Sabiduría popular

Las equivocaciones que hemos tenido como país en los últimos 30 años, se deben, entre otras cosas, al desconocimiento que se tiene de la sociedad de abajo, a la que pertenece el gueto, la gente del campo... La imposición de políticas públicas, económicas y sociales, desde arriba hacia abajo, sin una planificación estratégica, lo que ha hecho es enterrar literalmente millones de dólares de las arcas del Estado. Ese desconocimiento parte de una concepción errada. Y es que las políticas parten del ideal de que el bienestar de la población es el que disfruta la población que está en un nivel económico medio alto, cuando la sociedad de abajo ni se siente a gusto ni quiere eso. Igualmente se equivocan en interpretar el nivel de aprendizaje, porque las políticas son diseñadas por quienes calibran el conocimiento popular desde una perspectiva que no toma en cuenta la sabiduría popular. Aquí, para hablarle al pueblo, no hay que inventar la rueda. Hay que utilizar la técnica de las telefónicas y empresas de celulares que logran que una persona que supuestamente tiene una educación baja sepa cómo navegar perfectamente en un celular, conocer eso de tiempo-aire y comunicarse a través de las redes sociales. En eso son más expertos que cualquier persona que tenga un doctorado. En pocas palabras, hay que utilizar la sabiduría popular para emprender el cambio hacia el desarrollo, en lugar de forzar políticas públicas imponiendo las cosas que terminan en un mar sin fondo. ¡Así de simple!