• 11/03/2020 04:00

Comercio electrónico

Opinión editorial del 11 de marzo de 2020

El mundo experimenta un nuevo esquema de comercio. Se trata del “E-Commerce” —o comercio electrónico—, una novedad que está impactando la economía de los países. Consiste en una forma de hacer negocios tan diferente a lo que conocemos, porque la tienda virtual reemplaza la física. El impacto es brutal, porque se afectan las ventas de estos negocios físicos que a su vez le pagan al empleado, pero al mismo tiempo impactan las recaudaciones públicas. Y casi todas las empresas están involucradas: los medios de comunicación social, los almacenes, los hoteles, los medios de transporte, los supermercados, las zonas libres, etc. Y lo más novedoso es que este comercio no es local, sino internacional. Esta nueva realidad que se impone ya está en el ojo de los entes gubernamentales y de los organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ya planean la forma de gravar a estos florecientes negocios. Se trata de crear un impuesto universal que aplicaría cada uno de los países miembros de la OCDE (161) y lo que busca es obligar a las gigantes mundiales, como Google, Uber o Amazon, a que paguen sus respectivos impuestos en cada país donde operan. En pocas palabras, el mundo entró a un nuevo esquema de negocios y los países no quieren dejar que sus arcas se vacíen porque no pueden cobrar sus impuestos con el modelo tradicional. Panamá parece haber decidido alinearse, después de años de batallas con la OCDE y acuerda unirse al que hasta hace poco era su verdugo.

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