Cigarruista, electo como magistrado por ‘sus amigos’

Actualizado
  • 06/01/2015 01:00
Creado
  • 06/01/2015 01:00
El nuevo magistrado ha sido abogado litigante, diputado y juez de la Suprema Corte de Justicia. Fue candidato en las pasadas elecciones

‘Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia son mis amigos’, aseguró a La Estrella de Panamá Alberto ‘Tito’ Cigarruista, elegido ayer magistrado del Tribunal de Cuentas.

Fueron esos amigos, precisamente, quienes lo eligieron como magistrado del Tribunal de Cuentas, en reemplazo de Ileana Turner, cuyo plazo venció el pasado 31 de diciembre.

La elección se desarrolló en una sesión ordinaria de la Corte, en la que cinco de los magistrados votaron a su favor.

Cigarruista tomará posesión hoy, según nota de prensa del Órgano Judicial.

El nuevo magistrado tendrá un salario de $10 mil mensuales y los mismos beneficios y prerrogativas que un magistrado de la Corte.

El puesto tiene un término de diez años.

LOS CONOZCO A TODOS

Votaron a favor de Cigarruista los magistrados Víctor Benavides, Oydén Ortega, Harley Mitchell, Abel Zamorano y Jerónimo Mejía.

‘Sus amigos’, como los llama el también exdiputado panameñista , votaron por él porque ‘conocen mi trayectoria’, afirma Cigarruista.

‘Mitchell (Harley) trabajó conmigo en la Corte y en la Asamblea; a Benavides lo conocí en la Corte; a Ortega lo conocí en la Asamblea y en la Corte. Ellos saben que uno conoce la ley y que trabaja como loco; que uno se va a las 7 de la noche. Durante diez años trabajé con ellos’, señaló Cigarruista.

— ¿Pero, aparte de que lo conocen, qué otra razón los motivaría a votar por usted?, preguntó La Estrella de Panamá a Cigarruista.

‘El 80% de los magistrados de la Corte saben de mis cualidades profesionales y mi capacidad de trabajo. Están al tanto de mis conocimientos jurídicos. He sido litigante, magistrado de la Corte, legislador; a todos los conozco’, respondió.

—¿Se trasladó el supuesto ‘Pacto Gubernamental’ a la Corte?

‘No diga eso. Ninguno de los que votaron por mí puede ser considerado parte de la bancada del Partido Revolucionario Democrático (PRD)’, acotó.

—Hablando de amigos, ¿cuál es su relación con Zamorano?

‘Zamorano también es mi amigo; era de mi grupo de estudio. Es un año menor que yo. Abel me visitaba a la Corte; me admira’, expresó.

—Pero un hombre como usted, con tantos amigos, ¿cómo podrá desempeñarse con independencia en un puesto tan delicado?

‘No voy a recibir a nadie que tenga casos en la oficina. Solo se atiende a los abogados’, dijo.

QUÉ ES EL TRIBUNAL DE CUENTAS

Según el nuevo magistrado del Tribunal de Cuentas, las funciones de esta entidad no son muy bien conocidas por la ciudadanía.

Este tribunal, con jurisdicción en toda la República, le compete decidir la responsabilidad de los agentes y empleados públicos sobre el manejo de los fondos y bienes públicos.

La Ley 67, que norma el Tribunal de Cuentas, establece responsabilidad de tipo dolosa y culpa grave.

A diferencia del Ministerio Público, cuyas funciones son de carácter penal, este se centra en las lesiones patrimoniales después de recibir el expediente de la Contraloría.

El tribunal tiene la facultad de confiscar hasta la casa del infractor, asegura Cigarruista. ‘Lo importante aquí es devolverle el dinero al Estado’, afirmó.

Los fallos del Tribunal son apelables ante la Corte Suprema.

Reformar el Tribunal

Cigarruista llegará al Tribunal de Cuentas con sus propias ideas y proyectos. Piensa que una de sus primeras tareas deberá ser trabajar por dotar de mayor independencia al tribunal.

A su criterio, es necesario modificar la Ley 67 que lo rige. Posteriormente, cuando se ejecuten las reformas constitucionales, ‘habrá que darle independencia’, explicó.

Cigarruista propone que el Tribunal de Cuentas actúe de oficio y no a instancias de la Contraloría, como ocurre actualmente.

‘Una vez que la Contraloría hace el áudito, como sucede hoy día, lo ideal sería que envíe el expediente al fiscal y no al Tribunal, para que éste actúe directamente. Actualmente, hay mucha burocracia en los procesos. No es funcional’, señaló.

El recién nombrado magistrado también considera que la entidad debe tener sus propios auditores y no depender de los de la Contraloría.

Cigarruista asegura que hará un análisis profundo de todos los casos pendientes que involucren lesión patrimonial: ‘todos los casos que no han prescrito, pues los delitos de peculado prescriben a los 10 años’, precisó.

LA VOTACIÓN

Los magistrados habían sido citados a las diez de la mañana, ayer lunes 5 de enero, en el Salón del Pleno de la Corte Suprema de Justicia.

Los primeros en llegar fueron Harry Díaz, José Ayú Prado, Hernán De León, Luis Fábrega y Abel Zamorano.

Minutos después, llegaron los que faltaban: Benavides, Mitchell, Mejía y Ortega, quienes sostenían una pequeña reunión previa a la votación.

Según la mecánica acordada, cada uno podía tener cuatro candidatos. Así, en la primera ronda, había 53 aspirantes. Luego, se reduciría a 36 probables.

La decisión fue tomada en dos horas.

Benavides y Ortega postularon a Cigarruista; Ayú votó por Gabriel Fernández; Díaz, por Manuel Cupas y Fábrega, por Nelly Cedeño de Paredes. De León se abstuvo.

La postulación de Benavides y Ortega fue acogida por Mitchell, Mejía y Zamorano. Éste último, está a cargo del despacho del magistrado separado Alejandro Moncada Luna, quien enfrenta un proceso judicial.

Al momento de votar por el suplente, Fábrega propuso a Peter Chatlani y Benavides a Rolando Villalaz. La votación quedó 5 a 4 a favor de Chatlani

Votaron por Chatlani, Fábrega, Ayú Prado, De León, Díaz y Zamorano.

Mejía, Mitchell, Benavides y Ortega votaron por Villalaz.

Ayer mismo, en horas de la tarde, Chatlani declinó a la posición, aduciendo razones personales.

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