fundación Espacio Creativo, Alicia Vivas, ve en los niños y jóvenes que integran el programa que preside, un ejemplo de “resiliencia, talento e inteligencia”, así lo declaró en conversaciones con este medio.

Es un programa que abarca a jóvenes entre los 12 y 25 años de edad, que pertenecen a las comunidades de El Chorrillo, Santa Ana, Barraza, San Felipe y otras, donde los participantes acuden a talleres y capacitaciones en habilidades blandas, uso de herramientas digitales, fotografía, creación audiovisual, programación, diseño sonoro y diseño gráfico.

“Para mí, como directora del programa, es muy poderoso que ellos se expongan a distintos oficios y oportunidades... eso les da la oportunidad de explorar y encontrar su talento”, dijo.

El programa abarca tres fases: un taller introductorio denominado 'habilidades del siglo XXI', que según cuenta Vivas, consiste en un curso que “enseña habilidades blandas, pensamiento crítico, desarrolla la creatividad, el liderazgo, manejo del estrés, trabajo en equipo y uso de herramientas digitales”.

Lanzamiento del programa 'La música nos transforma'.

La segunda fase consiste en la realización de diversos cursos, como fotografía y creación audiovisual. “Tenemos un currículo de casi 30 cursos... la idea es que al finalizar la clase ellos puedan crear sus propias obras”, agregó.

“Luego de que se acaba el curso de creación audiovisual, hacemos una muestra, con una pantalla grande, para que los chicos puedan traer a sus familias y que venga la comunidad, donde los chicos pueden enseñar su trabajo”, relató.

De esta forma, el programa “cumple su función de integrar arte y tecnología”, para brindarles la oportunidad de ser una “inclusión productiva, dentro de las industrias creativas”.

En su tercera fase, el proyecto abarca un periodo de pasantías, en el cual los jóvenes mayores de 16 años pueden realizar una práctica en alguna de las 15 organizaciones con las que Sandbox tiene convenio.

“Tenemos una coordinadora de pasantías, que los prepara para ingresar a estas organizaciones. Les enseña a prepararse para las entrevistas, a comportarse adecuadamente en un entorno laboral, a desarrollar hojas de vida y a estar conscientes de sus talentos y aspiraciones”, explicó.

Algunas de las organizaciones con las que tiene convenio son: el Museo de Arte Contemporáneo, el Teatro Nacional, la Ciudad del Saber y productoras de cine y videojuegos .

Las pasantías tienen una duración de cinco a seis semanas, y esta semana empezó un nuevo ciclo de pasantías, en las cuales 19 jóvenes han podido incorporarse a estas organizaciones.

Desde su creación, en 2020, este programa ha “impactado” a casi 330 jóvenes; de ellos, 250 terminan haciendo los cursos técnicos y, de esa cantidad, 40 han culminado pasantías, detalló Vivas.

“Ha sido muy satisfactorio ver cómo hay chicos que ya están trabajando, porque la mayoría de los pasantes (38/40) ha recibido sus cartas de recomendación”, añadió.

Sobre los participantes, Vivas dice que “todos vienen de comunidades en riesgo. “Son jóvenes que lamentablemente no han tenido oportunidades en desarrollo como estas, con equipos de altas tecnologías”, pero que “descubren su pasión” en este programa.

Otro dato relevante es que como socios de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el programa también incluye a personas refugiadas. “Entre el 20% y 30% de los jóvenes que atendemos son refugiados o solicitantes de refugio”, explicó.

La incorporación de jóvenes refugiados es catalogada por Vivas como “muy positiva”. “Aquí nadie se pregunta de dónde eres, es un espacio seguro y sano para que, entre jóvenes, se integren... Aquí todos terminan siendo amigos”.

El programa Sandbox es impulsado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la  Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), Acnur, y otras entidades.

En un inicio, los participantes del plan eran los jóvenes del programa Enlaces, otra de las iniciativas que desarrolla la Fundación Espacio Creativo, que involucra la danza contemporánea. Pero con el tiempo, este se expandió. “Hemos logrado hacer alianzas con otras fundaciones u organizaciones, como el Movimiento Nueva Generación, o Acnur, que nos refiere a los jóvenes”, relató.

“Hacemos un trabajo arduo de seguimiento y monitoreo de los jóvenes, para asegurarnos de que vengan y aprovechen el espacio”, agregó.

Para Vivas, el programa Sandbox se enfoca en la “inclusión productiva”, esto quiere decir que forman a los jóvenes en trabajos que no suelen ser habituales, pero que son demandados en el mercado laboral. “Acá aprenden programación, creación de videojuegos, diseño gráfico, sobre tokens no fungibles (NFT) y metaverso”.

