• 29/10/2019 00:00

El círculo vicioso de nuestros males

Cada vez que se nos presenta una oportunidad como sociedad para ir realizando los cambios que el país exige

Cada vez que se nos presenta una oportunidad como sociedad para ir realizando los cambios que el país exige, vemos con enorme preocupación que aquellos que ostentan el poder de decisión de muchos repiten con una terquedad masoquista las mismas recetas que nos han llevado al borde de la postración.

Así vemos, por ejemplo, cómo durante años en la Caja de Seguro Social los miembros de la Junta Directiva son los mismos de siempre y los problemas de los asegurados también. Igual, ocurre en el patronato del Benemérito Cuerpo de Bombero, cuya creación se dio para que funcionara como ente fiscalizador de esta entidad que merece mejor suerte, sin embargo, se siguen repitiendo allí también los mismos nombres y cada vez con peores resultados.

Pero todos los anteriores se quedan cortos ante lo que está ocurriendo en la Corte Suprema de Justicia que se ha convertido con los años en el botín más apetecido por los factores de poder.

Todos los días salen a relucir nuevos escándalos que tienen su origen en los fallos que allí se cocinan y es que pareciera que los únicos casos en que se actúa en derecho son solo aquellos que no producen beneficio.

Con liviandad en nuestro proceder como ciudadanos de buscar a un causante a esta situación le echamos la culpa al Ejecutivo, cuando somos nosotros mismos, como sociedad organizada en gremios o partidos políticos, los que seguimos postulando a las mismas personas que ya han demostrado su ineptitud, como si en este país no existieran más hombres y mujeres honestos.

Cómo se puede comprender que cada quinquenio repetimos los mismos nombres que con su permanencia en esos cargos dejaron hace mucho tiempo de ser parte de la solución para convertirse en parte del problema.

Cuando nos encontramos con elementos que se repiten en estas instituciones fallidas y que, a pesar de eso siguen siento designados por sus gremios y aplaudidos por parte de la sociedad, nos enfrentamos a una sola respuesta y esta es, duélale a quien le duela, la complicidad de los que los eligen con lo establecido.

Empresario y exdiplomático.
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