Las dos caras de la reelección

Somos un movimiento institucional, nos motiva principalmente el respeto a lo establecido en la Ley 24, orgánica de la Universidad de Panamá, donde quedó claro que no habría una reelección de las actuales autoridades universitarias.

En 2006, quedó definido un norte para la Universidad de Panamá, basado en la renovación de sus autoridades principales. Fue uno de los puntos que permitió llegar a un consenso en torno a las modificaciones que en ese momento, siendo nosotros diputados, impulsamos en la Asamblea Nacional. Allí, en el artículo 34, se deja muy claramente establecido que las autoridades universitarias que resultaran electas a partir de la vigencia de esta ley, durarían cinco años en el cargo y no podrán ser postuladas para el mismo cargo por los dos siguientes períodos.

Qué, por ejemplo, Gustavo García de Paredes no podría postularse para una reelección, de acuerdo con lo que la norma establece.

Fíjese.. las razones que utilizan para justificar un cambio en el estatuto universitario promoviendo la reelección no son consecuentes con la realidad que vive la Universidad de Panamá. Son, a nuestro juicio, fórmulas contrarias al compromiso ético y moral que se asumió en 2006.

Cambiar las reglas que se establecieron en la reforma de 2006 nos ubica fuera del contexto de la real universidad, aquella del libre juego de ideas, de propuestas concisas, de aportes, de democracia. Sumerge un proceso que debe llevarnos al fortalecimiento de la institucionalidad de nuestra casa de estudios en uno lleno de incertidumbre y carente de auténtico sentido de lo académico.

Exactamente. Y si ese referendo se llegase a aprobar, ya hemos remitido nota al Organismo Electoral Universitario, una propuesta de criterios mínimos que garanticen un proceso transparente.

Por ejemplo, crear una Comisión Observadora del Referendo, compuesta por gente de reconocida solvencia en el país; que las autoridades universitarias cuya aspiración a reelegirse sea notoria, se separan al menos un mes antes del referendo para evitar el uso de recursos oficiales en la promoción de sus aspiraciones.

Proponemos mejorar la carrera docente, revisar los mecanismos que se utilizan para los ascensos de categorías de los profesores regulares y especiales; mejorar la forma de evaluación de los concursos para que los profesores no envejezcan, en espera de resultados. Proponemos una descentralización del poder administrativo, a fin de fortalecer las unidades básicas. Revisaremos el modelo de evaluación educativa semestral imperante, el cual nos tiene en desventaja frente a las universidades privadas, los estudiantes deben ser llevados a la excelencia académica y no condenarlos al ostracismo. Para esto no es necesario modificar la Ley 24, sino hacer cambios en el estatuto universitario.

Representamos un amplio sector de la vida universitaria. Las tres asociaciones de profesores de la Universidad de Panamá, la Asociación de Empleados y el Movimiento Universitario 2025, al cual pertenezco. Como puede ver, estamos unidos todos los grupos que integran el quehacer universitario.

En los últimos años, la Universidad de Panamá ha logrado establecer una serie de iniciativas trascendentales, además de incrementar la oferta académica en áreas del saber humanístico y científico. La administración del Rector Gustavo García de Paredes, además de estos logros, ha sabido conjugar un rol que mantiene relaciones de armonía y colaboración entre las instancias relacionadas con la educación y la administración.

¿Por qué si un buen administrador, un buen educador y un visionario debe dejar un trabajo a medio palo...?. Eso sucedería, si las actuales autoridades no pueden continuar la labor de transformación que ha llegado a acciones concretas, como por ejemplo, el programa Universidad-Empresa; el monitoreo de la radiación ultravioleta y el Cambio Climático; cursos en áreas de aplicación docente directa, para educadores del Ministerio de Educación, la creación de carreras técnicas en Informática, Protocolo y Relaciones Internacionales, las cuales deben llegar al grado de Licenciatura próximanente. Son proyectos que están en movimiento, y hay otros más.

Si así fuera, no tendríamos a los principales gremios de educadores, administrativos y estudiantes unidos por lo que consideramos son pasos fundamentales en el fortalecimiento de la institucionalidad, fomentar la investigación coadyuvar en las transformaciones que requiere el sistema educativo panameño.

La Universidad es amplia en cuanto a los criterios y corrientes de pensamiento que la forman. Defendemos nuestra posición con la solidez de un proceso que ha logrado la unidad y la concertación de los universitarios. Hay quienes se apasionan con esto.. nosotros estamos convencidos de que nuestra propuesta cuenta con el respaldo de los universitarios y por eso, solicitamos que se lleve a una consulta que deje claro que continuar con el actual proceso, con autoridades probadas en su cargo, es conveniente a la educación superior del país.

Hemos llegado a un grado de unidad y concertación no visto antes en la Universidad de Panamá; esto implica participación efectiva, democracia y, sobretodo, un manejo sólido de los principios que permitieron fundar esta casa de estudios. Consideramos que es conveniente al interés nacional poder reelegir al menos por un período más autoridades universitarias con una hoja de servicios limpia y de excelencia. Para esto, modificar la Ley 24 es imprescindible. No darle la oportunidad a quienes han demostrado capacidad y solvencia al frente de la administración universitaria es un craso error, e incongruente con el interés de excelencia y desarrollo del país.