Integridad y compromiso: Nadya Vásquez recibe la Orden Raúl Leis en reconocimiento a su labor profesional

Actualizado
  • 26/12/2021 00:00
Creado
  • 26/12/2021 00:00
La doctora en sociología repasa su trayectoria y las experiencias que la marcaron como profesional y ser humano
Es la segunda ocasión en que se entrega esta premiación creada para reconocer a los sociólogos que hayan destacado por sus estudios sobre la sociedad panameña.
Aracelly De León, Nadya Vásquez, Alma Montenegro y Griselda López
La medalla Raúl Leis. Al fondo, una foto de los padres de Nadya Vásquez

Por su trayectoria de más de 40 años de servicio en el campo de la sociología aplicada, la doctora Nadya Vásquez fue condecorada este mes de diciembre con la orden Raúl Leis Romero 2021.

Es apenas la segunda ocasión en que se entrega esta premiación creada por los ministerios de Educación y Economía y Finanzas para reconocer a los sociólogos que hayan destacado por sus estudios sobre la sociedad panameña. Es también la primera vez que se otorga a una mujer.

La Comisión Nacional de Selección decidió de forma unánime distinguir a la doctora Vásquez por su amplio rango de experiencias, sus investigaciones sobre complejos problemas sociales, particularmente los relativos a las desigualdades e inequidades, así como su gestión para dar impulso a movimientos sociales y políticas para el bienestar de la mujer, la niñez y la adolescencia.

“Es importante que reconozcamos el trabajo de la doctora Nadya y darlo a conocer. Su trayectoria habla por sí sola. Tiene el don de la humildad y el compromiso con la profesión”, comentó a La Estrella de Panamá la profesora Briseida Barrantes, presidenta de la junta directiva del Colegio de Sociología y Ciencias Sociales de Panamá, que la postuló.

La orden Raúl Leis se suma a una larga lista de distinciones recibidas por esta profesional panameña. Anteriormente obtuvo Honores de Estado del Gobierno de Ecuador por su gestión como Representante de Unicef en ese país (2014); reconocimiento como una de 10 mejores gerentes de Acción Social (Venezuela 2009); reconocimiento nacional como una de las Cien Mujeres Sobresalientes en la Construcción de una patria digna (celebración del centenario, Panamá, 2003); y el Premio Nacional de Sociología (1989) por su trabajo sobre Población y Desarrollo del Área Rural de Panamá.

Igualmente, en el año 2016 el Parlacen la distinguió como la “mujer más destacada en la lucha y defensa de los derechos humanos de las mujeres y los niños en la región de Centroamérica y el Caribe insular”.

Sociología, un campo que cobra valor

La orden Raúl Leis cobra valor en momentos en que la covid-19 y otros fenómenos están transformando de forma acelerada la convivencia social y creando nuevos interrogantes que pueden encontrar respuestas en la ciencia de la sociología, cuya meta fundamental es comprender, explicar y diagnosticar el entorno para la toma de decisiones y una mejor vida para los seres humanos.

Esta fue precisamente la aspiración que llevaba una joven Nadya Vásquez cuando decidió optar por este campo de estudios. A ello se comprometió junto a su grupo de compañeros graduandos de la Universidad de Minas Gerais, Brasil, en 1976: “Nuestro objetivo es actuar con todas las fuerzas sociales empeñadas en la transformación societaria más global con vista a realizar la democracia que requiere el pueblo-nación... Tengamos la fuerza moral, la humildad y firmeza intelectual para contribuir en el proceso para que el pueblo-nación se reconozca como fuerza social, como sujeto consciente de transformación social. Que sea este, ante todo, nuestro papel”. Se trata de un motto (lema) que relee periódicamente.

Orígenes

Nadya proviene de una familia de docentes, juristas y periodistas de raíces santeña, chorrerana y española. “Desde la infancia tuve modelos de alto sentido de la integridad, compromiso y apego a valores democráticos”, señaló en conversación con La Estrella de Panamá tras su condecoración.

Entre todos ellos, atesora el recuerdo de su abuelo materno, abogado, que ejerció durante años como juez municipal en La Chorrera. “Veíamos llegar a sus clientes a caballo en busca de ayuda. Cuando murió supimos que, como abogado, había puesto su casa de fianza para hacer justicia en el caso de un campesino”, dice la doctora Vásquez.

“De él me queda su ejemplo y la frase con que nos aleccionaba a sus nietas: 'A la gente se le recuerda por sus obras'. Para mi abuelo, las obras eran aquello que hacías en pos de la justicia social y la transformación del ser humano”, añade.

En la adolescencia ingresó al Instituto Fermín Naudeau, creado en 1959 para ofrecer a alumnos destacados una formación de excelencia y pensamiento científico.

“Allí tuve como profesores a Diana Morán y a Chuchú Martínez, gente con mentalidad revolucionaria, que nos inculcaron un alto sentido de nacionalismo y deseos de buscar nuestra soberanía en momentos en que todavía el país estaba marcado por la presencia estadounidense”.

