Hacia dónde vamos

Los entuertos que padecemos son producto de nuestra mala organización como sociedad. Lo peor es que, en los últimos años, hemos caído en el distanciamiento de grupos y desconfianza. Es decir, cada uno rema para su esquina y los resultados son desgarradores, porque lo que se ha hecho es asestar un duro golpe a la misma sociedad. Ya es hora de que cambiemos el rumbo y definamos hacia dónde vamos. Políticos atacando la realización de una obra, cuando debieran es proponer cómo hacer más eficientes los recursos para que se haga la obra o sindicatos cerrando calles para potenciar sus exigencias particulares. De seguir con estas prácticas, lo más seguro es que reine la anarquía, en lugar de la paz para la sana convivencia. Es entonces necesario que haya una reflexión de los diferentes grupos religiosos, económicos, profesionales, intelectuales y políticos sobre la nueva organización social. Estamos cumpliendo doscientos años de independencia de España y hay que definir qué vamos a hacer en los próximos 200 años. Temas tan fundamentales como el agua, la electricidad, la seguridad, la viabilidad, etc., hay que replantearlos y es necesario que estemos unidos para diseñar este nuevo país. Con el Pacto del Bicentenario tenemos ya un plan, ahora es cuestión de unirnos y emprender el camino hacia el desarrollo. ¡Así de simple!