• 15/07/2012 02:00

Con paciencia y pasión

Uno de mis pregones preferidos, desde que lo escuché, es el de la actriz que protagoniza a la abuela Claudia en el musical ‘In the heigh...

Uno de mis pregones preferidos, desde que lo escuché, es el de la actriz que protagoniza a la abuela Claudia en el musical ‘In the heights’ y que ante las adversidades de la vida siempre decía ‘paciencia y fe’. Pero al escuchar a Ricardo Gago recibir recientemente la condecoración nacional de la orden ‘Belisario Porras’ en el salón de la Gobernación, el mismo desde donde despachó el Doctor Belisario Porras, entendí el sentido que tienen las personas comprometidas a dejar una huella —léase coleccionistas, mecenas o patriotas— a través de las acciones de su vida, sin apuro y también con fe.

El Doctor Belisario Porras dejó un legado inconmensurable mediante sus obras, todas hechas con visión de futuro, a tal punto que las mismas han trascendido su siglo y hoy día son testimonio de pertenencia para todos los que podemos apreciarlas. El día de la condecoración, en el Palacio de la Gobernación, restaurado con esmero y antes Palacio de Gobierno, se mostró en la planta baja su testamento, manuscrito en una caligrafía impecable donde daba cuenta de sus bienes que, entre otras cosas, lo formaba una casa con techo de zinc y un alambique en su propiedad en Las Tablas. Magras posesiones de un abogado, escritor, poeta, profesor, diplomático, militar, periodista y político panameño que ocupó la Presidencia de la República durante tres períodos.

Desde el balcón de ese edificio declaró inaugurada oficialmente al Exposición Nacional de Panamá en febrero de 1916, en conmemoración a la apertura del Canal de Panamá, que se efectuó dos años antes y en seguimiento a la Ley 42 de 1912, mediante la cual se aprobaba la construcción de una majestuosa obra que sería constituida por cuatro estructuras arquitectónicas. Al lado del Palacio de Gobierno se construyó el Palacio de Bellas Artes, que hoy día es sede de la Procuraduría de la Administración. Gracias a Dios y a los gobernantes que lo impidieron, estos dos edificios han sido preservados en todo su esplendor y estilo y no han sucumbido a la voracidad especulativa que ha derrumbado casi todas las obras de arquitectura valiosas del área de Bella Vista y que han dado paso a esperpentos o, en la mayoría de los casos, a tristes lotes baldíos que no alcanzaron a gozar de la vorágine inmobiliaria.

En esa exposición se buscaba también enaltecer y honrar a Vasco Núñez de Balboa, en los 400 años del descubrimiento del Mar del Sur. Pronto estaremos celebrando el V centenario de este acontecimiento y se planean actos elocuentes que no tengo duda tomarán en cuenta la paciencia que tuvo el adelantado y la pasión que lo llevó a descubrir ese otro gran mar del que había escuchado hablar al cacique Panquiaco y del resto de los indígenas que había encontrado en Tierra Firme.

No queda duda que al Doctor Belisario Porras lo inspiraba una gran nobleza para el país, en todos los aspectos, el más importante, el de dejar instituciones que respaldaran su obra y siguieran sirviendo al pueblo panameño. De la misma forma, su manera honrada y abnegada de servicio es el vivo testimonio que solamente con buen paso y gran fe se puede dejar un legado.

Todo esto me hizo reflexionar sobre perseguir riquezas en este mundo, pero permitiendo a todos disfrutar de las mismas. Eso es lo que ha hecho un coleccionista apasionado como Ricardo Gago al donar su colección de antigüedades al Museo del Canal Interoceánico y publicar un precioso libro catálogo, que recoge de forma impecable la acuciosidad de esa pasión de coleccionista, pero su desprendimiento a la hora de compartir. Hay coleccionistas que atesoran sus obras en sótanos blindados y se visten de gala para verlas, sin que las mismas sean exhibidas mientras vivan. Si tienes la bendición de contar con los recursos para atesorar, se debe tener también el desprendimiento de compartir y sobre todo, guiar.

ARQUITECTA Y EXMINISTRA DE ESTADO.

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