• 09/03/2009 01:00

El PRD no es Panamá

Quizás por el hecho de haber gobernado el país por dos décadas seguidas como brazo político de la dictadura o tal vez por utilizar los c...

Quizás por el hecho de haber gobernado el país por dos décadas seguidas como brazo político de la dictadura o tal vez por utilizar los colores patrios en su emblema golpista, es que sea que el Partido Revolucionario Democrático (PRD) considera como suyo este país que debe ser de todos y que ellos han gobernado sectariamente para una camarilla de los suyos, los cuales han entrado limpios y van a salir con un corazón millonario.

El PRD y su candidata oficialista creen que una profecía bíblica es que les hace gobernar este país y, por ende, deben ganar las próximas elecciones, porque, de lo contrario, el país irá directo a un purgatorio dantesco o, aún peor, al fuego de los infiernos en caso de que la Gran Alianza de Oposición por el Cambio integrada por la nómina Martinelli—Varela gane, como en efecto será, las próximas elecciones.

El PRD debe empezar a asumir que es un partido político más dentro del escenario electoral panameño y que nada le pasará a nuestro país si ellos van a la oposición; puesto que no son ni la “divina pomada”, ni “la religión que une a Panamá” y que hay un futuro más allá de sus propuestas continuistas contenidas en el plan de gobierno de Balbina Herrera y que la actual administración perredista ha demostrado su plena incapacidad en resolver los problemas de seguridad, educación, transporte y salud.

El PRD y sus aliados políticos no pueden aspirar el recibir la confianza del electorado panameño de cara a las próximas elecciones, pues han demostrado no poder construir un país con equidad y justicia social en donde haya oportunidades para todos y en el que pueda existir un progreso humano y un necesario desarrollo sostenible.

Ellos, que ayer pregonaron y propiciaron el odio y la división de clases y que privatizaron los servicios públicos, saquearon las arcas estatales y promovieron la violencia política, hoy, no pueden seguir presentándose ante el electorado como lo que no son: “apóstoles de los más pobres” ni “adalides de los sectores populares”.

-El autor es abogado.pedrositton@hotmail.com

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