• 13/01/2024 00:00

“El papa – bendiciones a parejas homosexuales (1)”

El Papa Francisco ha creado un cisma dentro de la iglesia católica al aprobar un documento papal (Fiducia Suplican), que obliga a sacerdotes a bendecir a las parejas del mismo sexo.

El documento, según el cardenal Gerhard Müller, antiguo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, organismo responsable de salvaguardar la doctrina sobre fe y moral, de proteger a la iglesia de la herejía y promulgar y defender la doctrina católica, no fue discutido ni aprobado por la asamblea general de cardenales y obispos de ese dicasterio, además reconoce que la enseñanza que propone es completamente nueva, basada en el magisterio pastoral del papa Francisco, y que esas innovaciones no pueden ir más allá de lo que ha sido revelado por los apóstoles como palabra de Dios.

De hecho, acota, no se encuentran textos bíblicos o textos de los padres o doctores de la iglesia, ni documentos anteriores del magisterio que apoyen las conclusiones del documento papal, preparado por el cardenal argentino Victor Fernández, recién nombrado prefecto, y aprobado y firmado por el papa Francisco.

Hace apenas poco más de dos años, en marzo 2021, el mismo papa Francisco aprobó y firmó documento del mismo Dicasterio para la Doctrina de la fe que prohibía categóricamente bendecir a parejas homosexuales. Ahora ese nuevo documento papal es completamente una flagrante contradicción a la ley de Dios y al evangelio de Cristo.

Las bendiciones, dice Müller, no pueden contradecir la norma o espíritu del evangelio ni cambiar su significado de tal forma que trivialize el pecado e induce a la confusión de los fieles.

Según Müller, se trata de un salto doctrinal que rompe con la tradición, una novedad que no tiene base. La base lo están creando ellos ahora. Solo puede ser desarrollo doctrinal si la nueva explicación está contenida al menos implícitamente en la revelación y que no contradice las definiciones dogmáticas.

Según la doctrina católica, no puede haber novedades en la fe. La iglesia no puede cambiar su misión ni sus ideas y que siga siendo lo que quiere el Espíritu Santo.

Según el cardenal Müller, al bendecir a parejas homosexuales, se bendice la relación pecaminosa en sí, y Dios no puede enviar su gracia sobre una relación opuesta directamente a Él, y aunque den esa bendición, no tiene valor alguna, no es camino a Dios. Es un engaño que no acerca a Dios. Su único efecto será confundir a las personas que la reciben, aunque digan que no se está bendiciendo a la unión, sino a la pareja. Pero eso es jugar con los conceptos con lenguaje engañoso, puesto que la pareja se define casualmente por su unión, y esas parejas precisamente quieren justificar ante Dios su relación pecaminosa.

Continúa Müller, ¿cómo van a utilizar e invocar el nombre de Dios para que el Espíritu Santo obre en una relación que es pecaminosa, o sea, un sacrilegio, una mofa, una burla, y algo satánico?

Los cristianos, según las enseñanzas bíblicas, estamos llamados a ser obedientes, pero si cualquier persona en la iglesia, aunque sea el papa, inventa algo, o una nueva doctrina contraria a nuestra fe y las enseñanzas bíblicas, entonces tenemos que rechazarlo y resistirlo como deber cristiano, pues de lo que se trata es la salvación de nuestras almas.

En el versículo bíblico (Hechos 17:10b-12), el apóstol Pablo nos cuenta que mientras predicaba en Berea, los fieles escudriñaban las Escrituras para verificar si sus enseñanzas eran verdaderamente bíblicas y si coincidía con la palabra de Dios para poder aceptarlo. Lo que complacía a Pablo, quien nada tenía que esconder.

Por otro lado, como cristianos, ¿cómo podemos aprobar y dar acogida a la homosexualidad, ya sea por simpatía o compasión, y al mismo tiempo expresar respeto, obediencia y amor a Dios, sabiendo que los homosexuales y transgéneros son en su mayoría un grupo disruptivo, rebelde y ateo cuyos principios rectores son desmantelar la obra de Dios, como el sexo biológico y heterosexual para enaltecer sus conductas consideradas abominables por Dios?

No hay duda de que el activismo LGBTQ+ está diseñada por el mismo Satanás para utilizar su perversión como medio para destruir su propia conciencia y su vida, para destruir la moral, la familia e incluso la iglesia, y reemplazarla con comportamientos inmorales y perversos destructores del alma, del matrimonio, de la familia y de la cultura. En resumen, el movimiento LGBTQ+ es anti-Cristo, anti-Sagradas Escrituras y enemigo de Dios.

Levítico en la Biblia también nos dice que “no se puede ser parte de algo diseñado por Satanás para destruir las únicas instituciones que pueden mantener la cordura en una sociedad”.

¿Qué valor tiene para los cristianos ser parte de una rebelión contra Dios y la sociedad?

¿Puede alguien ingenuamente creer que aceptar, apoyar y bendecir tal comportamiento, reemplazar el mensaje del evangelio, corromper la iglesia, permitir la inmoralidad y la perversión como estándar de comportamiento y destruir la familia nuclear, hará algo para elevar una cultura?

Es muy desconcertante y preocupante que ese movimiento perverso haya invadido la iglesia, como ahora estamos viendo sacerdotes homosexuales y lesbianas, e incluso iglesias homosexuales.

La homosexualidad se ha vuelto tan poderosa ahora que incluso el Papa de la iglesia católica quiere ofrecer bendiciones a sus desviaciones.

Es triste que haya esa tolerancia abrumadora de la homosexualidad en nuestras sociedades, al punto que nosotros, como cristianos, nos vemos obligados a defender a Dios y las Sagradas Escrituras contra quienes usan la Biblia para defender y promover la sodomía.

El autor es planificador jubilado
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