• 09/02/2019 01:00

Renovación de los partidos

 Lo triste es que los partidos son los que hacen Gobierno y justo los cuestionados que quedaron en estas agrupaciones

H a sido un error mayúsculo la campaña de desprestigio contra los partidos políticos. A lo largo de las últimas tres décadas, la campaña fue feroz y en lugar de fomentar la participación de ciudadanos con carácter y valores fortalecidos, lo que hizo fue provocar una estampida de estos. Lo triste es que los partidos son los que hacen Gobierno y justo los cuestionados que quedaron en estas agrupaciones, son los que han llegado y llegan al poder. Pero al margen de esta campaña, lo cierto es que los partidos políticos tienen que renovarse. Los partidos terminan atrapados por cúpulas en que la democracia es lo que menos respetan y muchos de sus miembros se ven obligados a abrirse por su cuenta. Ejemplos hay varios en Latinoamérica: Álvaro Uribe se salió del Partido Liberal y creó su propia corriente y llegó al poder. El recién electo presidente de El Salvador, Nayib Bukele, era miembro militante del FMLN, partido que lo expulsó solo porque su forma de pensar era diferente. En Panamá, los diversos partidos están causando crisis con sus bases, porque en la cúpula se hacen arreglos que terminan afectando la democracia de las bases. La democracia es un ‘sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes'. Y esta definición se aplica para todo, es decir, no solo para la elección del Gobierno de un país, sino para las agrupaciones políticas. Si esta definición no se aplica en los partidos y la cúpula es la que decide por su membresía, sin respetar la democracia interna, entonces se está en manos de autócratas o dictadores. Los partidos panameños tienen que renovarse o serán presa de las experiencias de Uribe o Bukele.

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