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- 21/02/2013 01:00
La paternidad más hermosa
Esta mañana recibí un correo de una gran amiga, donde me preguntaba si tendría algún otro artículo o si podría escribir uno para la campaña de valores que seguimos en nuestro Club Rotario de Panamá. Buscar un tema no me resultó difícil como en otras ocasiones. Esto vino como anillo al dedo, ya que hace poco experimenté un cambio en mi vida muy importante: la paternidad.
La paternidad, del latín paternitas, hace referencia a la cualidad de padre o progenitor, también se refiere al autor de algo. Definitivamente que adoptar el rol social de padre conlleva una serie de responsabilidades que alcanzan el nivel de obligaciones legales. Se adquiere el deber de cuidar y educar a los hijos. Hay que indicar que la maternidad o el llegar a madre también implican una serie de cambios.
En los últimos años ha habido cambios en la estructura y en la dinámica familiar, se han manifestado importantes cuestionamientos al modo tradicional de comprender y ejercer el rol de la paternidad. De una figura paterna centrada en la exclusividad de sus contribuciones económicas y el ejercicio vertical de la autoridad, se está transitando a una concepción de la paternidad que enfatiza las relaciones basadas en el afecto y en la cercanía que los hombres pueden establecer con sus hijos e hijas. Este tránsito, sin embargo, ocurre lentamente y enfrenta diversas resistencias culturales, psicológicas, y sociales, que hasta ahora han dificultado su avance. Los cambios en las formas de abordaje de la familia, que evidencian la necesidad de desarrollar nuevas definiciones normativas entre los sujetos, las familias y el Estado.
La paternidad debe ser de manera responsable y en este aspecto hay muchas organizaciones y escritos que se refieren a esto, por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Iglesia Católica se han ocupado del tema. Recordemos que el año 1994 fue dedicado a la familia. Juan Pablo II en la encíclica sobre la misericordia señala, en una explicación al pie de página, esta riqueza de Dios Padre que, por una parte, es fiel a sí mismo y responsable del propio amor, totalmente gratuito, no fruto de un mérito como una necesidad interior: es una exigencia del corazón. Estas y otras consideraciones, nos facilitan comprender la paternidad humana. El buen padre ayuda al hijo a em prender con valentía los caminos de la vida.
Cada momento que paso con mis hijos parece mágico e irremplazable, y ahora entiendo un poco mejor al mío, creo que es algo normal al pasar de hijo a ser padre también. Los padres no deben procurar solo brindar adecuada vivienda, alimentación, educación, salud y vestimenta a sus hijos, sino además, tienen la responsabilidad de brindarles amor, amistad, tiempo y protección, es decir, dar vida en plenitud.
La paternidad es un valor importante en la vida, es decir, cuando suponga que todos los sacrificios y renuncias que hay que hacer se compensan con el disfrute de ver cómo el niño o los niños se desarrollan y son felices. También cómo cada uno en su rol de padre contribuimos a que existan más personas respetuosas de las leyes que sepan vivir en comunidad, reconociendo las libertades de los demás y siendo sensibles con aquellos menos afortunados. Espero ser un ejemplo para mis hijos y poner mi granito de arena para que tengan un país lleno de bondades y donde puedan vivir, y quien sabe, algún día, les toque a ellos también la paternidad. Enseñarla es la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos.
ROTARIO.
—COMISIÓN DE VALORES CÍVICOS DEL CLUB ROTARIO PANAMÁ.