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- 28/12/2014 01:00
Descentralización municipal
El país está dividido en diez provincias y setenta y siete municipios. De los 77 distritos, el 21 % son urbanos y se refieren a ciudades con población concentrada, trazado de calles y servicios públicos. En este grupo se encuentran principalmente las cabeceras de provincias y otras ciudades importantes, como David, La Chorrera, Chitré, Aguadulce y Colón.
El 31 % son distritos semiurbanos, donde se combina un caserío importante con poblaciones dispersas y pequeños caseríos a su alrededor. En este grupo se encuentran, por ejemplo, Soná, San Carlos, Guararé y Calobre.
El resto, o sea el 48 %, son distritos rurales compuestos por pequeñas poblaciones dispersas con poco desarrollo, como Tolé, Chepigana, Cañazas y Río de Jesús.
Los distritos son dirigidos por un alcalde conjuntamente con los representantes de corregimiento, todos escogidos por votación popular. Los representantes conforman el concejo municipal y se encargan de aprobar las normas y el presupuesto del municipio. Los municipios son entes autónomos y el alcalde tiene autoridad para ejecutar programas, realizar obras y resolver los problemas de las comunidades.
Los alcaldes nombran a los corregidores, que son las autoridades de policía en cada corregimiento, quienes atienden problemas de faltas en las comunidades, como conflictos entre vecinos, animales en soltura, etc.; pero no ejecutan programas.
Los recursos de los municipios provienen de impuestos municipales como permisos de construcción, venta de las placas de circulación de los vehículos, permisos para operar locales comerciales y otros. Estos recursos les permite cubrir sus gastos de administración y operación, pero no son suficientes para realizar inversiones importantes.
Por esta razón, el Gobierno está proponiendo la Ley de Descentralización de los Municipios, lo que significa darles a los alcaldes más poder y recursos para ejecutar planes y programas, con fondos proporcionados por el Ejecutivo, para ejecutar proyectos de desarrollo. Con este sistema, el Gobierno central podrá darles a los municipios descentralizados dinero del Presupuesto Nacional para ejecutar obras como reparación de calles, construcción de aceras con fondos del MOP, paradas de autobuses con fondos del Ministerio de Gobierno, y reparación de escuelas con fondos del Ministerio de Educación.
Con este traslado de fondos y de tareas especificas, el Ejecutivo convierte a los alcaldes en ejecutores de programas, pues son la autoridad más cerca de los problemas de las comunidades y de sus electores. Los alcaldes cobrarían más importancia.
No obstante, no basta con aprobar una ley de descentralización, si no se ejecuta una serie de tareas para lograr los resultados deseados. Para ello se necesita que el municipio sea apto para administrar recursos económicos y realizar obras. Esto demanda capacidad administrativa y técnica de gestión y de ejecución de proyectos. Por eso se necesita capacitar funcionarios como alcaldes, corregidores, tesoreros, asesores legales, administradores, ingenieros municipales, contables y auditores.
El problema es que los 77 municipios a nivel nacional no están al mismo nivel de organización, por lo que lo primero que habría que hacer es clasificarlos por categoría según su nivel de gestión y fortalecerlos con recursos humanos, para que operen en forma descentralizada.
Por esta razón, el proceso de capacitación hace que la descentralización tome mucho tiempo. Es un proceso gradual y selectivo, que debe incluir a los 77 alcaldes, independientemente del partido político al que pertenezcan, porque los mismos se deben a sus electores y no a su partido. Actualmente, el 43 % de los alcaldes son del partido PRD, el 29 % son del partido Panameñista y el 28 % son de Cambio Democrático.
Este nuevo sistema se debe iniciar con un plan piloto que todos los alcaldes puedan visitar, conocer experiencias y aprender. Para eso, lo más conveniente sería desarrollar tres planes piloto: uno en un distrito urbano, otro en un distrito semiurbano y otro en un distrito rural. En el distrito urbano, La Chorrera podría ser un caso piloto de descentralización. Puede ser descentralizado reforzándolo con personal técnico de primera y darle capacitación para que administre los recursos del Estado, planifique las obras, ejecute los proyectos y supervise las acciones de campo. El propósito es que La Chorrera sirva de modelo para otros municipios urbanos. Lo importante es que el alcalde de La Chorrera esté dispuesto a emprender la tarea.
Para emprender estas tareas, recomiendo la creación de un Instituto de Capacitación Municipal a nivel nacional, para el adiestramiento y formación de todas las autoridades locales como alcaldes¸ representantes, concejales, corregidores, tesoreros, ingenieros municipales y administradores. La función de este instituto incluiría la evaluación periódica de la administración y eficiencia de cada municipio, con reconocimientos e incentivos a los más eficientes, así como la elaboración de manuales y procedimientos aplicables. La capacitación en el instituto debe ser periódica, permanente y constante. No se puede descentralizar un municipio mientras no se compruebe que el mismo está preparado técnica y administrativamente para operar como un verdadero Gobierno autónomo. Lo ideal sería que en los cinco años del actual Gobierno se lograra descentralizar a los 77 municipios que conforman el territorio nacional. De esta manera, la respuesta del Gobierno central a los problemas de las comunidades llegaría con mayor rapidez y eficacia.
El instituto de capacitación debe depender del Ministerio de la Presidencia y debe tener una Secretaría que apruebe la descentralización de cada municipio que haya cumplido con los requisitos técnicos, administrativos y de gestión para realizar proyectos de desarrollo.
EXALCALDE DEL DISTRITO DE PANAMÁ