• 21/01/2014 01:00

Elecciones en el siglo 21

No hay duda de que con el pasar del tiempo las cosas cambian. El secreto está en saber cambiar con los tiempos, o simplemente convertirs...

No hay duda de que con el pasar del tiempo las cosas cambian. El secreto está en saber cambiar con los tiempos, o simplemente convertirse en viejo. A medida que la actual campaña política avanza, me estoy convenciendo de que mi época ya pasó. Esta campaña no se parece en nada a las que yo conocí o trabajé. Comienzo por los candidatos. Si me preguntas a mí, quien lidera en las encuestas, es el que menos perfil de presidente tiene en mi libro. Muy poca experiencia como funcionario, rehúsa entrevistas y debates, llega a lugares sin avanzada, es opacado en eventos donde llegan los otros candidatos. Su proyección es mas bien dependiente y casi que como muchos temen, títere del verdadero candidato oculto, Ricardo Martinelli. Sin embargo, apoyado con una campaña mediática intensa y la fuerza del presidente altamente popular, lidera las encuestas.

Luego está la campaña. En mi libro, el secreto estaba en caminatas por todos los barrios poblados, dejando afiches, gorras, camisetas, programando reuniones numerosas en medio de cada caminata y luego concentraciones mayores por circuito o distrito. Hoy, las campañas son una lluvia de tuits, fotos y mensajes en Facebook, reuniones en casas de familia, especialmente de líderes naturales de la comunidad. Hoy, es inútil llegar regalando chucherías, ni siquiera las acostumbradas donaciones de hojas de zinc, bloques o matrículas escolares. Todo eso opacado por los regalos de valor que diputados buscando la reelección y con apoyo del PAN y partidas circuitales resuelven grandes problemas de los electores, desde el pavo, bolsas de comida, electrodomésticos, etc. Hoy, haces el ridículo dando un calendario o un llavero, cosas del pasado.

Antes el ‘call center’ era para llamar a todos los electores y dejarles un mensaje grabado del candidato, hoy los ‘call centers’ se organizan para intervenir en programas radiales o televisivos, para abultar los votos a un candidato en encuestas telefónicas, y muchas veces para desprestigiar y atacar con mensajes negativos o propios de campañas sucias vía telefónica a emisoras.

Luego está el método moderno de campaña: el uso al máximo de la televisión. Para ser efectivo, necesitas varias cosas en este siglo: uno, dinero en cantidad; dos, un creativo excelente. Las cuñas de televisión, si no llaman la atención, si no gustan al elector, si no transmiten el mensaje que busca el candidato dejar, se convierten en un despilfarro de recursos. Por supuesto que si las cuñas no pasan lo suficiente, tampoco llenan su cometido. Hoy, vemos todo el espectro de lo que es campaña mediática. Un candidato, ARIAS, con exceso de cuñas y pautas, lo que puede llevarlo a la saturación de su propio electorado. En un mismo programas ves hasta seis pautas del candidato, sin contar las del gobierno, que el electorado las ve como del candidato.

Luego tienes dos candidatos con menos recursos, Varela y Navarro, pero que ninguno aprovecha las cuñas y pautas de sus candidatos a alcalde. Así, hoy pareciera que Blandón tiene más pautas que Varela en TV, pero las cuñas de Blandón no hacen mucho esfuerzo en vender a Varela. Idem el caso de Fábrega y Navarro. Antes, en las campañas que yo conocía, los alcaldes vendían su candidatura y al presidente, lo que daba un apoyo importante a la candidatura presidencial. Y ni hablar de las calcomanías de carros, algo del pasado que en esta campaña aún no han aparecido.

Las guirnaldas de banderas de los partidos, parece que se están guardando para el último mes, muy poca presencia de banderas de partido en esta campaña, al menos hasta ahora. Lo cierto es que la campaña de este año parece estar centrada en la Presidencia y quizás algunas alcaldías. Pero hay muy poca presencia de aspirantes a diputados y de representantes menos. Los candidatos presidenciales buscan presencia en programas de debate televisivo, asisten a cuanta entrevista les ofrecen, aunque no tengan nada nuevo que añadir o decir. A tres meses y medio de las elecciones, ya el pueblo conoce el mensaje central de Varela (agua y cero letrina) de Navarro (baja la canasta y seguridad) y de Arias (más cambios). Pero el elector se ha quedado esperando cómo se darán las soluciones que espera del próximo gobierno.

Si analizamos el caso de la Alcaldía del Distrito Capital, vemos que los tres candidatos piensas hacer lo mismo, tienen el mismo diagnóstico de lo que falta y se necesita. Entonces, lo que hará que votes por uno y no otro es la proyección de capacidad administrativa para realmente hacer lo que propones. En el caso que trato, una candidata es actual alcaldesa y el electorado se pregunta ¿por qué no hace todo lo que propone siendo ya alcaldesa? Otro, fue dos años asesor del alcalde y la pregunta es la misma, ¿por qué no hicieron nada de lo que propone ahora, entonces? Más fácil lo tiene el diputado Fábrega, quien trae el conocimiento del distrito y sus ideas no las podía poner en práctica antes de llegar a la Alcaldía.

En conclusión, olvidemos las campañas de años anteriores, hemos entrado en el siglo 21 y las nuevas campañas, mucho uso mediático, mucho uso de redes sociales, poco debate y han cambiado las reglas en cuanto a qué regalar al electorado. Poco a poco la época de besar bebés, comer sancocho y ser padrino de bautizo, han quedado atrás.

INGENIERO INDUSTRIAL Y ANALISTA POLÍTICO.

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