El 9 de enero, un legado cada vez más lejano

Actualizado
  • 11/01/2019 01:00
Creado
  • 11/01/2019 01:00
Este año se cumplieron 55 años del enfrentamiento entre estudiantes, especialmente del Instituto Nacional, y el ejército de Estados Unidos —acantonado en la antigua Zona del Canal— para exigir la soberanía de Panamá en esos territorios. Dos visiones sobre el tema

‘EL 9 DE ENERO ES LA FECHA QUE MARCA LA REBELIÓN DE LOS HIJOS DE VICTORIANO LORENZO POR EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN, A SER UN PUEBLO LIBRE Y SOBERANO'.

ARIS RODRÍGUEZ

CINEASTA

¿QUE REPRESENTÓ LA GESTA DEL 9 DE ENERO?

A diferencia de 1903, cuando nuestra separación de Colombia fue apenas un acuerdo hecho a la medida por parte de los Estados Unidos y los intereses de la oligarquía, la gesta del 9 de enero de 1964 representa la verdadera independencia de los panameños y panameñas en la resignificación de una bandera que, hasta ese momento, solo representaba a un sector beneficiado por el tratado Hay -Bunau Varilla, frente a una gran mayoría asediada por la presencia de los Estados Unidos en Panamá a lo largo de 61 años. El 9 de enero es la fecha que marca la rebelión de los hijos de Victoriano Lorenzo por el derecho a la autodeterminación, a ser un pueblo libre y soberano, causa por la cual fue asesinado aquel 1903. La salida definitiva de Estados Unidos de Panamá, la causa que realmente unió a todas y todos los panameños y que movilizó la solidaridad internacional con nuestro pueblo.

¿CONSIDERA QUE AÚN SE MANTIENE ESE IDEAL POR EL CUAL LUCHARON LOS INSTITUTORES?

Cincuenta y cinco años después de la gesta, resulta difícil y complejo precisar si aún se mantiene ese ideal. Quienes se opusieron a la salida de Estados Unidos de Panamá, con su consiga de que ‘de soberanía no se come', fueron los primeros que comieron de la soberanía, ostentando propiedades y negocios producto de la salida de Estados Unidos de Panamá; esos han sido los mismos que hipócritamente han trabajado en un crimen sistemático de desmemoria, de nuestra historia y nuestra identidad. Liquidaron a los movimientos estudiantiles, a los pocos que quedaron los satanizaron, eliminaron la materia de Relaciones de Panamá con los Estados Unidos; decretan como día puente el 9 de enero y se oponen a decretar el 20 de diciembre de 1989 como día de duelo nacional. Frente a este escenario, resulta difícil que este ideal permanezca vivo hoy día. Sin embargo, intelectuales, artistas, jóvenes y muchos otros hombres y mujeres aún mantienen vivo el fervor de la fecha, y emulan su significado, luchando en otras trincheras donde la dignidad y decencia son la bandera a izar a la altura merecida.

¿PANAMÁ RECUPERÓ TOTALMENTE SU SOBERANÍA?

No, nunca se han ido, y ya no están en una zona delimitada geográficamente, ahora están en todas partes: se pasean con sus dólares en nuestras empresas estatales, que fueron privatizadas para llenar los bolsillos de quienes nunca sacian su sed de riqueza. Están en los productos importados que con la complicidad de los gobiernos avasallan al productor nacional. Están en el Darién, donde con la excusa expirada de la guerra contra el narcotráfico, alardean su español mal hablado, sus uniformes verdes y armamento pesado como si habernos masacrado en varias ocasiones, hasta la fecha más cruel, el 20 de diciembre de 1989, como si no fuese suficiente para revivir el temor de otra invasión contra Panamá o contra cualquier país vecino. La cláusula de neutralidad contenida en el Torrijos - Carter es la gran deuda pendiente de un país que no puede seguir perpetuando la soberbia de Estados Unidos de disponer de nuestro territorio a su antojo, colocándonos incluso como objetivo militar de quienes buscan venganza contra ese gobierno del Norte.

¿SE HONRA EN SU JUSTA DIMENSIÓN LA MEMORIA DE LOS INSTITUTORES?

Nunca existirá homenaje suficiente que alcance la dimensión justa de honrar el sacrificio de los que ofrendaron sus vidas por nuestro derecho a ser un pueblo libre y soberano. Incluso lo aleccionador que resulta la pérdida de vidas inocentes, como la bebé Maritza Alabarca e incluso la del policía Celestino Villarreta; todas fueron vidas de panameños y panameñas que pagaron el alto costo de un tratado que ningún panameño firmó, y que en consecuencia marcó una bomba de tiempo que estalló el 9 de enero de 1964. Los gobiernos han hecho poco o nada, limitados a lo protocolar, pero quienes nunca han descansado en honrar sus memorias conforman un movimiento social donde estudiantes, obreros, artistas, feministas e intelectuales, enarbolan con pasión la bandera de lucha por nuestra dignidad. Este 2018 fuimos testigos de una marcha unitaria que llegó hasta la ‘llama eterna', erigida en el monumento a Ascanio Arosemena, indicador de que ese mismo movimiento social apunta a unificar esfuerzos para hacer el más justo homenaje a los mártires, que es recuperar en unidad el derecho a que las riquezas que genera Panamá lleguen a todos lo hogares que hoy ven, solo a la distancia, un crecimiento de 4.5% en los bolsillos de unos pocos.

UNA LUCHA LIDERADA POR ESTUDIANTES, ¿CÓMO ANALIZA EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE LA ACTUALIDAD?

