• 26/08/2020 00:00

ODS sobre salud: compromiso vigente

Hace cinco años los ministros de Salud de nuestro continente, basados en el mandato de la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, aprobaron el documento “Preparar a la Región de las Américas para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre la salud”.

Hace cinco años los ministros de Salud de nuestro continente, basados en el mandato de la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, aprobaron el documento “Preparar a la Región de las Américas para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre la salud”. El documento fue concebido como un documento que proporcionaría referencias cruzadas sencillas entre las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre la salud, y las políticas y planes de salud de los países. Lo que nadie podía imaginarse en ese momento, fue que, al inicio del 2020, llegaría una pandemia de COVID-19, que “pondría en pausa” todos los planes de los países, obligándonos a la dedicación exclusiva para contener la pandemia, salvar vidas, e impedir que las economías se fueran a pique.

Pero esa dedicación exclusiva no puede ser para siempre. En estos meses hemos aprendido lo suficiente para controlar la epidemia, a la vez que vamos recuperando empresas, negocios y puestos de trabajo. Eso no significa que vamos a bajar la guardia. Al contrario, vamos a seguir masificando las pruebas de laboratorio para detectar al enemigo a tiempo; junto con la comunidad, las empresas y clubes cívicos, vamos a redoblar las actividades de trazabilidad para localizar y aislar de forma oportuna y efectiva a todas las personas positivas; también vamos a fortalecer la capacidad de resolución de nuestra red de servicios de salud, para que ningún panameño se quede sin recibir la atención que necesite y, lo más importante; vamos todos a cumplir con las medidas de protección, individuales y colectivas, que conocemos.

En ese contexto los invito a mirar con las luces largas, más allá de la COVID-19, haciendo hoy un alto en esta seguidilla de artículos sobre la epidemia, para mantener vigente nuestro compromiso con el ODS sobre salud, y preguntarnos qué tenemos que hacer para “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”. Lógicamente sin desatender las actividades señaladas arriba, pero teniéndolo como norte, a la vez que promovemos el crecimiento económico sostenido e inclusivo, el desarrollo social y la protección del medio ambiente, lo que redundará en beneficio de todos, en particular de los niños y las generaciones futuras del país.

Comienzo destacando que para el logro de nuestro compromiso con el ODS sobre salud y sus metas, hay por lo menos, cuatro condiciones indispensables: 1) el compromiso y apoyo político efectivo por parte del Gobierno panameño, lo cual queda claramente establecido en el Plan Estratégico de Gobierno y requiere de solo este recordatorio; 2) avanzar en la Cobertura Universal de Salud. Sobre este punto estamos a medio camino. Hay un reconocimiento casi absoluto de la necesidad de crear un sistema nacional público de salud. Tenemos las metodologías y herramientas, y, espero que la necesidad de superar la fragmentación del sistema de salud, sea nuestra principal lección aprendida durante esta epidemia; 3) condición indispensable para lograr esa efectiva integración o coordinación del sector salud, es el fortalecimiento de la capacidad rectora de la autoridad sanitaria para el ejercicio efectivo de las llamadas funciones esenciales de salud pública, en especial las que tienen que ver con la regulación y fiscalización del sector, la garantía de la calidad de la atención, la vigilancia epidemiológica y; 4) no menos importante es la obligación de desarrollar y fortalecer nuestros sistemas de información que ayuden a la toma de decisiones basadas en información científica y objetivamente verificable. Nuestros sistemas de información sanitaria, cuya finalidad es generar, analizar y difundir tales datos, en la práctica rara vez funcionan sistemáticamente. Producto de fuerzas históricas, sociales y económicas, son sistemas complejos, fragmentados e insensibles a las necesidades.

Dicho eso, la invitación es a revisar la situación nacional de las principales metas del ODS 3 y reflexionar sobre el camino a seguir, en el corto y mediano plazo. Aunque las metas de los ODS establecen como plazo el año 2030, las necesidades de la población son para hoy, y son impostergables. Démosles un vistazo.

Nos comprometimos en reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento oportuno. Subrayo que estas constituyen nuestro principal problema de salud. Debemos mantener la reducción de la tasa de mortalidad materna, así como de las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de cinco años, reduciendo la mortalidad neonatal, al menos, hasta 12 por cada 1000 nacidos vivos, y la mortalidad de niños menores de cinco años, al menos, hasta 25 por cada 1000 nacidos vivos. También deberemos reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico, que causan anualmente más de 500 muertes. Y poner fin a la epidemia del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas.

Como podemos ver, se trata de grandes metas, que requerirán grandes soluciones y un enfoque basado en los determinantes sociales y la equidad. Panamá tiene el marco legal, político, estratégico y los conocimientos técnicos para cumplir con ellas. También tenemos los recursos humanos y financieros suficientes y necesarios. No habrá excusa cuando superemos la epidemia.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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