• 20/09/2009 02:00

La llorona

Glosas de la realidad política de Panamá.

LLEGÓ LA HORA

Si esa reunión fue cierta, entonces La Gata con Botas hizo lo que prometió, porque ayer dijo en la reunión perredista que “llegó la hora de guardar las garras” y “dejar de conspirar” contra nosotros mismos. Ahora la conspiración será contra El Zar.

EL CENTRO DE ATENCIÓN

Hablando de la reunión de los perredistas ayer, el que se llevó los aplausos fue El Toro, porque encendió el rancho y comandó la consigna contra El Enzapatilla’o. Esto se pone bueno.

VIVEZA

Mientras no se les aplique el mismo control que hubo de imponerle a las gasolineras para que no siguieran con el relajo del aumento de la gasolina, los vendedores de medicinas seguirán abusando de los pobres consumidores. ¿Qué esperas Pedro?

SE DESPEJA NEBLINA

Ahora resulta que ya conocían los mil y pico intoxicados que se quedaron por fuera. Cualquiera sabe que si sumamos las recetas y las restamos de los envenenados conocidos, hay que agregar el resto.

SE DESPEJA LA NEBLINA II

Lo más soso es la causa de muerte que la diagnostican los médicos, algo que no parece claro porque primero hasta desenterraron cadáveres.

EL DIAGNÓSTICO

Si la complicación la genera el falso sustituto denominado guayacolato como ocurrió en Panamá, que primero no sabían, luego dijeron que era otra cosa y finalmente se dieron cuenta de la trastada, pero empezaron a contarnos un cuento.

ENTRETÉNLOS

En aquel entonces, el gobierno de la honradez raudo nombró al pagador, para que entretuviera a las víctimas y a sus familiares porque este veneno se queda en el cuerpo o más bien, el daño es a corto mediano y largo tiempo y sino que le pregunten a los que quedaron vivos con sus diálisis o al mismo fiscal que sabe de farmacia.

EX DEFENSORES

Alguien me comenta que como el defensor Ricardito, en muchas ocasiones tortuguea en opinar en casos y temas que meramente debe atender la Defensoría del Pueblo, esto obliga a muchos a recurrir a la opinión de los antiguos defensores Juan Tejada e Italo Antinori. No puede ser... y que nadie llore!

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