• 01/08/2009 02:00

Un plan de vida para la Nación

Planificar para la libertad es la tarea que corresponde realizar a políticos y estadistas en nuestras naciones, donde la economía, la cu...

Planificar para la libertad es la tarea que corresponde realizar a políticos y estadistas en nuestras naciones, donde la economía, la cultura, y todas las formas de actividad de la vida social, si continúan desarticuladas nos conducirán al desastre. En Panamá, por muchos años, se ha dejado de lado la planificación nacional. Urge, pues, retomar el método de la planificación científica. Planificar es la palabra de orden: sistematizar, ordenar las actividades del Estado y de la población dentro de un marco en el cual cada sector de actividad tenga asignada una función y cada cosa esté destinada a una determinada necesidad colectiva.

Pero no es nuestro propósito hablar aquí de planes en forma abstracta, sino plantear los problemas inherentes a la planificación educativa, como parte importante del plan general que se trace la Nación. La educación no es un fenómeno aislado. Forma junto con las otras actividades del Estado una totalidad y sus problemas son problemas de la comunidad. Para resolver esto no puede recurrirse a medios desconectados de los que en otros sectores de la actividad nacional hayan sido adoptados. Toda planificación para la educación ha de tomar en cuenta los recursos disponibles y las posibilidades que ofrece el medio social.

El Estado panameño padece de planificación hace décadas. Desde septiembre de 2004 hasta junio de 2009, funcionó un malhadado llamado “Despacho de la Primera Dama” , convertido “de porque sí” , en un “superministerio” que proyectaba y ejecutaba actividades propias de otros ministerios e instituciones. Una casta voraz consumía en publicidad personal (infortunado “culto a la personalidad” ), gran parte de los recursos que debían estar destinados a la felicidad y bienestar del pueblo.

El nuevo Gobierno debe darse a la tarea de investigar cuáles son las zonas de nuestra realidad que deben ser sometidas a una planificación adecuada para lograr mayor rendimiento y una cabal aplicación de los recursos disponibles. Los Despachos Ejecutivos deben dedicar su acción a buscar y a seriar, por orden de apremio, las necesidades del país, y a estudiar las fuentes posibles de riquezas para satisfacer las necesidades.

La educación, que es la zona de preocupaciones que nos interesa, debe ocupar puesto de importancia en las gestiones del Gobierno por el Cambio, dado los escándalos de actos de corrupción, el desorden administrativo y técnico y la baja calidad de la enseñanza que se imparte, lo que ha llevado al “desastre” al sistema educativo panameño en los últimos 10 años de administración democrática.

Para la formulación de una Política Educativa de Estado, se debe proceder a un análisis exhaustivo de los variados aspectos de la realidad nacional en cuanto tienen relación con los problemas de la cultura. Partir de la premisa de que la educación de un pueblo debe ligar los variados aspectos de la vida nacional para promover la acción de un alma nacional transida de la angustia de una generación y enraizada en las circunstancias de su medio y de su época. El sistema educativo no puede ir por un lado y la vida nacional por otro. La esencia de la educación es ser una función relacionadora enlazada a todas las necesidades sociales. Ella crea cultura en la medida en que sirve tales necesidades. ¡He ahí el desafío formal al nuevo Gobierno!

*Pedagogo, escritor y diplomático.socratessiete@gmail.com

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