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Javier Ordinola: 'Hay descontento y falta de credibilidad en las instituciones democráticas peruanas'
- 15/12/2022 00:00

Perú está viviendo una nueva crisis política, un desafío para su democracia. El drama no es nuevo: es el resultado de un estado fallido, que ha convulsionado ante constantes cambios de presidentes y escándalos de corrupción.
La historia política peruana parece repetirse en espiral: de la oscura época de Alberto Fujimori (1990-2000) a la de Pedro Castillo (2021-2022). Un presidente que promovió un autogolpe al congreso, pero que terminó destituido y detenido, y que podría enfrentar 18 meses de prisión por rebelión.
La llegada de la nueva presidente, la número 11 en dos décadas (Dina Boluarte), que está llamando a elecciones adelantadas, está agitando más las aguas: violentas protestas han dejado centenares de lesionados, siete muertos en los últimos ocho días, y ataques a medios de comunicación.
Perú es el tercer país más grande de América, con 1,28 millón de kilómetros cuadrados y 32 millones de habitantes. Con un alto puntaje en el índice de desarrollo humano, era una de las economías más prósperas de la región. Pero los conflictos sociales, la inestabilidad política y la precariedad laboral han causado un retroceso económico.
En este espacio del mundo americano, Javier Ordinola, abogado especializado en temas electorales panameños, tiene sus raíces. Su progenitor es oriundo de Perú. Él mismo vivió un año (1984 a 1985), en la capital de Perú, Lima, en la época en que gobernó Fernando Belaúnde Terry. Ha estudiado la historia electoral y política de la tierra andina, la del imperio Inca. Hoy, en “Jueves de entrevista” de La Estrella de Panamá” analiza la crisis política de Perú.
Lo que ocurre en el Perú no escapa de la realidad de la región. El descontento de la población por la forma de gobernar de los últimos políticos peruanos. Desde la primera presidencia de Alan García (1985-1990) (2006-2011), donde se le vinculó a actos de corrupción, hubo un descontento, una falta de credibilidad en las instituciones democráticas peruanas. Hay que recordar que en los últimos 20 años, Perú ha tenido 11 presidentes (6 elegidos y 5 sucesiones de poder).
Desde el primer golpe de Estado (1992), que propinó Alberto Fujimori, en donde defenestró al congreso y a las principales instituciones democráticas con apoyo de las fuerzas armadas, ha habido una serie de crisis institucionales y falta de confianza del ciudadano peruano hacia quienes escogen, hacia a los políticos.
Hay que recordar que Perú también ha lidiado con la existencia de la constructora Odebrecht para realizar obras de gran magnitud. En los escándalos de la constructora también han sido vinculados presidentes y algunos han sido enjuiciados. Otros han escapado a la posibilidad de ser enjuiciados presencialmente, como el expresidente Alejandro Toledo. Todo ello ha traído como consecuencia que la crisis peruana llegara, y que se repita una situación parecida a la del año 1992. Aunque entonces, a diferencia de ahora, el expresidente Fujimori contaba con el apoyo del ejército, que no lo tiene Pedro Castillo.
Es un maestro de Perú. Allá se le vincula con Sendero Luminoso, un grupo terrorista que estuvo vigente durante mucho tiempo. Se le vincula como a un líder de ese movimiento. No lo conozco, pero eso es lo que he escuchado. Lo que sí sé es que es un maestro rural, un campesino peruano que ingresó en la política. Fue favorecido en un proceso electoral, en el que también estuvo Keiko Fujimori, que no fue escogida por el temor de la población a que siguiera la línea de corrupción (de los expresidentes).
¡No, definitivamente! Repito: Perú en los últimos 20 años ha elegido a 6 presidentes. Todos han sido depuestos por situaciones vinculadas con actos de corrupción durante su mandato.
El expresidente estaba siendo investigado por la fiscalía general peruana por la comisión de algunos delitos. Ya se habían dado dos intentos del congreso para llevar a cabo la vacancia, que es declarar vacante la posición de presidente de la República.
En días pasados, el congreso peruano manifestó su intención de declarar la vacancia del presidente. Parecía que sí tenía los votos para poder declarar la vacancia del presidente a raíz de las denuncias que pesan sobre él.
