• 12/07/2017 02:00

Una costumbre peligrosa

¿Por qué el Gobierno no hace un presupuesto acorde con sus ingresos proyectados?

Los últimos dos Gobiernos (Martinelli y Varela) han tomado como costumbre balancear sus astronómicos presupuestos con deuda. Hoy, destinamos al pago de la deuda más de tres mil millones de dólares al año y seguimos aumentándola, porque, para cumplir la meta presupuestaria, tenemos que balancearla con más deuda. ¿Cuál es la razón de esta costumbre peligrosa? Resulta que ambos Gobiernos se han dedicado a la construcción de infraestructura (con adendas y sobreprecios incluidos), cuya ejecución requiere de millones de dólares. Su tesis es que el país necesita la infraestructura para poder avanzar en su crecimiento, porque se mueve la rueda de la economía y le da trabajo a la gente. Pero ninguno de los dos Gobiernos ha dedicado un minuto de su tiempo a hacer ahorros importantes. Por ejemplo, suspender la compra de autos nuevos, bajar considerablemente la planilla estatal, ahorrar en alquileres, minimizar los subsidios y los gastos superfluos, como viajes, fiestas, donaciones… Tampoco ha hecho mucho en la eliminación de la dualidad de funciones de varias entidades. Y menos ha hecho en buscar alternativas viables para que la empresa privada genere más empleos. No tiene sentido que el presupuesto de 2017 llegue a los 21 mil millones de dólares; pues, tres mil de estos, son deuda nueva. ¿Por qué el Gobierno no hace un presupuesto acorde con sus ingresos proyectados? Sería menos ambicioso, pero más lógico. Señores, el secreto está en lograr la eficiencia y en ahorrar. Hay que abandonar esta costumbre peligrosa de seguir endeudando al país.

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