• 06/11/2008 01:00

Disculpe, general Paredes, otra vez

Los militares panameños, en una gran mayoría, estamos muy sorprendido por la actitud que reitera en mantener un oficial militar de alta ...

Los militares panameños, en una gran mayoría, estamos muy sorprendido por la actitud que reitera en mantener un oficial militar de alta graduación.

Es importante resaltar que no patrocinamos que haya algún hecho indebido que ocultar, todo lo contrario, es que, como un oficial retirado con el grado de general, supuestamente responsable (obediencia debida en aquella época) de los actos de sus antiguos subalternos y lealtad a sus superiores, debió acudir a la justicia y decir la verdad asumiendo su responsabilidad y no prestarse a seguir levantando el morbo en los medios, sobre uno de sus oficiales subalterno y a la vez pretender responsabilizar a su antiguo jefe, ahora que no está físicamente con nosotros, para defenderse.

Ingresé a la Guardia Nacional, cuando usted era Comandante en jefe, para entonces había provocado usted la salida por la fuerza de la Comandancia de la Guardia Nacional de mi coronel Florencio Flores, un oficial ejemplar, que era el relevo normativo ante el fallecimiento repentino del líder auténtico, mi general Omar Torrijos Herrera.

Para los jóvenes oficiales de recién ingreso que no comprendíamos la situación de forzoso retiro de mi coronel Flores, la explicación era que tenía la convicción de cumplir las ordenanzas de mi general Torrijos, entre ellas, una vital, el repliegue de los militares a sus cuarteles y que los políticos asumieran su rol de conducción del país, dando fin a la participación militar en el orden constitucional.

Sin embargo, esta no fue la única muestra de ambición de poder y protagonismo político de su parte, se auto ascendió usted mismo a general de brigada, forzó la salida también del presidente de turno en esos días, para reemplazarlo por uno afín a su estrategia personal de convertirse en presidente constitucional del país, para lo cual ascendió también a general de brigada al coronel Manuel A. Noriega, con la esperanza de recibir su respaldo militar, porque según sus cálculos políticos y personales, los políticos opuesto a los militares panameños y los civiles que apoyaban el gobierno, sí lo querían a usted, no al resto de los militares.

Los militares panameños estamos de acuerdo en conocer muchas verdades, pero no en forma selectiva, oportuna y dirigida, según los intereses personales de un general militar que se resiste a pasar en la historia, sin penas ni glorias, para ahora agregar la increíble actitud de tratar de responsabilizar a su antiguo jefe con una supuesta orden que sólo en su mente existe, ante la envidia y celos que solamente pueden explicar semejante actuación de protagonismo político.

Hoy, en lo personal estoy debatiéndome todos los días entre la vida y la muerte, en una sala de hemodiálisis, sin respuesta clínica por la génesis de esta enfermedad terminal, para ahora escucharlo a usted simplemente confesar que fue un error de usted, en el ayer, y que hoy los jóvenes oficiales, que cumplieron sus órdenes como buenos subalternos y que se han incorporado al desarrollo del país nuevamente, deben cargar con la irresponsabilidad de usted y simplemente someterse a la justicia de hoy, mientras usted sigue manteniendo su lujosa vida de adulto mayor, de millonario jubilado, en la nueva democrática que usted nunca permitió a ningún panameño.

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