• 08/07/2023 11:47

Noruega en el Centenario de la Independencia del Perú

La Misión de Huitfeldt Bachke fue la primera de Noruega en el Perú en el s. XX y, como lo enfatizó entonces el Presidente Leguía cuando conversaron para darle la bienvenida, ésta tuvo un propósito prioritariamente comercial

“La gran distancia geográfica que separa a nuestros países ha tenido por efecto, señor Presidente, hacer nuestras relaciones quizás más frecuentes que entre países situados uno más cerca del otro. A pesar de esto, sé que el nombre de mi país es bien conocido en la República; los navíos que enarbolan el bello pabellón de mi Patria y que han visitado los puertos del Perú, han sido mensajeros del país lejano del Norte de Europa, y últimamente se ha establecido una línea regular de vapores noruegos entre Noruega y la costa occidental de la América del Sur, la cual dará, sin duda, importantes resultados en el intercambio de productos comerciales y de pasajeros” (Fragmento del discurso del Enviado noruego Huitfeldt Bachke ante el Presidente peruano Leguía, 20 de julio de 1921, Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, 1921).

Nuevos estudios nacidos con ocasión del bicentenario de la batalla de Ayacucho (1824) que selló la independencia de los antiguos territorios españoles en Sudamérica y Panamá, se han enfocado en los combatientes de aquella histórica jornada, surgiendo así investigaciones que brindan más indicios sobre los oficiales y suboficiales nórdicos que pelearon integrados a las huestes patriotas en las Pampas de la Quinua. No es un tema reciente y ya se contaban con referencias sobre ellos hace un siglo. Es así como, el 30 de octubre de 1920, cuando el Gobierno peruano formuló invitación a Gobiernos amigos para que participen en las festividades del primer centenario de la Independencia del Perú, no es extraño que Noruega se encontrase entre ellos.

El Rey M.R. Haakon, el 27 de mayo de 1921, respondió designando a Halvardt Huitfeldt Bachke como Enviado Extraordinario en Misión Especial. Huitfeldt Bachke, abogado de profesión, inició su carrera diplomática en 1898 en Burdeos como vicecónsul; en 1902 fue comisionado como cónsul en Londres y en 1904, en Sudáfrica; en 1910 sirvió en la embajada noruega en París y, en 1917, se desempeñó como Consejero en la embajada de su país en Berlín. Desde el 1° de julio de 1919 fue Ministro Plenipotenciario en Argentina además de Cónsul General en Buenos Aires, posición en la que se encontraba cuando viajó a Lima para asistir a la conmemoración del Primer Centenario de la República Peruana. Fue su único período latinoamericano que duró hasta 1924. Huitfeldt continuó su vida diplomática trabajando en Washington (1927), París (1934) y, por segunda vez, Londres (1940) sobreviviendo a la Segunda Guerra Mundial. Fallecería a los 74 años en Estocolmo, en 1948.

La Misión de Huitfeldt Bachke fue la primera de Noruega en el Perú en el s. XX y, como lo enfatizó entonces el Presidente Leguía cuando conversaron para darle la bienvenida, ésta tuvo un propósito prioritariamente comercial por lo que, en esta primera etapa, se le propuso contar con un consulado concurrente con el Perú desde el consulado noruego en Buenos Aires. En la segunda etapa, podría pensarse en un consulado noruego permanente en El Callao mientras que el Perú optaba por un consulado honorario en Estocolmo. Conocedor de las políticas proinmigración del Presidente Leguía, Huitfedt Bachke replicó colocando en la agenda la posibilidad de flexibilizar las disposiciones nacionales para promover la presencia de profesionales noruegos que, asociados a las industrias mineras, impulsasen la producción de hierro. A lo que el presidente peruano respondió “mi Gobierno cooperará con todos sus esfuerzos al robustecimiento de la amistad entre el Perú y Noruega, mediante el desarrollo cada día más vigoroso de sus relaciones de comercio, que es uno de los medios más eficaces para vincular a las nacionalidades”.

El 6 de agosto de 1921 concluyó formalmente la Misión Huitfeldt Bachke -que tuvo como adjunto al diplomático peruano Víctor Pezet Miró Quesada que serviría más tarde en Panamá- y antes de abordar el vapor “Mollendo” que lo llevaría de retorno a Buenos Aires dejó una nota para el canciller Salomón que decía “Al dejar Lima, una vez terminadas las fiestas del centenario, me es particularmente agradable expresar a Vuestra Excelencia la satisfacción que he experimentado al haber representado al gobierno real durante la gran celebración de la gran fiesta peruana”. Al parecer Huitfeldt Bachke quedó hondamente satisfecho por los resultados preliminares de su misión porque, el día 8, desde el barco envió un cablegrama, en francés, agradeciendo nuevamente al canciller peruano por las atenciones recibidas.

Las acciones de Huitfeldt Bachke, una centuria después, conservan su contenido porque Perú y Noruega han seguido trabajando para la consecución de los fines superiores de la civilización humana que las naciones que promueven los derechos humanos han puesto sobre sus programas y que les sirven de faros luminosos en su marcha hacia el porvenir y en su lucha por la protección del medioambiente.

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