A pagar por la basura

La queja porque Panamá se ha convertido en un basurero es generalizada y con fundamento. Basta recorrer las calles de la ciudad para darse cuenta de que los desechos la están sepultando. De ello no se salva nadie. Hasta en las barriadas más pudientes, es común observar avenidas, parques y costas, invadidas de basura. El gobierno, en particular el municipal que es a quien le corresponde la recolección y la limpieza de las calles, tiene sin duda una gran responsabilidad en el asunto. El sistema empleado hasta ahora ha sido ineficaz e inoperante y la recaudación tiene muchos vacíos. Sin embargo, no se le puede echar toda la culpa al Estado, cuando los ciudadanos que exigen que les limpien las calles se rehúsan a pagar por el servicio. Llegó la hora de organizar el recaudo e impedir que los vivos fraccionen las facturas para no pagar por la recolección de las basuras.