• 26/02/2011 01:00

Diálogo y desconfianza

El país, envuelto en una serie de protestas nacionales, respira un aire enrarecido por la reforma minera. Y tras fallidos intentos de ac...

El país, envuelto en una serie de protestas nacionales, respira un aire enrarecido por la reforma minera. Y tras fallidos intentos de acuerdos con los grupos indígenas que se oponen, esta semana, el presidente Ricardo Martinelli hizo un llamado al diálogo. La pregunta clave, ¿por qué primero se impone la reforma minera y luego el diálogo? ¿Qué puede salir de este método de gobierno? Lo que ocurrió: un desfiladero de manifestaciones, huelgas y malestar generalizado de la sociedad, especialmente de los grupos indígenas. Lo más grave vino luego, cuando se evidencian los ocultos ‘motivos’ de la reforma (las felicitaciones de Corea del Sur), y se resquebraja la confianza. El discurso oficial quedó lesionado y el diálogo, condicionado por estos claros precedentes. Pero el interés por dialogar persiste cuando la Iglesia emerge como posible mediadora. Aún así, no debe desestimarse la importancia de una comisión de alto nivel en la endeble mesa del diálogo por la minería.

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