• 21/04/2012 02:00

Estética social

El arte presenta la estética como la realización de lo bello de la Humanidad. La sociología objetiva, también aspira y encuentra la armo...

El arte presenta la estética como la realización de lo bello de la Humanidad. La sociología objetiva, también aspira y encuentra la armonía y la perfección, en los hechos cívicos y aún políticos históricos y actuales. Naturalmente que va a depender de la percepción, el tipo de análisis y los valores que se den de los hechos.

Lo sensual, visual, auditivo, objetivo, etc.; dan la sensación del placer biológico o psicológico, vivido internamente con la emoción funcional o intelectual del corazón y el cerebro. En el placer se crea la vida y el amor produce la sociedad, la familia. Por esa belleza social, como justicia universal ética se mueve el mundo. Ante las tragedias que sufre la Humanidad, con la ignorancia y la pobreza de muchos; las corrientes filosóficas, las ideologías, las religiones se pronuncian buscando y marcando los caminos hacia su redención.

La opulencia de los ricos, la inequidad en la disposición de los bienes, el consumismo materialista, la depredación ambiental de la naturaleza, el endeudamiento del futuro nos dan un imagen patética y antiestética de una realidad que el homo sapiens viene luchando por superar desde milenios. Mientras unos viven en la felicidad de satisfacer todas sus necesidades, utilizando todos los avances tecnológico, aun en el lujo y el despilfarro; otros apenas salen de la edad de piedra y en nuestro medio, los hermanos indígenas viven en el abandono de una contradicción cultural de desarrollos disímiles en el tiempo.

La socialización del socialismo ha sido una ruta que ha sido anunciado por doctrinas orientales, el cristianismo, los marxistas, y muchos más. Esos conceptos por su raíz y esencia son democráticos, porque vienen del pueblo, y tienen que ser libres, como lo es la voluntad humana. Las imposiciones y las dictaduras no caben en su definición, porque sería una contradicción al bienestar social y a la dignidad. El individualismo de la propiedad, en la práctica produce para el propietario, es de interés personal o empresarial, y es la esencia del capitalismo.

Pero esa concepción egoísta por principio, concentra los activos, las finanzas, crece y llega a la OCDE, al BM y a el FMI. Todos esos fondos deberían ser compartidos con trabajadores y consumidores. Así lo predican musulmanes hebreo, cristianos, budistas y otros; como una intención de participar y no de explotar, abusar o engañar. Comercializar y producir debería tener una connotación humanística por principio. Un social capitalismos. Pero lo más cercano que ha aparecido es el capitalismo de estado o socialismo de mercado.

Lo terrible de todo esto es que para asegurar el control de las producciones y en un feroz e inhumana competencia se utilizan todos las trampas, las mentiras las especulaciones, demagogias, las falsas acusaciones como de poseer armas masivas, las guerras, los golpes de Estado, etc. Por otra parte, el socialismo, por no tener el incentivo de acumular bienes, no produce con masiva eficacia, y en algunos lugares se emplean procedimientos de fuerza para hacer producir a los trabajadores y eso vulnera la base mismo del sistema de libertad de acción. El capital produce, pero no distribuye.

El socialismo produce menos y luego, también reparte menos. El objetivo estético de la cultura, el bienestar, la seguridad y la felicidad general armónica de la sociedad sigue siendo el cenit a alcanzar. No solo es el monetarismo la meta, ni las inversiones y ganancias de los comerciantes, sino la estética social en toda su toda su amplitud y profundidad. Es la calidad de vida para la comunidad en el tiempo, es la realización psicosocial colectiva, es la paz, la salud, la alegría.

En nuestra historia, el internacionalismo transnacional de izquierdas y derechas no han manejado, distorsionando y desviándonos de los logros que geopolíticamente tenemos que alcanzar. En ese rumbo nuestra riqueza geográfica ha permitido al comercio mundial un megacrecimiento por siglos, del que aun no participamos en su justa dimensión.

Si calculamos los billardos que se han movido por nuestras aguas; deberíamos ser los distribuidores, el filtro, el control, la plataforma logística y los productores de valores agregados de ese comercio. Por no tener la experiencia y un nacionalismo pragmático nos han manipulado con el control militar y económico del Canal.

No me referiré a lo bueno de la dictadura torrijista, porque ya lo saben. El torrijismo fue un pseudo panameñismo social con un paraguas entreguista corrupto neoliberal. Allí están las pruebas: los tratados, las privatizaciones, y la invasión. La lucha generacional por la soberanía (9 Enero 64) fue usurpada con una caricatura populista que aprovecharon algunos cómodos oportunistas de pseudo izquierda, armando el PRD como un híbrido con banqueros privatizadores que asesinaron a Floyd Britton y cientos más, exilaron a Diana Moran (q.e.p.d.), abandonaron a Hugo Víctor (PC) y cientos más. Tremenda contradicción. Otros también han caído en las mismas lacras.

Torrijos fue creado para firmar los tratados y le dieron el negocio del tráfico de armas, que lo llevó a su fin. Pero Leopoldo Aragón, quien se inmoló para denunciar preventivamente lo negativo de los tratados, documentó oportunamente estos hechos (alguna estructura de la ampliación debería llevar su nombre); y ya es la hora realista de modificar esos tratados para superar la condición de protectorado con que nos invaden, pero, sobre todo, para concretar el desarrollo social, que merecemos los que en esta tierra trabajamos y vivimos. Es el momento de enmendar los errores pasados, corregir la impunidad, indemnizar, volver al camino del 9 de Enero del 64, buscar la unidad popular y, ahora con un nuevo canal, alcanzar la victoria social de rescatar nuestra total y real soberanía económica y militar para un Panamá mejor.

Mantenga limpia la ciudad.

En memoria del Prof Dr. Enrique Egaña Barahona (Chile).

MÉDICO Y EXMINISTRO DE ESTADO.

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