• 20/09/2020 00:00

CSS: el discurso recurrente

Los mismos de siempre persisten en sus pretensiones de reformar una vez más la Ley Orgánica de la CSS, no para derogar lo que el pueblo rechazo en el 2005, sino para seguir privatizando los fondos de los asegurados, cercenar su autonomía, intentar reducir la prestación del servicio e imponer medidas paramétricas en el programa de pensiones.

Los mismos de siempre persisten en sus pretensiones de reformar una vez más la Ley Orgánica de la CSS, no para derogar lo que el pueblo rechazo en el 2005, sino para seguir privatizando los fondos de los asegurados, cercenar su autonomía, intentar reducir la prestación del servicio e imponer medidas paramétricas en el programa de pensiones.

La Ley de la Muerte de la CSS (Ley 51) no resolvería los problemas de los asegurados. La misma se impuso, a pesar de la oposición del pueblo panameño, a través del Pacto de Gamboa, gracias a una falsa mesa de diálogo. A partir de ese momento, a los trabajadores se nos incrementó la cuota obrera, se privatizaron algunos servicios médicos (vía externalización), pero persisten las largas filas en búsqueda de citas y la mora en la atención médica de los asegurados y sus dependientes parece no tener fin.

Reiteradas veces hemos demostrado que la crisis que atraviesa la Caja ha sido generada por la aplicación de las medidas neoliberales que han provocado más desempleo, más informalidad laboral y menores salarios, afectando con ello la principal fuente de recursos de la institución, las cuotas. Igualmente, se sustentó cómo los abusos de los Gobiernos y empresarios contra la CSS son las verdaderas causas del déficit del Programa de IVM. Hoy, la patronal adeuda a la Caja aproximadamente 283 millones de dólares en concepto de cuotas.

Quedan claramente establecidos los intereses de los empresarios, su búsqueda por privatizar, por hacerse de las reservas y su búsqueda para que los trabajadores y jubilados carguen con el atraco del cual ha sido objeto la CSS. Esta es la verdadera situación, una crisis que ha sido provocada.

Las voces privatizadoras, y su discurso recurrente, siguen mecánicamente la receta del FMI, que valora el problema de la seguridad social en términos de privatizar fondos y atender el déficit fiscal. El FMI toma como uno de los indicadores el tema de la esperanza de vida de la población, la cual dicen es muy alta, como si ello fuera un pecado que debe penalizarse. Proponen aumentar la edad de jubilación de hombres y mujeres, alegando que se vive demasiado después de alcanzada la jubilación. Este argumento, construido sobre promedios que esconden la desigualdad social y se torna en mentira, deja de lado que para mantener la expectativa de vida al momento de nacer es necesario cubrir todos los determinantes que hacen la vida saludable: alimentación, acceso al agua potable, trabajo y salario digno, salud, educación, vivienda, ambiente sano, recreación, elementos que la mayoría de la población no logra alcanzar. Si fragmentamos la población en deciles, el promedio de la expectativa de vida al nacer se cae.

Cuando se habla de un diálogo por la CSS, que quieren iniciar con los mismos vicios de procesos anteriores, aparecen los voceros privatizadores de siempre, asumiendo el discurso del FMI en torno a aumentar edad, densidad, cuotas y reducir pensiones. Aquí se enmarcan las declaraciones de César Tribaldos, vocero permanente de los grupos privatizadores.

Recordemos: la CSS es de los trabajadores y sus beneficiarios, somos los únicos que contribuimos a la institución, el aporte de los empresarios es deducido de sus costos de producción. Para los obreros la lucha es por rescatar la CSS de quienes la están saqueando (la patronal y sus Gobiernos).

Reiteramos, al pueblo panameño, nuestra lucha contra las reformas privatizadoras de la CSS y por alcanzar el fortalecimiento financiero de la Caja, sin tener que afectar los beneficios y derechos de la población asegurada; en este sentido, llamamos al pueblo panameño a que se mantenga alerta y participe de todas las actividades para la defensa de la seguridad social. Seguimos en la lucha por la defensa del carácter público y solidario de la seguridad social.

Secretario general de Conusi-Frenadeso.
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