Al terminar la secundaria se ganó una beca para estudiar en la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil. Posteriormente, otra beca hizo posible la licenciatura y doctorado en ciencias políticas en la Universidad Complutense de Madrid.

Cada momento de su vida lo vincula al entorno y realidades vividas: si en Brasil fue testigo de los resabios de la dictadura, la persecución y cierre de medios, en la España posfranquista lo fue del intento de detener los incipientes procesos democráticos a través de un fallido asalto al Palacio de las Cortes.

Cuando regresó a Panamá, empezó a trabajar en el Tribunal Tutelar de Menores, dirigido por Alma Montenegro de Fletcher. De allí pasó al Ministerio de Planificación y Política Económica, donde laboró entre 1977 y 1987, incursionando en el mundo de la planificación junto con destacados profesionales como Nicolás Ardito Barletta, Marco Fernández, Ricaurte Vásquez, Héctor Alexander, Ana de Pittí y otros.

Consultora de Unicef

Vería por primera vez los horrores de la guerra centroamericana al ser enviada a El Salvador en 1989 como consultora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Allí formó parte del equipo que negoció una tregua entre la guerrilla y el ejército a fin de realizar una campaña de vacunación infantil, algo sin precedentes en tiempos de guerra. Al mismo tiempo, trabajaba como parte del equipo de la Universidad Centroamericana (UCA), Unicef y Pnud, que preparaba un diagnóstico sobre el impacto de la guerra en la mujer salvadoreña .

“Lamentablemente ese esfuerzo no culminó debido al asesinato de prestigiosos docentes de la UCA, entre esos mi apreciado Martin Baró, con quien sería coautora de esta investigación”, señala.

“Salí de San Salvador, impresionada por la guerra y me fui a España para regresar a Panamá el día 18 de diciembre de 1989. Justo al día siguiente ocurre la invasión”, recuerda.

De vuelta a su patria ingresó a Unicef como parte del primer equipo que emprendió las tareas de este país, como oficial nacional de Programas, el inicio de una importante carrera.

Cabe destacar que para esta misma época obtuvo una cátedra en la Universidad de Panamá, donde todavía es profesora titular, posición en la que compartió con docentes como Marco Gandásegui, Carlos Castro, Gerardo Maloney, Carlos Gasnell, Néstor Mathiew y otros.

En 1994 participó en la discusión del Código de Familia, y en colaboración con otros organismos nacionales se consiguió incorporar un artículo transitorio para elaborar una ley de protección integral de la niñez.

Carrera internacional

En el año 2002, fue nombrada representante de Unicef en Belice. Allí permaneció hasta 2005 cuando pasó a ser asesora especial del director regional en la Oficina Regional de Unicef para América Latina y el Caribe en Planificación y Gestión de Cambio (2005-2007) y responsable coordinación interina del Programa de Unicef en Argentina, (2006). Posteriormente fue representante de Unicef en Venezuela (enero 2007-2011) y más tarde en Ecuador (agosto 2011-2014) .

“Así como retadores fueron los entornos en los países en que me formé, también fue un reto mi trabajo en Belice, que me hizo aterrizar en las marcas del colonialismo reciente y comprender ese tremendo vínculo que guarda Panamá con los países del Caribe anglófono, una realidad histórica que poco conocemos. En los países de la Amazonia entendí las razones de los “pueblos no contactados” para mantener su origen, y su historia fue de las mayores riquezas personales y profesionales. Impulsar diálogos en Venezuela y Ecuador luego de los procesos constituyentes me hizo comprender razones en la lógica de los pueblos, guardando el respeto por la objetividad científica y política de realidades diferentes en esta región”, comenta.

La labor de la doctora Vásquez en estas posiciones incluyó la elaboración de planes de gestión regional y de país enfocados en la superación de las desigualdades, la promoción de movimientos y acuerdos políticos para definir e implementar planes de desarrollo.

Más recientemente formó parte del Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso, que reunía a un grupo de académicos panameños empeñados en el diálogo y cooperación entre la academia y el mundo de las políticas públicas, la integración y el desarrollo latinoamericano y caribeño. Lamentablemente, la iniciativa no logró mantenerse.

Actualmente, forma parte del grupo de pensamiento de la Escuela de Gobierno de Aden School University.

“Mi carrera me ha dado y sigue dando grandes satisfacciones. La más importante ha sido y es la cercanía a la gente, aprender de la gente, y con la gente trabajar como protagonistas de la vida individual y colectiva en condiciones dignas”, sostiene.

“De la condecoración orden Raúl Leis 2021 me alegra singularmente que mi postulación fuera iniciativa de un grupo de mujeres jóvenes, sociólogas motivadas en relevar el papel de la mujer en las ciencias sociales y, particularmente, la importancia de la sociología aplicada en temas de desarrollo y el compromiso para emprender procesos de transformación social”.

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