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- 24/05/2020 00:00
Sobre la COVID-19 y el nuevo concepto de 'sindemia'
En reciente intervención televisiva, el doctor Enrique Mendoza nos dejó el nuevo concepto de “Sindemia”, que, según OMS, es la nueva categoría que reúne lo socioeconómico con lo biológico-(las patologías y las condiciones y problemas integrales de las sociedades). Creo obvio, hablando de la COVID-19, que un infectado relativamente bien nutrido, con condiciones de salud estables, evolucionará muy diferente al contagiado con nutrición deficiente, bajas defensas y enfermedades crónicas agregadas, con lo cual no se atiende solo “una pandemia”.
El decano Mendoza planteaba interrogantes como: ¿cuál es la evolución actual del estado de la pandemia?, ¿existe trasmisión comunitaria sostenible y en qué regiones más y en cuáles menos?, ¿estamos preparados para detectar y atender en este tiempo de flexibilizaciones los infectados del virus, aislarlos y ofrecerles la atención adecuada?
El médico y maestro ponía el ejemplo de la transportación masiva diaria en el Metro (unas 300 mil personas diarias) obligados a ir apretujados. Comentaba estudios en Nueva York, donde se concluye que los focos infecciosos mayores fueron en comunidades de afrodescendientes y grupos marginales.
En síntesis, apuntaba a que no se puede examinar con objetividad y tratar esta pandemia sin examinar las desigualdades socioeconómicas; las condiciones de vida de pacientes con otras vulnerabilidades, como enfermedades crónicas y el altísimo estrés social. Adicionalmente, mostraba su alta preocupación porque, pese a la disminución de los índices y curvas del virus a nivel nacional, sigue una constante alta de fallecidos.
Se preguntaba, ¿quiénes hacen las estadísticas y cálculos de estas curvas y su preparación para ello? Reconocía la capacidad del equipo integrado de salud, como la atención clínica y la capacidad de especialistas en las UCI, con una crítica constructiva: ¿habrían intervenido suficientemente los epidemiólogos, además de la doctora Lourdes Moreno?
Igualmente, planteaba la interrogante de ¿por qué no se había incorporado a los médicos veterinarios, ya que esta pandemia necesita examinar el efecto en animales? El decano, como fondo de su intervención atinada, partía de la base de que este virus se quedará con nosotros y obliga al Estado a una planificación adecuada.
En opinión mía, desaparecido el Ministerio de Planificación y Política Económica, el Estado y los Gobiernos últimos quedaron cojeando gravemente, no solo en salud, sino en lo social y económico. Ningún ente lo ha remplazado; se perdió la visión integral de los Gobiernos para proyectar sus planes de desarrollo. En los últimos 30 años, los Gobiernos han carecido de un análisis objetivo y contencioso de los problemas integrales de la sociedad, y hemos seguido sin estudios multidisciplinarios e interdisciplinarios, que integren a nuestras inteligencias gubernamentales para diagnósticos realistas y sustentados de donde surjan políticas estratégicas para la gobernanza. No del día a día y de crisis en crisis.
Finalmente, siguiendo con elaboraciones propias, ¿podemos afirmar con realismo que en las últimas décadas nuestros ministerios de Salud y la CSS hayan comprendido y actuado (como lo hizo años atrás José Renán Esquivel) que la salud humana no se sustenta en médicos y hospitales? El nuevo concepto de “Sindemia” que hoy acuña la OMS, nos aterriza en las realidades socioeconómicas de cada país. Y que los ministerios de Salud no solo deben estudiar las atenciones clínicas hospitalarias, sino mirar de frente las asimetrías endémicas de nuestras sociedades. ¿Qué nota colocamos al Estado en la “atención primaria o prevención”? ¿Merecerá siquiera un 3? Creo que raspando. Pienso que nuestros médicos -que se queman las pestañas en sus facultades- al salir a ejercer, entran en “las realidades y circunstancias del sistema”: atender al paciente, diagnosticar, recetarle el medicamento adecuado, o llevarlo al quirófano, mandarle a hacer las pruebas clínicas óptimas y luego -si sale vivo- enviarlo a su casa. Esos doctores, desde sus inicios, no logran facilidades ni orientaciones para entender y coadyuvar en lo que hoy la OMS ha sintetizado, con razón, en el concepto “Sindemia”; entiéndase incorporar sus prácticas médicas a la sociedad y a sus complejas situaciones. Y “la salud” no es cosa solo de médicos y hospitales. ¡Comprendámoslo alguna vez!