• 04/03/2010 01:00

El viaje a Israel

Golpeado por la baja en su crédito político, el presidente Ricardo Martinelli, antes de su nuevo viaje al exterior, dejó en marcha una c...

Golpeado por la baja en su crédito político, el presidente Ricardo Martinelli, antes de su nuevo viaje al exterior, dejó en marcha una campaña propagandística para encubrir un operativo político que busca vender lo que no tiene.

El jefe de Estado ha ido en contra de la expectativa ciudadana y, en lugar de gobernar, se ha dedicado a suprimir a ese otro, identificado como la oposición política, la sociedad civil, sectores empresariales y la izquierda. Sin ese otro, está de más el Poder Legislativo, Judicial y el Ministerio Público. No hace falta una Contraloría General de la República que, al igual que los medios de comunicación, posea independencia.

Martinelli ha demostrado, en forma consistente, que su estilo totalitario no conoce límites. Por eso, contra pronóstico, emprendió un comprometedor viaje a Israel, con una escala de 16 horas en Qatar. Tan precipitada fue la inclusión de la visita al Estado qatarí que el avión presidencial —que realizó una sospechosa parada en Roma— no contaba con un plan de vuelo para aterrizar en Doha.

El resultado fue un atraso en el arribo con la consecuente alteración de la agenda oficial. La de Qatar fue una visita huérfana de logros significativos. La agencia oficial de noticias QNA no especificó si se retomó la construcción de una refinería en Puerto Armuelles, proyecto avanzado por el gobierno anterior.

No debió caer muy bien a la monarquía qatarí haber sido anfitriona de Martinelli en una gira cuya segunda escala es Israel, donde permanecerá hasta el viernes. Qatar es aliado, como parte de los Estados del Golfo Pérsico, de Dubái donde hace escasas semanas un comando del servicio extranjero israelí, el Mossad, asesinó a un alto dirigente de la organización palestina Hamas. La ejecución fue autorizada por el primer ministro Benjamín Netanyahu.

Ese mismo Mossad es el que ha incursionado en forma abierta en Panamá, luego de un supuesto intento de secuestro de Martinelli. Agentes de ese servicio secreto israelí fueron fotografiados custodiando al mandatario, lo que viola preceptos constitucionales y normas jurídicas. Se pone así en peligro el tradicional equilibrio y la atmósfera creada para que árabes, palestinos e israelíes convivan en pacífica armonía bajo el cielo patrio.

La visita de Martinelli a Israel, la primera de un mandatario panameño en casi tres décadas, es un desatino diplomático. Si hubiera sido su intención proyectar equilibrio, el jefe de Estado habría incluido una visita a los territorios palestinos. Pero el viaje no contribuye en nada a la paz y estabilidad de una de las regiones más volátiles del planeta. Después de todo el estilo de Martinelli no es el de aportar soluciones a los conflictos, sino el de incubar crisis y tormentas continuas.

*Periodista.d_olaciregui@hotmail.com

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