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- 23/08/2017 02:02
ATTT: sinónimo de incompetencia, inoperancia e ineptitud
Han pasado 37 meses desde que el licenciado Julio González asumió el cargo de director de la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) y las cosas en este sector han ido de mal en peor. A su llegada, en julio del 2014, ocurrió un accidente de un bus pirata que dejó dos muertos y 15 heridos en Loma Cová. En ese momento, el presidente Juan Carlos Varela anunció un censo para determinar qué decisión se tomaría con los buses piratas y que luego de dicho censo no ingresaría uno más al sistema. Por su parte el director de la ATTT advirtió a los dueños de estos buses que tendrían tres meses para instalar gobernadores de velocidad con un máximo de 80 kilómetros por hora. ‘El que incurra en mantener llantas lisas, en no tener pólizas de seguro de asiento y en no poseer su debida licencia de conducir se le aplicará el reglamento de tránsito, advirtió González'. El director sugirió que era necesario aumentar a 25 años la edad para otorgar licencia de transporte, dijo además que quienes no cumplieran con estas disposiciones serían multados hasta con mil dólares. Todo esto para que la población tuviera claro que no estamos jugando, concluyó González. Hoy, luego de 36 meses, quisiera saber en ¿qué quedaron todas esas medidas anuncias por el presidente Varela y el director González?
El censo dio como resultado un total de 850 buses piratas y de esa cantidad la ATTT hizo una supuesta depuración, quedando 746 unidades que son las que deberían estar operando en las calles del país. Sin embargo, no hay que ser un erudito para darse cuenta de que esa cifra es una gran mentira, ya que por las calles circulan a diario miles de estos buses que ahora el Gobierno denomina ‘transporte alternativo', con el propósito de lavarle la cara a este gran negocio que ellos sabe muy bien a quién pertenece.
En estos últimos tres años han seguido ocurriendo accidentes con lamentables saldos de víctimas y heridos, debido a la irresponsabilidad de los conductores que ahora dejaron de ser piratas para convertirse en corsarios, pues cuentan con el aval del Gobierno.
Pero, si en el transporte colectivo llueve, en el selectivo no escampa. Hoy vemos a un grupo de dirigentes de este sector enfrentado al Gobierno debido a que las autoridades no han querido tomar la decisión en cuanto al tema de Uber en Panamá.
‘Que se vaya Uber', es la consigna de un grupo de transportistas selectivos, pero ¿se han preguntado quiénes promueven esta idea, las razones que han llevado a los usuarios a preferir Uber?
El ‘no voy', subir a varios pasajeros al vehículo cuando se encuentra un pasajero dentro, el cobrar lo que les da la gana, el trato al usuario, la forma de vestir, la forma de conducir, la ausencia de aire acondicionado, el temor de los pasajeros a que le suceda algo cuando se transportan en un taxi debido a la cantidad de hechos delictivos que ocurren de manera constante en los que se encuentran estos vehículos involucrados.
‘Que se vaya Uber', pero ¿qué dan los dueños y conductores de taxi a cambio al usuario que es quien paga por recibir un buen servicio?
Aquí la ATTT tiene que hacer una revisión exhaustiva de los certificados de operación, realizar operativos de profilaxis para determinar en manos de quién están el transporte colectivo y selectivo de este país, sin importar quién o quiénes son los verdaderos dueños de estas unidades. Hay que realizar pruebas de alcohol y drogas en las piqueras y en las calles, exigir pruebas de manejo prácticas y teóricas al menos una vez al año y convertir al conductor de transporte en un verdadero profesional del volante.
Para que todo esto pase, debe venir un Gobierno que tenga la intensión real de enseriar las cosas en este sector y no un presidente que entregue esta institución a un diputado vinculado al transporte, como un pedazo del pastel, por haber colaborado en la campaña política que lo llevó a ocupar la Presidencia. Al final se nombra en los cargos a personas sin importar la capacidad que tengan para enfrentar los mismos, premiando la lealtad y no la capacidad profesional.
Al concluir el Gobierno, nadie se acordará del diputado o de la figura que nombró en la institución, sino del pésimo papel que jugó el presidente, en este caso Varela, en el tema del transporte durante su Gobierno.
PERIODISTA