Desasosiego por propuesta de jueza municipal a la Corte

Actualizado
  • 15/01/2018 01:00
Creado
  • 15/01/2018 01:00
Cuando el Ejecutivo aprobó a Ana Lucrecia Tovar de Zarak y Zuleyka Moore de inmediato se generó una vorágine de comentarios, la mayoría con sazón negativo.

La discusión generalizada que ha impulsado la designación de dos abogadas para ocupar dos vacantes en la Corte Suprema, ha opacado otro aspecto tan o más importante para el futuro del sistema judicial: la escogencia de magistrados suplentes.

Cuando el Ejecutivo aprobó a Ana Lucrecia Tovar de Zarak y Zuleyka Moore de inmediato se generó una vorágine de comentarios, la mayoría con sazón negativo.

El salón Azul, Manuel Lenée, donde funciona la Comisión de Credenciales, se convirtió en el foro dedicado, en su mayoría a criticar acremente a ambas candidatas, sobre todo a la fiscal Anticorrupción, Zuleyka Moore. Durante la primera fase de las audiencias públicas, en diciembre, se observó que los pronunciamientos en contra y el enfoque de las cámaras iban dirigidos casi exclusivamente hacia Tovar y Moore. No obstante, los candidatos para jueces supremos suplentes prácticamente pasaron inadvertidos.

Las figuras de Judith Cossú, magistrada del Tribunal Superior de Niñez y Luis Camargo, magistrado del Tribunal Superior de Comercio, se convertirían en sustitutos de Ángela Russo, y de Tovar de Zarak. Ambas, Cossú y Camargo, no solamente han estado exentos de críticas, todo lo contrario, han sido ponderados.

Sin embargo, el caso que más llama la atención es el de Kathia Di Bello, quien hoy se desempeña como jueza segunda municipal civi, la categoría de menor rango para quienes se dedican a impartir justicia. Desde que entraron a regir las reformas constitucionales con Martín Torrijos (2004-2009), todos los suplentes para magistrados de la Corte han surgido de los tribunales superiores del Órgano Judicial.

Aunque la Carta Magna solo habla de que los sustitutos deben pertenecer a la Carrera Judicial, siempre se designa y ratifica a jueces superiores por la jerarquía que representan, toda vez que solo están por debajo de los juzgadores supremos.

En caso hipotético de que Kathia Di Bello sea ratificada, ello rompería con los escalafones de responsabilidad dentro del Órgano Judicial.

Por ejemplo, si en la actualidad se presenta una denuncia contra un juez municipal, como es el caso de Di Bello, por violación contra leyes o reglamentos, tal circunstancia sería tramitada por sus superiores inmediatos, o sea, los jueces de circuito.

No obstante, si De Bello ostentara el cargo adicional de magistrada suplente de la CSJ, ella no podría ser juzgada ni por los jueces de circuito ni por los magistrados superiores… ni siquiera por los magistrados de la CSJ. En todo caso, su expediente tendría que ser remitido a la Asamblea, la encargada, por disposición constitucional, de administrar denuncias o querellas presentadas en contra de magistrados principales y suplentes.

‘Si Di Bello es ratificada, automáticamente dejaría de ser una jueza municipal común y corriente. De inmediato ella se arroparía con un poder que la blindaría de cualquier acción disciplinaria en su contra dentro del Judicial', comentó un jurista, que prefirió el anonimato. El letrado añadió que, de seguro, cuando se presente un concurso interno para una posición de magistrado superior, ‘Di Bello la obtendría fácilmente por encima de cualquiera. Se trataría de una situación de franca desventaja para otros potenciales candidatos'.

Otro ángulo que arquea las cejas a más de uno es que el Órgano Ejecutivo no presentó suplente para la designada Zuleyka Moore. Y tampoco oficializó la principalía para llenar la vacante producida por la destitución de Alejandro Moncada Luna, quien es reemplazado por su suplente Abel Zamorano.

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