Sonidos del Barrio

Actualmente el proyecto 'Sonidos del Barrio' se ha convertido en una vía para tender puentes entre la música y los jóvenes en riesgo social. Con la iniciativa que se desarrolla en algunos corregimientos del distrito de Arraiján, Panamá Oeste, de la mano con la Dirección Nacional para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (Dipred), el Ministerio de Gobierno, la Fundación Podemos y la Banda Republicana, cerca de 35 jóvenes en riesgo social reciben educación musical, con el fin de que puedan desarrollarse cultural, académica y socialmente.

Según explica Rodríguez, director de la Banda Republicana, el Gobierno Nacional ha invertido cerca de $120 mil para la compra de instrumentos musicales y otros elementos.

El proyecto lleva cerca de ocho meses, y como parte de este programa los jóvenes son introducidos en bandas de colegios en Arraiján. “El desarrollo de los jóvenes ha sido muy bueno”, opinó el funcionario, quien señaló que ya han realizado giras con estos jóvenes.

El proyecto no se limita a lo musical pues, según Rodríguez, también se les ofrecen charlas con psicólogos, sociólogos y otros especialistas que complementan su aprendizaje.

“Se consideró Arraiján por ser uno de los distritos con mayor índice de delincuencia”, explicó el funcionario, quien considera que, producto de este programa, “los jóvenes que participan han logrado cambiar radicalmente su manera de pensar sobre la sociedad... es un proyecto muy bonito”, concluyó el músico y director.

La historia de Josué y Anibal

Josué Smith y Aníbal Arosemena, dos niños que forman parte del proyecto que la Red Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juvenil de Panamá tiene en Kuna Nega, nos cuentan su experiencia

Aníbal tenía cuatro años cuando empezó en la Red de Coros y Orquestas Juveniles. En ese entonces tocaba maracas y otros instrumentos de percusión, pero todo cambió cuando conoció el violín. “Escogí el violín porque lo veía muy especial para mí... me gusta cuando toco”, dijo Aníbal Arosemena, quien ya tiene 9 años y estaba tocando 'Debajo de un botón', antes de conversar con este medio.

“Él solito escogió el violín, porque le llamaba la atención”, dijo la señora Deisy, madre del joven Aníbal, quien se encuentra “encantada” con la participación de su niño en la orquesta. “A nosotros nos ha encantado. Hemos visto su evolución en la música, como en sus relaciones con los demás niños”, dijo.

La pasión de Aníbal por su instrumento lo ha llevado a querer decidirse por seguir practicando el violín y estudiarlo más adelante, una pasión que contagió a su familia, la cual considera que la 'Orquesta Preinfantil' ha traído cambios importantes en su comunidad.

“Me gustaría que mi niño siguiera estudiando el instrumento más adelante, pero esa es su decisión, yo lo voy a apoyar al 100%”, aseguró la madre de Aníbal.

“He visto más unión entre los papás [de la comunidad]. Nos ayudamos mutuamente y vendemos sopita para poder ayudarnos con el transporte”, comentó la señora Deisy.

Un caso similar al de Aníbal es el de Josué Smith, quien empezó con el violín a los cinco años y actualmente, con nueve años, sigue adelante con la música. “Me gusta estar con mis amigos y tocar... [Escogí el violín] porque me gustaba verlo y cómo sonaba”, explicó Josué a 'La Decana'.

“Me gustaría seguir con la música, porque me gusta cuando toco”, dijo el niño con ilusión, una ilusión que no ha afectado su desempeño académico, según comenta la señora Lucía, madre del joven artista.

“Él se ha mantenido bien en la escuela, desde que entró al programa... No ha tenido ningún problema, él es un niño muy aplicado”, señaló la entrevistada.

“Estoy muy contenta porque estos programas no suelen llegar a las comunidades de bajos recursos. Todas las mamás estamos felices de ver el compromiso que nuestros hijos le dan a este programa”, aseguró Lucía.

“Me encantaría que mi hijo siguiera en la música, si él permanece en eso, nosotros lo vamos a apoyar en todo... no es el primer niño que tengo y me hubiera gustado que mis otros hijos también hubiesen aprendido a tocar un instrumento”, confirmó.

“Animo a todas las madres a que, si se da la oportunidad, puedan incluir a sus niños en este tipo de programas, porque hay comunidades muy violentas y esto ayuda a los niños a mantenerse alejados de eso”, dijo la madre de Josué, quien espera que con estos programas la imagen de la comunidad de Kuna Nega vaya a mejor. “Yo espero que con esto la comunidad no se vea como antes nos veían, porque antes era vista como un lugar peligroso, pero quiero que la vean de otra forma, porque de este lugar pueden salir grandes personas”, finalizó.

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