La otra cara del padrinazgo político

Actualizado
  • 28/09/2010 02:00
Creado
  • 28/09/2010 02:00
PANAMÁ. . ¿Cómo puede un candidato a alcalde costear una campaña de 250 mil dólares si su salario en 4 años apenas ronda los 144 mil d...

PANAMÁ.

¿Cómo puede un candidato a alcalde costear una campaña de 250 mil dólares si su salario en 4 años apenas ronda los 144 mil dólares?

Este ejemplo —aunque parezca irracional— reafirma la lucha de los partidos políticos por la conquista electoral y alcanzar el poder.

De hecho, las campañas políticas son cada vez más costosas y atraen el interés de los padrinos políticos quienes, muchas veces, miran estos procesos como una ‘inversión’.

En definitiva, el tema ha generado intensos debates a la hora de tratar de establecer regulaciones en las donaciones privadas.

Recientemente, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, incluyó una nueva reglamentación en torno al polémico tema.De acuerdo con el documento, las personas que hayan financiado campañas políticas para los cargos de presidencia, gobernaciones o alcaldías, no podrán realizar contrataciones con entidades públicas.Y en Panamá, la experiencia registrada en las pasadas campañas electorales ha dejado al descubierto la importancia de establecer regulaciones.

LAS CIFRAS DEL TE

Tomando en cuenta las cifras que reposan en la Dirección de Auditoría Interna del Tribunal Electoral (TE), un total de 25 millones 581 mil 269 dólares con 41 centavos recibieron las nóminas presidenciales en el renglón de financiamiento privado durante la última campaña electoral.

De esta cifra, la nómina que registró más padrinos políticos fue ‘Alianza por el Cambio’, que encabezó el actual presidente de la República, Ricardo Martinelli, al reportar ingresos de personas naturales y jurídicas por un monto de 17 millones 424 mil 869 dólares con 85 centavos.

Mientras que ‘Un país para Todos’, liderada por Balbina Herrera, registró ingresos —tanto de personas naturales como jurídicas— por el orden de los 8 millones 136 mil 399 dólares con 56 centavos.

Si comparamos matemáticamente la cantidad de donaciones que recibió ‘Lady B’ con la campaña que ‘caminó en los zapatos del pueblo’, fácilmente podemos concluir que el hoy jefe del Ejecutivo recibió, en donaciones privadas, 9 millones 288 mil 470 dólares con 29 centavos más que la nómina del PRD.

Mientras que en último lugar, pero no menos importante, se encuentra la nómina ‘Vanguardia Moral de la Patria’, dirigida por el hoy fallecido ex presidente Guillermo Endara Galimany, que solo registró en la Dirección de Auditoría Interna ingresos en donaciones privadas por 20 mil dólares.

Según los registros, esta cifra la aportaron sólo dos donantes jurídicos.

Indudablemente, bochornosos y un insulto a la pobreza del país fueron los excesivos montos que recibieron, tanto de personas jurídicas como naturales, las diferentes nóminas presidenciales en las pasadas elecciones.

Ante esta realidad, surge una enigmática interrogante: ¿cómo podemos construir una democracia más transparente?

UN DEBATE NECESARIO

Según el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), luego de varios estudios y ejercicios de comparación en materia de legislación, encaminados a regular el financiamiento de la política, este organismo ofrece tres recomendaciones.

La primera (lo urgente) se enfoca en profundizar o mejorar la regulación del financiamiento privado mediante topes; la segunda (lo deseable), reducir los períodos de campaña e incrementar el financiamiento público y minimizar el privado; y la tercera (lo posible), actualizar mejor los consensos que se logren en la Comisión de Reformas Electorales para que sean apoyadas por los diputados de la Asamblea Nacional.

OPINAN LOS ANALISTAS

En ese sentido, el politólogo Harry Brown opinó que en Panamá este debate ‘es necesario’ si tomamos en cuenta las experiencias.

‘Lo hemos visto no sólo en la campaña del año pasado, sino en las anteriores, donde aparentemente entró dinero ilegal’, expresó el experto.

Según el analista político José Isabel Blandón, lo ideal es que las campañas políticas sean financiadas al 100% por el Estado y, además, hay que establecer topes a las campañas.

A criterio del experto, con ello se elimina el dinero sucio y el exceso de recursos.

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