• 27/01/2013 01:00

¿Qué es una asamblea constituyente originaria, participativa e incluyente?

Una constituyente no sólo es hacer una nueva constitución. La misma puede ser hecha por varias vías, una de las cuales es mediante un gr...

Una constituyente no sólo es hacer una nueva constitución. La misma puede ser hecha por varias vías, una de las cuales es mediante un grupo de notarios; otra puede ser bajada de internet; otra es que los diputados se conviertan en constituyente y la elaboren, Lo mismo puede hacerse mediante la recolección de firmas para una Constituyente Paralela, una especie de hibrido dentro de la constitución vigente. Ninguna de ellas es originaria, ni participativa, ni incluyente.

Cuando sostengo que una constituyente no se limita a elaborar una nueva constitución es porque el mismo pueblo es el que se convierte en agente constituyente, vale decir, es quien va a producirá, quien la va a parir. La primera pregunta que nos formulamos es cómo los alrededor de 2 millones de panameños mayores de edad vamos a meternos en un recinto a debatir artículos por artículos. Sería una aberración. ¿Qué organización política es la más próxima a la gente? Los corregimientos. Los circuitos electorales son muy grandes y la retroalimentación entre diputados y votantes no se da. De manera que los constituyentes deben ser representantes de los corregimientos. Aquí hay que introducir dos modificaciones. La primera es que cada persona que aspire a ser constituyente puede presentarse con entera libertad al proceso de elección. Más aún, los partidos políticos no pueden seguir abrogándose el privilegio antidemocrático de ser ellos los que postulen a los candidatos. Los partidos políticos en este proceso electoral no tienen nada que hacer. Sus miembros, como ciudadanos, se pueden postular. La constitución vigente les otorga a esas organizaciones privilegios antidemocráticos, ya que han que pasar por sus filtros para aspirar a una representación. Los mismos son frenos para el ejercicio de la democracia. La otra modificación es lo que denomino retroalimentación positiva, esto es, garantizar los mecanismos de consulta permanentes entre el constituyente y los electores, de manera que la Carta Magna que resulte sea el producto del sentir de la mayoría de la población. Dentro de esta modificación se incluye la revocatoria de mandato para aquellos constituyentes que incumplan con la consulta y las directrices que le den los ciudadanos.

Todo músculo que no se activa, se atrofia. Los panameños, como muchos pueblos del mundo, no sabemos participar en la gestión de gobierno. Estamos acostumbrados a delegarles esa tarea a otros y nos limitamos a la denuncia y a la protesta. La democracia representativa fracasó porque no le dio cabida a que la gente participara; pero nosotros, el pueblo, nunca exigimos tal participación. Se nos enseñó a ser entes pasivos y nos acostumbramos a ese estilo. Ahora bien, este proceso no es nada fácil: exige muchos sacrificios. Exige una enorme responsabilidad de todos. Exige estar atento a lo que ocurre. Por todo ello considero que si logramos la convocatoria de una asamblea constituyente originaria, participativa y que no deje a nadie por fuera, estamos dando un paso en firme en el camino de la democracia participativa. Por supuesto, que el gobierno y los partidos políticos aunarán esfuerzos contra esa convocatoria. Por otra parte, todas aquellas personas que han decidido ajustarse a la constitución vigente para participar en el próximo proceso electoral ya tomaron partido en defensa de la actual constitución, por más promesas que hagan de convocar a una constituyente originaria una vez lleguen al poder. No se puede caminar en la procesión y replicar las campanas. Ahora, ¿de quién depende esta convocatoria? De nosotros, que somos la inmensa mayoría.

*MÉDICO Y ESCRITOR.

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