• 09/02/2012 01:00

Liderazgo ausente

Desde hace más de un año las tensiones en Chiriquí y Bocas del Toro no ha hecho más que acumularse. Existían claros indicios de que la c...

Desde hace más de un año las tensiones en Chiriquí y Bocas del Toro no ha hecho más que acumularse. Existían claros indicios de que la crisis iba a explotar. Pero lo ignoraron. El gobierno subestimó deliberadamente los motivos indígenas y dejaron que prevalecieran las voces arcaicas que dominan el discurso oficial sobre el tema de la minería y las hidroeléctricas. Tras una semana de enfrentamientos se ha ganado un precario espacio para el diálogo, pero el problema es complejo y exige una participación ampliada para profundizar en los colaterales que genera una u otra posición. Ante esta coyuntura es trágico que no tengamos un liderazgo que conduzca intelectual y políticamente reflexiones autorizadas sobre lo que subyace al difícil tema. Algunos sólo repiten el argumento que había que preservar a toda costa el orden y la prosperidad, pero los muertos y heridos, la represión policial y las palabras de una diputada oficialista, le dan la vuelta al mundo y desmienten las explicaciones oficiales. Panamá está tristemente huérfana de líderes.

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