• 04/03/2012 01:00

‘El que se va es él’

E sa frase la recuerdo como si la hubiese pronunciado hace unos minutos. Su autor fue el artífice del primer golpe frustrado contra el s...

E sa frase la recuerdo como si la hubiese pronunciado hace unos minutos. Su autor fue el artífice del primer golpe frustrado contra el señor Manuel Antonio Noriega. Me refiero al coronel Leonidas Macías, quien hoy camina con la frente en alto, a diferencia del preso del Renacer y otros militares y civiles que avasallaron a este pueblo.

Sí, el hecho que me ocupa hoy ocurrió un 25 de febrero, hace 24 años, día en que el señor Erick Arturo Delvalle, actuando como presidente de la República, le anunciaba al país que había decidido, por la salud de la nación, jubilar a quien era el jefe de las mal llamadas Fuerzas de Defensa, Manuel Antonio Noriega.

Una vez se conoció la decisión de Delvalle aparecieron, en las afueras de la Comandancia, ubicada en El Chorrillo, los coroneles Elías Castillo y Leonidas Macías. Macías era el que demostraba más rechazo a la decisión del presidente Delvalle y con voz alta dijo a los periodistas, ‘el que se va es él’.

En pocas palabras, un militar que debía obediencia a su jefe máximo, que constitucionalmente era el presidente Delvalle, le decía al mundo que quien se iba era el propio mandatario. Debe recordar el público lector que Delvalle llegó al Palacio de Las Garzas como primer vicepresidente de Nicolás Ardito Barletta, luego que éste fuera echado por los militares por atreverse a nombrar una comisión independiente que investigara unos de los crímenes más horrendos cometidos en la historia republicana; me refiero a la detención, tortura y decapitación del doctor Hugo Spadafora Franco.

Ardito Barletta compitió contra Arnulfo Arias Madrid en las elecciones de mayo de 1984, resultando ganador por una diferencia irrisoria de 1713 votos. Esas fueron las primeras elecciones libres, luego del golpe contra Arnulfo Arias Madrid cometido por los militares el 11 de octubre de 1968. Dicen que el fraude fue tan monstruoso, que a partir de 1984 al señor Nicolás se le conoce como Fraudito.

Los militares, a quienes se les atribuye ser los artífices de ese fraude, dirían ‘si nosotros lo pusimos, nosotros lo quitamos’, y así como hicieron con Nicolás Ardito Barletta, también lo hicieron con su suplente, Erick Arturo Delvalle y de paso se llevaron al segundo vicepresidente, Roderick Esquivel.

Vaya que este país vivió momentos de angustia y zozobra. No sólo se sintieron durante los años en que gobernaron los militares, también se dieron en aquellas épocas en que la Guardia Nacional fue utilizada para poner, quitar y apresar a mandatarios. Hoy, luego de la invasión, hemos transitado por años de relativa calma y, por fortuna, desde Guillermo Endara Galimany, El Grande, hasta la fecha, estamos construyendo esa democracia que tanto nos ha costado.

El 25 de febrero, es un día para recordar y a la vez rechazar aquel grito de Leonidas Macías. Que esa frase, ‘el que se va es él’, no se repita nunca más y que todos estemos vigilantes para rechazar a quienes se atrevan a atentar en contra de ese método civilizado que es la democracia. Dios los bendiga a todos.

DIPUTADO DE LA REPÚBLICA.

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