La Historia, la sociedad y la política en Panamá

Actualizado
  • 11/08/2013 02:00
Creado
  • 11/08/2013 02:00
Está asentada la directriz metodológica de que el estudio de la historia política opera en varios niveles; premisa teórica que es igualm...

Está asentada la directriz metodológica de que el estudio de la historia política opera en varios niveles; premisa teórica que es igualmente válida para la historia en general. En ese sentido, el historiador francés Jacques Le Goff planteaba la distinción entre la historia política tradicional y una nueva historia política de corte sociológico.

La primera es ‘narrativa y episódica’. La otra se mueve en el largo plazo y estudia las ‘fases y tendencias’ en la sociedad. Con todo, Le Goff definía también una historia intermedia que daría cuenta de las crisis, donde la turbulencia de los acontecimientos develarían el papel que en la sociedad juega la dinámica de sus estructuras.

En Panamá el estudio tendencial de la historia política está centrado en el acontecimiento, la anécdota y la biografía. Siguiendo a Le Goff, falta una ‘nueva historia política’ que se oriente en el estudio de las estructuras contenidas en el análisis social y donde sociológicamente se privilegie el estudio del poder. Sin embargo, la única manera de renovar la construcción crítica de nuestra historia política está en vincular la dinámica de las instituciones de poder —construidas a lo largo del Panamá Republicano—, con los grupos sociales y el conflictivo movimiento de la sociedad. Quizá lo más cercano a esto es La Democracia en Panamá, de Marco A. Gandásegui.

DESCIFRAR Y COMPRENDER

Descifrar la compleja naturaleza del movimiento histórico de nuestra sociedad se debe, entre otras, al papel que en ella desempeñan los condicionamientos socio-económicos e institucionales (estructurales), al peso específico de los diversos intereses de acción de los distintos grupos sociales; como también la actuación de individuos que orientan sus desempeños con una combinación no siempre clara entre razón y pasión.

No obstante, a la hora de establecer el papel del individuo en el contexto de un acontecimiento portentoso (una revolución o golpe de Estado), el esfuerzo de desmitificación histórica colapsa cuando el ‘analista’ prejuzga el acontecimiento al introducir valoraciones de tipo ideológico o subsume el papel del individuo a un supuesto desempeño autónomo, elevándolo —deseándolo o no— a la condición de ‘individuo extraordinario’.

La historiografía política de nuestro país no puede prescindir de la descripción, co mo tampoco de las biografías de los llamados próceres o grandes hombres políticos. Lo que sucede es que no hemos podido comprender el papel que el definido ‘momento político’ puede tener como condicionamiento de las actuaciones del caracterizado ‘gran hombre’. Es claro que la seudohistoria se forja en la incapacidad metodológica de empinarse por encima de los acontecimientos y del papel sobrevalorado que en él juegan ciertos individuos.

Lo anterior no significa que en nuestra historia política no existan los ‘grandes hombres’, significa que una historia política tradicional como la que predomina en nuestro medio debe renunciar entre otras cosas a la vieja concepción de que el Estado lo construyen los individuos.

EL PRIMER TERCIO

En el marco de las contradicciones sociales y políticas de mediados de la década de los veinte, emerge un movimiento político que tendrá consecuencias en las décadas posteriores. Especialmente en las condiciones que permiten la llegada al poder de Arnulfo Arias, en octubre de 1940. Esta Acción Comunal, organización de corte nacionalista configurada por sectores de la pequeña burguesía y capas medias, se constituye en un bastión de lucha contra el Tratado Alfaro-Kellogg (1926), por considerarlo lesivo a los intereses del país.

Este movimiento a su vez organiza el primer golpe de Estado (2 de enero de 1931) y al cual algunos de sus dirigentes posteriormente se incorporarán al Partido Nacional Revolucionario (PNR), cuyo liderazgo se reconocerá en la figura de Arnulfo Arias.

También en estas primeras décadas de la República es la creación del Partido Comunista y del Partido Socialista (1930). (Soler)

Importancia crucial tiene el tema de la identidad nacional en este período. En el particular caso panameño, el nacionalismo como identidad cultural en proceso de constitución, se expresará en corrientes político-ideológicas que correrán paralelo a la edificación estatal a lo largo de todo el siglo XX. Sin embargo, en esta fase republicana, la construcción estatal se intentó hacer a través de la imposición de un concepto de homogeneidad étnica cultural de naturaleza eurocentrista, con la consecuente exclusión de aquellos sectores sociales que en el discurso hegemónico eran considerados como un ‘cuerpo extraño’.

Es en estos detalles, donde el análisis de la historia po lítica de nuestro país tendrá que articular las tensiones que provocan las distintas formas de dominación –tanto institucionales como culturales que se organizan en torno a la construcción estatal y sus bloques de poder—, con los asedios que desde la sociedad civil realizan los diversos movimientos sociales y políticos. En la acción social de la época que nos ocupa, estas tensiones se vincularon tempranamente a la lucha histórica por la total soberanía estatal nacional.

EL CICLO DE ANÁLISIS

No siempre el propósito de comprender el papel de un personaje histórico se realiza si no ubicamos al individuo en su contexto. Este es el esfuerzo del Ciclo de Análisis de ‘La Construcción del Estado Nacional’, cuya segunda mesa redonda se efectuará el miércoles 14 de agosto.

El Ciclo está orientado a debatir el tema del poder y en ella, el papel de las particulares características socio-económicas e institucionales (estructurales), como de la intervención de determinados grupos y movimientos sociales que condicionaron el desempeño de ciertos individuos. En esta ocasión, la Mesa Redonda está dedicada al tres veces presidente Arnulfo Arias Madrid.

La Mesa ha sido dividida en cuatro temas: ‘Arnulfo Arias y los Estados Unidos. Conflicto y Negociación’, a cargo de Alfredo Castillero Hoyos; ‘Los Supuestos Políticos e Ideológicos del Panameñismo. Arnulfismo en la Construcción del Estado Nacional’, por Rainier Del Rosario; ‘Arnulfo Arias y el Movimiento Popular: Los Obreros, los Campesinos y las Mujeres’, por Iván Quintero; y ‘El Gobierno de Arnulfo Arias y la Política de Identidad Nacional’, dictada por Ágatha Williams.

EL PROPÓSITO

La intención de conocer la historia política en tanto relación entre sociedad y poder en Panamá descansa en que sólo el conocimiento del manejo del Estado, de los soportes institucionales y sociales que permitieron y que permiten las artes del ‘saber gobernar’ o ‘mantenerse en el poder’, faculta para no repetir los errores del pasado y del presente.

Con todo, si queremos construir hacia el futuro un modelo de sociedad que lleve este país a nuevas formas de convivencia y participación social, tendrá que reconocerse— entre un conjunto de problemas no resueltos—, tanto en la subjetividad como en la norma constitucional como una sociedad multiétnica.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus