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- 13/04/2025 00:00
El tren a Chiriquí: un camino hacia el desarrollo sostenible
La propuesta del Tren a Chiriquí se presenta como una solución innovadora para el desarrollo económico y la competitividad de Panamá. La “Ruta del Atlántico” no solo reduce costos, del proyecto que se evalúa por el Pacífico panameño, sino que también generará mayor cantidad de empleo y mejorará la logística del país.
Introducción. En un momento crucial para el futuro de Panamá, nos dirigimos al Excelentísimo Señor Presidente José Raúl Mulino con una propuesta que podría convertirse en un hito en el desarrollo sostenible y la competitividad del país. Desde la década de 1940, la idea del Tren a Chiriquí ha resonado en el imaginario colectivo, y tras mis intervenciones desde 2014, creemos que ha llegado el momento de llevar este proyecto a la realidad.
La implementación de esta obra no solo representa una oportunidad para revitalizar nuestra economía, sino que también promete impulsar el bienestar social de todos los panameños. En este artículo, exploraremos los beneficios y la viabilidad de esta iniciativa, que podría transformar la infraestructura y la calidad de vida en nuestra nación.
Este nuevo enfoque del proyecto es fundamental que se aborde con una dirección renovada y viable. Mi preocupación surge de la experiencia previa con la ruta propuesta que, lamentablemente, no es factible debido a las complicaciones que enfrentó el proyecto de Playas, donde las indemnizaciones aumentaron desmesuradamente los costos. Por ello, sugiero una nueva ruta que he denominado “Ruta del Atlántico”.
La “Ruta del Atlántico” se plantea en un contexto donde la infraestructura de transporte es crucial para el desarrollo económico de Panamá. En un mundo cada vez más globalizado, la capacidad de mover mercancías de manera eficiente se traduce directamente en competitividad. En este sentido, la construcción de un tren que conecte áreas estratégicas del país puede ser un catalizador para el crecimiento económico.
La propuesta se divide en dos etapas. “La primera”, que involucra a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), contempla el uso y usufructo de Rodman, con un cruce norte que atraviesa áreas inundadas. Esto permitiría la creación de un nuevo puerto, con un costo estimado en $500 millones, más 120 millones para la adquisición de 12 grúas pórticas. La inversión total en esta fase se estima en $1.500 millones, que podría ser cubierta en gran medida por la ACP, lo que facilitaría la actividad logística del Canal.
“La segunda” etapa se extiende desde Davis hasta Bocas del Toro, conectándose con los puertos de Limón y el Terminal de Moín en Costa Rica. Esta fase, con un costo estimado de $2.000 millones, podría financiarse a través de la venta de proyectos de vivienda. Este desarrollo no solo fomentaría el crecimiento del sector Atlántico, sino que también crearía aproximadamente 250.000 nuevos empleos permanentes en un período de 20 años, generando un impacto significativo en el mercado laboral.
La implementación de la nueva “Ruta del Atlántico” tiene el potencial de revolucionar la economía panameña. La creación de empleos es solo uno de los muchos beneficios. La competencia en la logística de carga podría reducir los precios y mejorar la eficiencia del transporte terrestre. Esto no solo beneficiará a las empresas locales, sino que también atraerá inversiones extranjeras, posicionando a Panamá como un hub logístico en la región.
Además, el ferrocarril ha sido históricamente un motor de desarrollo en diversas naciones, y en nuestro caso, puede ser la clave para conectar comunidades y facilitar el acceso a mercados. El tren no solo será un medio de transporte, sino un símbolo de progreso y unidad nacional.
El éxito de la “Ruta del Atlántico” radica en su viabilidad económica y en su capacidad para generar un impacto positivo en la sociedad. Mi propuesta incluye:
1.) Financiamiento sostenible: asegurar que la inversión inicial sea cubierta mayoritariamente por la ACP y que la segunda fase se financie a través de proyectos de vivienda. Esto mitigará el riesgo financiero y garantizará la sostenibilidad del proyecto.
2.) Colaboración Público-Privada: fomentar alianzas estratégicas entre el gobierno y el sector privado para maximizar recursos y conocimientos técnicos. Esto permitirá una ejecución más eficiente y con mayores posibilidades de éxito.
3.) Desarrollo de comunidades: asegurar que las comunidades a lo largo de la ruta se beneficien directamente del proyecto. La inclusión de proyectos de vivienda y desarrollo social es fundamental para generar un impacto duradero en la vida de los ciudadanos.
4.) Plan de acción a largo plazo: establecer un cronograma claro para la implementación de cada fase del proyecto, con hitos medibles que permitan evaluar el progreso y ajustar estrategias según sea necesario.
Excelentísimo señor presidente, la propuesta de la “Ruta del Atlántico” no es solo un proyecto de infraestructura; es una oportunidad para transformar la economía de Panamá y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. La investigación que he realizado respalda esta propuesta y demuestra su viabilidad y relevancia en el contexto actual.