El Panamá de 1964 difiere abismalmente del Panamá actual. Si revisamos la historia y analizamos los detalles, podremos percatarnos de la relación de la sociedad con sus jóvenes. Se les reconocía en su derecho a luchar por sus ideales de justicia y libertad. Este reconocimiento permitió que existieran organizaciones estudiantiles poderosas, con presencia a nivel nacional, voceras legítimas de los intereses de la juventud. Que los hechos del 9 de enero, donde estos jóvenes -respetados, amados y solo armados de la bandera panameña- fueran mancillados, despertara una gran rebelión nacional, es la mejor muestra de ese respeto y respaldo a la juventud y a sus ideales. El Panamá de hoy hace responsable a los jóvenes de su desmemoria, los señala como autores de su desgracia, como sí tener una pésima calidad de educación fuese responsabilidad de ellos, o no conseguir empleo, o no tener educación sexual; y a quienes elevan su voz frente a esto, los condenan, los persiguen y los enjuician en el café, en la reunión familiar y en el programa de televisión de todas las mañanas. Nuestra doble moral como sociedad supera los ideales por los que ofrendaron sus vidas nuestros mártires del 9 de enero de 1964.

‘EL 9 DE ENERO FUE EL PRINCIPIO DEL FIN DEL ENCLAVE COLONIAL. SE DEMOSTRÓ LA GRANDEZA DE UNA NACIÓN, PEQUEÑA EN EXTENSIÓN, PERO DIGNA ANTE UN EE.UU. PREPOTENTE'.

BÁRBARA BLOISE PERIODISTA

¿QUE REPRESENTA LA GESTA DEL 9 DE ENERO?

El 9 de enero de 1964 fue el principio del fin del enclave colonial. Se demostró la grandeza de una nación, pequeña en extensión, pero digna ante un Estados Unidos poderoso y prepotente. Representó la valentía de la juventud y su integridad, que confirma que a lo largo de su historia no es ni será negociable la soberanía de Panamá.

¿CONSIDERA QUE AÚN SE MANTIENE ESE IDEAL POR EL CUAL LUCHARON LOS INSTITUTORES?

Sí. Hay sectores de la sociedad panameña que aún mantienen la mística y el compromiso por preservar la memoria histórica y defienden la agenda de la nacionalidad como un desafío permanente. Diría que los que ayer honraron a los mártires es una excelente representación de los que creen que el ideal por el cual lucharon los institutores debe mantenerse. Son nuevos tiempos, pero es necesaria la levadura moral de la juventud, hoy más que nunca, cuando la corrupción y los oportunistas actúan al amparo de la ley y se convierten en figuras públicas que justifican acciones sin que exista la reflexión y el fomento del pensamiento crítico en la población panameña. Vivimos en una sociedad de consumo que adormece nuestras ideas y nuestras acciones.

¿PANAMÁ RECUPERÓ TOTALMENTE SU SOBERANÍA?

No. Es un proceso que aún presenta nuevos retos a la sociedad panameña. Terminamos una jornada con la entrega del Canal el 31 de diciembre de 1999 a manos panameñas. Sin embargo, hay que estar vigilantes porque el nuevo escenario mundial —sin fortalecer la identidad nacional— nos convierte en presa fácil de los que pretenden expandir su poder económico y político, para sus intereses. Panamá no ha recuperado su soberanía plena. Hay quienes no ofrendaron ni sacrificaron nada. Decían ‘de soberanía no se come'. Hoy, todos deberíamos beneficiarnos de la recuperación del territorio de la llamada Zona del Canal y de un canal ampliado. Tenemos una tarea ingente que realizar para que esos recursos lleguen a todos los panameños.

¿SE HONRA EN SU JUSTA DIMENSIÓN LA MEMORIA DE LOS INSTITUTORES?

No es suficiente lo que se programa para el 9 de enero de cada años. Hay quienes se resisten a estar en el aula máxima junto a los egresados del 64 y efectuar la caminata histórica como evento central. Mi sugerencia es que todos debemos estar cada 9 de enero en el aula máxima para realizar la caminata histórica, y después organizar todos los eventos y acciones conmemorativas. Tenemos que convencer a sectores que prefieren irse a la playa o a descansar, a los que quieren utilizarlo para otros fines con intenciones personales o políticas, los que pretenden restarles importancia a los jóvenes del Instituto Nacional, que liderizaron el movimiento que consolidó la participación de otros sectores organizados, como la Universidad de Panamá, los maestros, los sindicatos. El Instituto Nacional de Panamá es el primer colegio del país, es patrimonio histórico y el mejor homenaje que honraría la memoria de su juventud sería recuperar el liderazgo académico, científico, cultural, deportivo a través del aporte de los egresados y los ciudadanos, con programas de becas, tutorías, conferencias y talleres; así como restaurar sus edificios y reparar los daños de su infraestructura y crear una sala en el aula máxima con fotografías y videos dedicados a la juventud y su aporte a las luchas nacionalistas. ¡Prohibido olvidar!

UNA LUCHA LIDERADA POR ESTUDIANTES, ¿CÓMO ANALIZA EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE LA ACTUALIDAD?

¿Cuál movimiento? Por décadas, el movimiento estudiantil se ha ido debilitando, atomizado en diferentes fracciones ideológicas, sin fundamento y formación política, aniquilado por el sistema de seguridad del Estado y fuerzas externas que desaparecieron las asociaciones estudiantiles, los directorios, las asambleas y los órganos de gobierno de las escuelas secundarias públicas, que permitían a la juventud el debate de las ideas. Con pocas excepciones, todos los grupos estudiantiles fueron eliminados, casi en su totalidad, de las escuelas públicas. Algunos colegios tienen la policía de menores dentro de sus sedes. ¿Qué joven puede rebelarse ante la presencia policial?

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