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- 13/05/2019 02:00
La carreta de bueyes en el desarrollo peninsular
La mayoría de los grandes inventos tienen muchos padres. En el caso de La Carreta, resulta igual, todo apunta en dirección a los chinos, quienes parecen ser los inventores, puesto que en el año 200 A.C. utilizaban carretas de madera para trasladar enseres. Tal invento se lo atribuyen a un militar llamado Chuco Liang. Los griegos, utilizaron un tipo de carreta en sus eventos bélicos tirados por caballos desde los años 3500 a. C. En los Estados Unidos desde los años 1789, Oliver Evans creó la primera carreta tirada por caballos que luego se transformaría en diligencia; vehículo con un concepto mas civilizado.
Los historiadores coinciden en que la aparición de la carreta es simultánea con el invento de la rueda. Existe diversidad de modelos de carretas. Se describe como un vehículo con dos ruedas que se desplaza por tracción animal, ya sea por caballos, mulas o bueyes.
La carreta campesina panameña, utilizada en los pueblos de la región del Canajagua y otras regiones del país son tiradas por animales como bueyes o caballos. La más común es la tirada por bueyes.
Esta carreta fue el medio de carga y transportes más utilizados a principios y mediados del siglo pasado, en las rutas de los puertos de Mensabé, Aguadulce, El Agallito y Puerto Mutis, en donde el tráfico de mercancías, como alambres de púas, artículos de uso personal, telas, tabaco, Collins o machetes, harina y alimentos que eran requeridos en los pueblos de Aguadulce, Divisa, Ocú, Las Minas, Pesé, Llano de Piedra, Las Tablas, Macaracas, entre muchos otros.
Consiste en un cajón de madera, generalmente de cedro amargo, roble u otra madera resistente a la intemperie, bien elaborada con dos ruedas sin pintura. En ambos lados del cajón lleva una baranda soportada en ángulo recto de hierro, en cada esquina exterior, que le dan firmeza; permitiendo, tanto en la parte delantera como en la trasera, que se le coloquen puertas o ‘tablas' (sin barandas) que en su momento cierran el ‘cajón'; permitiéndole trasladar o cargar: sal, arena, cascajo, cal o cualquier otro tipo de material similar, sin el peligro de que se derrame o pierda en los caminos a recorrer; que generalmente son difíciles, quebrados o con lomas. Al quitar estas ‘tablas', facilita trasladar otro tipo de carga como leña, tucas de madera, varillas de hierro, que son largas y difíciles de transportar.
El cajón es rectangular con medidas específicas. En el centro inferior del cajón de la carreta, lleva una pieza de madera de extremo a extremo de 10 x 10 centímetros de grosor de varios metros de largo, llamada lanza, que sobresale en la parte delantera, en donde se coloca la ‘yunta' de bueyes, previamente amarrada con correas de suela a un ‘yugo‘, también de madera, que juega un papel importante, permitiendo que ambos toros ‘jalen parejo' y compartan el esfuerzo para arrastrar la carreta.
El cuerpo de la carreta va montado en un eje con dos ruedas de regular tamaño que le permiten una altura del suelo de aproximadamente 1.20 metro; confeccionadas de madera de cocobolo, abundante en otros tiempos en la península, igualmente las pinas o trozos curvos encargados de darle la forma circular a las ruedas, donde encajan por la parte interior los rayos y en la parte exterior las llantas de hierro que cubren la rodadura de las ruedas. Los recuerdos del sonido de las ruedas de estas carretas al transitar por los caminos es inolvidable, a distancia permitían saber si viajan vacías o con carga.
El buen carretero es mucho más que eso, sabe elegir cada uno de los toros que conformarán su yunta, los cuales deben tener ciertas características y es muy celoso de la alimentación de esos animales, que además de pasto complementa con granos como maíz y cogollo o bagazo de caña, para mantenerlos con mucha energía. Son muchas las historias que describen famosos carreteros. Algunos murieron en plena faena como: Manuel Barrios de Las Cocobolas y Santiago González de La Tiza, entre otros. En La Tiza sobrevive uno de los más destacados de su tiempo: Manuel MAJITO Espino.
Menciono por lo menos dos constructores de carretas: NINO Rodríguez de Chitré, en Herrera, y Esteban Rodríguez de Guararé, en Los Santos.
La gran importancia que tuvo la carreta de bueyes en la región del Canajagua fue desplazada por mejores caminos de penetración que permiten el uso de vehículos de carga a motor, pero siempre será un orgullo para el campesino mantener una buena carreta y su respectiva yunta, como sinónimo de poder para enfrentar las inclemencias del duro trabajo del campo.
ESCRITOR, FOLCLORISTA Y COMPOSITOR.
‘El buen carretero es mucho más que eso, sabe elegir cada uno de los toros que conformarán su yunta [...]'