Un discurso conciliador y esperanzador...

El discurso del presidente de la República ya en propiedad, Juan Carlos Varela Rodríguez, ayer, fue de conciliación y esperanza. Muchas promesas, muchos compromisos, todos plausibles y no imposibles. Un llamado al trabajo conjunto de gobierno y gobernados, cubriendo todas las aristas posibles, la justicia social, lo económico, la seguridad, la educación, la salud, la cultura, el deporte, etcétera. Sin embargo, lo principal para el país, para su pueblo, para la NACIÓN PANAMEÑA, es que sea un gobierno que tenga como tarjeta de presentación la honestidad, con una piel y un corazón totalmente intolerantes a la corrupción, a la impunidad, que respete la separación de los poderes del Estado, los Derechos Humanos e Individuales, las libertades de expresión e información, que no se convierta en un gobierno excesivamente sensible a la crítica, que escuche y reconozca a tiempo cuando se equivoque y tenga presente cada día que recibió votos, no cartas en blanco, por lo que solo administra el país de todos. Lo más importante, quizá, es que nos dimos otra oportunidad como nación de zanjar las diferencias en el camino a fortalecer nuestra democracia.