Viernes de pesadilla

Loque se vivió ayer en las calles y avenidas de la capital fue una pesadilla. Luego de tres días con protestas de jubilados y estudiantes, la semana cerró con un viernes de tranque más que caótico, el cual se extendió hasta casi las siete de la noche. A los jubilados independientes que reclaman el aumento en sus pensiones les siguió un grupo de familiares de víctimas y afectados por el envenenamiento masivo con medicinas del Seguro Social, quienes alargaron las horas del descomunal tranque vehicular causado por los jubilados sin que ningún alto funcionario se les acercara para tratar de desahogar los ánimos y las vías. Simplemente en la capital fue imposible que los vehículos circularan y lo que no se entiende es por qué ninguna autoridad interviene para evitar el sufrimiento de miles de personas. Esperamos que el Gobierno reflexione y la próxima semana no se repita el caos.