• 22/05/2020 00:00

Resiliencia empresarial

Opinión editorial del 22 de mayo de 2020

Cuando se cometió la colosal infamia de incluir al Grupo Waked en la arbitraria Lista Clinton, con la evidente complicidad del Gobierno de turno y sus secuaces, nadie en su sano juicio pensaba que esta empresa editorial resistiría el duro embate que provino del coloso del norte. Sin embargo, lo logramos, gracias al esfuerzo colectivo y al respaldo solidario de los inversionistas, que en todo momento demostraron que contaban no solo con fondos de reserva para cualquier contingencia, sino con una sólida confianza en la legitimidad de sus derechos, en la fuerza de la verdad y en el advenimiento de mejores días. Ahora, con la crisis de la pandemia, nuevamente hay que encarar este problema con solidaridad, estoicismo y entereza y aplicar la resiliencia empresarial. Sin embargo, muchas empresas, que hacían gala de solidez, están demostrando graves crisis que mantienen asombrados a sus trabajadores y a la comunidad en general. Pareciera ser que sus estructuras financieras no contaban con fondos de reserva para las crisis y se repartían todos los dividendos, sin pensar en sus trabajadores y ahora los tienen suspendidos y padeciendo horrores. Incluso, hemos observado cómo algunas empresas sólidas, incluso bancarias con dividendos multimillonarios, no demuestran ese poder de resiliencia y abandonan lo más importante, que es su recurso humano, demostrando una ruindad imperdonable, ya que algunas, teniendo capacidad económica, han enviado a sus empleados a sus casas, sin siquiera garantizarles comida y todo para no disminuir sus ganancias. Hay otras, sin embargo, que, sin darse muchos bombos de Responsabilidad Social Empresarial, se han ganado el eterno afecto de sus colaboradores, cuyo efecto será muy positivo en el futuro cercano. Y esto está a la vista de todos. ¡Así de simple!

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