• 28/05/2009 02:00

Desnudo político

Alguna vez hemos escuchado decir: “lo que pasa en Panamá no pasa en ninguna parte del mundo” ¡Increíble, pero cierto!

Alguna vez hemos escuchado decir: “lo que pasa en Panamá no pasa en ninguna parte del mundo” ¡Increíble, pero cierto!

Canallada, cinismo, irrespeto, deshonestidad, mezquindad, descaro, indecencia con algunos de estos calificativos la población del país se ha hecho eco de tanta falta de decoro por parte de nuestros diputados. Escudándose en la oscuridad de la noche y respondiendo a sus intereses, aprobaron en segundo debate un artículo transitorio que brindaba más beneficio a una clase que está libre de carencias.

Señores, de por sí la Asamblea Nacional de Diputados no cuenta con una buena imagen, ¡no importa quién cobró antes! Vivimos el presente, un presente con un paso dado a un cambio que la mayoría eligió, no importa en qué lado estemos, es un asunto de valores éticos y morales.

¿Cómo puedo cobrar sin trabajar?, ¿cómo puedo aprobar un pago de millones ante las necesidades que aun persisten en el país? ¡Qué triste es ver justificar algo que está mal por donde se vea! ¿Qué calidad de personas están habitando la Asamblea Nacional de Diputados?, ¿cómo pudieron siquiera insinuar una posible firma para un documento tan vergonzoso para el país?

Es crudo, pero es la realidad, “suelten la teta”. Se perdió hace 24 días por muchas razones, entre ellas el voraz canibalismo, el egoísmo, la deslealtad, la hipocresía, los bochornos, los escándalos, el interés propio, las migajas, la falta de ética, el olvido de los verdaderos pilares de nuestro partido.

Debemos hacer una pausa y terminar dignamente y tratando de ayudar un poco más, espantando a los fantasmas y evitando malas horas. No debemos mostrarnos indiferentes al mundo, ya la gente está cansada de tanto abuso de una clase política que eligen y que suele defraudar en los pequeños detalles que son los más recordados.

Seamos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos. Incluso con la noche de testigo, lejos de la presencia de quien juzgue nuestros actos, nuestras acciones tienen un efecto y un afectado.

El pueblo está sediento de mejores momentos, como los que muchas veces otorgamos, de confianza, sinceridad, disposición, equidad y honestidad por parte de los que han elegido.

-La autora es analista de Información y RR.PP.mmliceth@hotmail.com

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