• 23/03/2015 01:00

Sorpresa indignante

Las acciones de la Contraloría y del Ministerio Público no se pueden hacer esperar en este caso

Y a hemos dicho antes que causa indignación, cada día, enterarnos de un nuevo escándalo que confirma la generalización de la corrupción en la cosa pública. Como si solo se tratase de abrir los cajones, encontramos sobreprecios en obras públicas y adquisiciones de bienes y servicios en MEDUCA, MINSA, MIDES, Ministerio de la Presidencia, MOP y, por supuesto, en el ya famoso PAN. Por eso, cuando se supo que, junto a la creación de una institución (la Autoridad Nacional de Ingresos Públicos, ANIP), se había realizado la contratación para que una empresa privada realizara la cobranza a los contribuyentes retrasados en los impuestos, la sorpresa no fue menor. La Constitución Nacional restringe esa actividad solo para el Estado; sin embargo, ni eso fue límite para la danza de millones. Pero donde hay que pegar el grito al cielo es al enterarnos de que Cobranzas del Istmo —la empresa que hacía el trabajo que le correspondía a la ANIP— se benefició de comisiones por gestionar el pago de impuestos a una entidad de la cual el Estado es el dueño del ciento por ciento de las acciones, como lo es el Aeropuerto Internacional de Tocumen y en la cual está sentado como presidente de su Junta Directiva el ministro de Economía y Finanzas. Las acciones de la Contraloría General de la República y del Ministerio Público no se pueden hacer esperar en este caso.

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