• 06/04/2010 02:00

Necesitamos el periodismo (III)

La ordenación del mundo periodístico no sólo afecta al lado de la rentabilidad y los costes, sino, sobre todo, al objeto teórico del per...

La ordenación del mundo periodístico no sólo afecta al lado de la rentabilidad y los costes, sino, sobre todo, al objeto teórico del periodismo. Los graduados MBA que comenzaron a dirigir la estrategia de los medios han convertido estos en meros apéndices de las grandes multinacionales.

El objetivo no era ya intermediar en la información para hacérsela llegar a los ciudadanos, sino “proveer de contenidos multimedia”. Es decir, promocionar y vender los contenidos que genera la empresa (libros, música, cine, programas o personajes políticos).

Estas grandes multinacionales progresaban en connivencia con los intereses políticos hasta fundirse en un todo del que es difícil separar al político del periodista. De esta manera, los medios perdieron sin disimulo el ideal de la objetividad para tomar un partido evidente por aquel grupo político que mejor beneficiara los intereses de su cuenta de resultados: se acabó el cuarto poder (si es que lo hubo alguna vez).

Los medios ahora tienen que vérselas con la interacción no sólo comunicativa sino intelectual de sus lectores y perder la presunción de verosimilitud. Los lectores se convierten en suministradores de contenidos, un papel hasta ahora sólo reservado a los medios que asisten perplejos a su destronamiento.

Frente a esto, los medios responden con barata opinión y los nuevos lectores huyen de los medios tradicionales. El coctel del desencanto está servido: los ciudadanos están en el siglo XXI, los medios, en el XIX.

Posiblemente, hemos pasado ya la época de los medios de comunicación como grandes negocios. No obstante, la necesidad de información relevante sigue existiendo porque ahora más que nunca necesitamos saber qué pasa y por qué.

*El autor es profesor en la Universidad Europea de Madrid opinion@laestrella.com.pa

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