• 28/11/2023 00:00

Saber pensar y actuar para solucionar nuestra crisis

Ayudemos a formar un ser humano nuevo que reúna más calidad que cantidad; con un “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”

Aún muchos no podemos estimar la génesis y su epílogo de la actual crisis nacional, que ha generado la aprobación de la ley 406 -vaya número que quedará en la memoria colectiva-, entre el Estado y la Compañía Minera First Quantum. Si la memoria no nos falla, consideramos que este estremecimiento colectivo se fijará, en los anales históricos de Panamá, con un galardón difícil de aplicar comunes parámetros de evaluación. Tenemos el ejemplo figurado de un barco que se hunde, sin que nadie sepa achicar ni encontrar, para frenar, la causa de la inundación; pues se ha perdido autoridad y, especialmente, capitaneado liderazgo.

Pero como toda crisis puede parecernos casual; para abordar el proceso de solución, la inteligente alternativa es identificar lo causal que se genera en un pueblo desconfiado de quienes gobiernan, por tantos casos abiertos de corrupción, debilidad de las instituciones públicas y ausencia de propuestas oportunas para satisfacer necesidades vitales. Este cansancio y decepción colectiva fue el detonante volcánico para que una marejada humana, sin distinción de creencias, desahogara, circunstancialmente, contra la descarada y cuestionable forma para la aprobación de esa ley.

Muchos nos preguntaremos ¿Cuándo y cómo se dio esta relación para este convenio que, a todas luces, se observa un ganador (First Quantum) y un perdedor (Estado Panameño); dejando dudas e interrogantes abundantes sobre la participación de los negociadores?

Veamos en retrospectiva, ubicándonos en el último cuarto del s.XX, con la presencia inicial de la globalización (otros dicen mundialización) al proceso de intensa integración internacional de la economía, a través de la liberación de los mercados y de un retroceso de la intervención del Estado en la vida económica. Pero veamos, resumidamente, lo que encierra la globalización con su política neoliberal y su inserción en Panamá: La globalización no es un accidente, menos un invento político; sino un giro de cambio del moderno imperialismo económico para reforzamiento de nuevas tendencias a expensas de otras que pierden su vigor; presentándose como la forma vital para que el capitalismo imperial-anglosajón se adapte para sostener su nivel, después de su trayectoria, con poder del dólar, desde 1960; cuando se enseñoreó como único heredero-depositario de las “ganancias” derivadas de la segunda guerra mundial. Históricamente, esta globalización neoliberal se presenta como la forma necesaria en la que el capitalismo se adapte a la correlación de fuerzas, siempre cambiante entre explotados y explotadores, y a otras circunstancias históricas dadas; a la vez que se esfuerza por recuperar y ampliar su poder; el cual se disminuyó por el ascenso con el empoderamiento de algunos países asiáticos, la liberación de los pueblos coloniales y la lucha de las nuevas naciones por emanciparse económicamente de la dictadura financiera imperialista; hechos que potenciaron el capitalismo estatal. (¿) Entonces no es casual que existan 200 empresas trasnacionales y dos agencias de financiamiento (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial) con el propósito de endeudar países “en vías de desarrollo” (?); a través de obras; muchas con sobre costo.

Indudablemente, para la finalidad anteriormente descrita, es imperioso poseer sistemas o modelos socioeconómicos en los países solicitantes; donde una clase socioeconómica, llamada plutocracia-burguesía, domina, como oligarquía, el poder político; siempre dispuesta a facilitar, con prebendas alentadoras de corrupción, inversiones privadas guiadas, últimamente, hacia el extractivismo minero.

Sin lugar a dudas, esta globalización, con su neoliberalismo salvaje liberador de los mercados y reducción del papel del Estado como regulador de la vida económica, encontró y sembró sus raíces en países, como Panamá, que aplican una democracia burguesa; donde una minoría, con el control-dominio de las relaciones de producción, imponen un modelo socioeconómico de acuerdo a sus intereses de clase social. Y a nuestro Panamá, donde el factor terciario(comercio) es prioritario. Esta “oferta” le cayó como el anillo al dedo; para privatizar toda producción con perfil estatal y estimular, mediante convenios dudosos, la inversión privada internacional; estimulando la consciencia mercantilista extraída por nuestra posición geográfica; ya heredada desde la conquista y colonización española. Pues la ideología imperante dominante, en quienes se proponen dirigir nuestro destino, es considerar toda empresa para rentabilidad económica; llámese privada, social o política. Tanto es así, que nuestros partidos políticos más parecen empresa de negocios que verdaderos partidos políticos.

Estos asomos originados, por una globalización neoliberal, han provocado la presencia de un modelo de gobierno que no contempla las necesidades de un país y no crea la oportunidad para liberar su capacidad independiente.

Por todo lo anterior, con esfuerzo breve para orientación y aprovechando el ejemplo crítico que se ha dado por el impugnado convenio entre nuestro Estado y la Cia. Minera First Quantum, recomendamos o proponemos: 1. Que al pasar esta tormenta, las organizaciones de masas exijan a los entes correspondientes del Estado, abrir consulta para una nueva constitución; con la finalidad de crear un nuevo sistema-modelo de una verdadera democracia, opuesta a una plutocracia antidemocrática; y que solo ha ayudado a cumplir con las frases anotadas en el encabezado de este artículo. Ayudemos a formar un ser humano nuevo que reúna más calidad que cantidad; con un “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”; como recomendó Abraham Lincoln.

2. Animemos la manifestación protestataria contra las injusticias; pero para conservar la vida.

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