Al saber que la votación se realizaría y que su posición estaba en juego, Pedro Castillo en la mañana, el mismo día que el congreso se reuniría, lo declaró cerrado. Esto lo hizo basándose en el artículo 134 de la Constitución de Perú, que le permite al presidente cerrar el congreso. Pero sustentado en un elemento, que es que el congreso haya negado, por ejemplo, la aprobación del consejo de ministros en dos ocasiones.
Aparentemente, mal asesorado, el expresidente pensó que podía usar como fundamento el 134 y cerró el congreso. Pero el congreso solo había rechazado la composición del consejo de ministros en una sola ocasión. Es decir, que no había sido en dos ocasiones. Por eso la decisión de Pedro Castillo fue mal fundamentada. A raíz de eso vemos la renuncia de varios de sus ministros que se percataron de que el expresidente había violado la Constitución.
Al darse cuenta, el congreso se reunió en horas más tempranas y tomó la decisión de destituirlo. Lo interesante es que la intervención del ejército ha sido apegada a la Constitución de la República. Evidentemente hay diferentes reacciones (manifestaciones) como consecuencia del descontento. Incluso en la ciudad de Cusco ha habido hasta fallecidos.
No siento que sea una victoria de la democracia. Los golpes de Estado de la década de 1960 y principios de 1970 fueron promovidos por los militares. Ahora lo están haciendo los civiles. Pero pasa que en el año 92, a raíz del autogolpe que propinó Alberto Fujimori, la Constitución de Perú fue reformada. Y dentro de las funciones del presidente se introdujo la posibilidad de que este pueda cerrar el congreso con fundamento en que se le rechazara en dos ocasiones el consejo de ministros.
No ganó la democracia porque hay que reconocer que Castillo fue elegido en unos comicios considerados limpios en el Perú. El Tribunal Electoral peruano procedió a darle el poder a quien sus ciudadanos habían elegido.
Ahora mismo está ocupando el cargo la vicepresidente elegida de la fórmula de Castillo. Al igual que ocurre en la Constitución de Panamá, la de Perú prevé que se hará cargo de la Presidencia de la República, el vicepresidente. Y se hará cargo en las ausencias temporales o permanentes. Y eso es lo que hizo el congreso en días pasados.
Es abogada. También muy vinculada a la tendencia de izquierda. Yo, francamente, no la conozco mucho. En el Perú, un país tan grande, no es como en Panamá, donde las figuras políticas son un poco más permanentes. Pero sí es abogada y en su discurso de toma de posesión ha solicitado el apoyo del congreso. Ayer convocó a elecciones en marzo de 2024.
Debe ser. Yo creo que lo más sano es llamar a elecciones lo más pronto posible. Y no sé si marzo de 2024 sea una fecha muy distante. Me da la impresión que sí. Puede organizarse un proceso electoral con menos tiempo de antelación. Pero si considero prudente que el orden democrático en el Perú sea retomado. Y tiene que ser a través de unas elecciones para elegir al presidente, por lo menos.
Los cargos que he escuchado son de rebelión. Un cargo de rebelión, a juicio mío, tiene que ver con tomar el poder a través de la fuerza, de las armas. Castillo no ha realizado acciones que puedan considerarse como un alzamiento en armas. No contó con el apoyo del ejército peruano ni de la policía. Pero no podemos olvidar que existe una investigación de malos manejos que estaba haciendo la fiscal peruana contra Castillo, que motivó allanamientos en la casa presidencial de Perú. Y que llevó a que vincularan a Castillo con actos de corrupción.
¡Uf! Es un tema bastante interesante.
La falta de credibilidad en las instituciones democráticas, y no necesariamente me refiero a los organismos electorales sino a la Corte Suprema de Justicia y a sus funciones de investigación. Y pienso que en Perú sí se han promovido procesos contra expresidentes vinculados a la constructora Odebrecht. Si lo comparamos con Panamá, debiera tener un poco más de credibilidad. Pero igual. Es una situación que si en Panamá llueve, en Perú no escampa. Hay situaciones similares que se están viviendo.
El descontento de la población con la clase política. Es evidente que hay que regresar al orden democrático y que prevalezcan los elementos que caracterizan la democracia de un país, que no solamente es respetar procesos electorales, sino que haya políticas públicas que resuelvan las problemáticas que tienen los hermanos peruanos.
La pandemia ha golpeado a todos los países. Perú era uno de los países que mostraba un crecimiento importante (5,9%). Pero la pandemia ha provocado un retroceso, y en Perú también.