• 17/09/2014 02:00

¡Hay esperanzas!

Diálogos de sordos en la ONU afectan el rol de ese importante organismo en la conservación de la paz mundial, pero se mantiene la esperanza

La forma en que fueron concebidas las asambleas generales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en que anualmente viajan a su sede en Nueva York los más altos dignatarios de cada país, buscaba encontrar un foro de debate y mutua comprensión para los países del mundo. La realidad es que, unas más y otras menos, se han ido convirtiendo en diálogos de sordos, en los cuales cada jefe de Estado da su discurso, la delegación más concurrida es la de su propio país y hasta los medios de comunicación les hemos negado un poco la atención que merecen. Eso no resta nada al importante rol que juega la ONU en el mundo, pero tal vez en el más importante, que es la conservación de la paz, sigue siendo poco lo que se logra. Ban Ki-moon, su secretario general, ha dicho en su discurso de apertura que ‘hay muchas razones para estar inquietos por el estado del mundo —seguro pensando en Siria, Ucrania, Medio Oriente, Iraq y el estado de los derechos humanos en tantos países—, pero también hay muchas razones para la esperanza’. A esperar que tenga razón.

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