19 años del ataque a un urbanismo

Actualizado
  • 11/09/2020 00:00
Creado
  • 11/09/2020 00:00
Las torres gemelas estaban diseñadas para resistir el impacto de las aeronaves, sin embargo, no las altas temperaturas producto del incendio de las reservas de combustible. Hoy el sitio ha retomado sus funciones originales de comercio, espacio público e importante nodo de transporte, añadiendo también el atractivo del memorial y museo al uso para turismo y recreación
Hoy el sitio ha retomado sus funciones originales de comercio, espacio público e importante nodo de transporte, añadiendo también el atractivo del memorial y museo al uso para turismo y recreación.

Los nacidos en Estados Unidos, el martes 11 de septiembre de 2001, hace 19 años, podrán votar por primera vez en la elección general el próximo 3 de noviembre. El conjunto y las torres fueron objeto de ataque por todo aquello subyacente que permitió e impulsó su construcción y funcionamiento.

Sin ascensores, ferrocarriles, tecnología de comunicación y financiera, no hubiera existido una concentración de tantas personas, bienes y significados, para justificar la construcción de las torres e infraestructura de transporte de todo el centro financiero al sur de Manhattan.

El World Trade Center original

Antes de la construcción del World Trade Center (WTC), parte de sus terrenos estaban bajo las aguas del río Hudson y otras partes se conocían como Radio Row. Hacia el este se encuentra Greenwich Village.

El proyecto se construyó entre 1965 y 1975 y estrenó el 4 de abril de 1973 con las dos torres gemelas. Estos dos edificios iguales, diferenciados al llamarles torre norte y sur, con las direcciones WTC 1 y 2, respectivamente, eran los edificios más altos del mundo en su momento, con 107 pisos cada uno. El conjunto consistía en una supermanzana de seis hectáreas y media con siete edificios en total, agrupados alrededor de una plaza central. Para unificar los terrenos se eliminaron dos calles y se redujo la rodadura de otra. Allí, en 1,2 millones de metros cuadrados de espacio, operaban 430 compañías, trabajaban 50,000 personas e iban de paso unas 140,000.

El 11 de septiembre en cifras.

Las supermanzanas se han desarrollado con el concepto de diseño urbano de la arquitectura moderna, con el objetivo de proveer amplios espacios abiertos a nivel de calle y del suelo natural. Este concepto ha evolucionado a lo largo del tiempo, y se inserta en la práctica actual del urbanismo con miras a la movilidad en el centro de las grandes ciudades.

Con el fin de obtener mayores beneficios económicos del conjunto, el propietario, la Autoridad Portuaria de NY y NJ firmó, en julio de 2001, un contrato de arrendamiento por un plazo de 99 años con Silverstein Properties y el Westmore Group. El acuerdo se firmó con algunos aspectos de seguros en etapa de borrador.

El 11 de septiembre de 2001

Desde muy temprano esa mañana, el grupo terrorista al-Qaeda lanzó cuatro ataques coordinados contra EE.UU. Tras ellos, se registraron 2,977 fallecidos y más de 25,000 personas sufrieron heridas y consecuencias de salud a largo plazo; también se valoran las pérdidas económicas por destrucción de propiedad e infraestructura superiores a los $10 mil millones. Ese día fue el ataque más mortífero de la historia y el episodio con más muertes de policías y bomberos en EE.UU.

Los terroristas secuestraron cuatro aviones, que salieron de distintos aeropuertos, para utilizarlos como armas; dos de ellos al chocar con las torres gemelas, uno contra el edificio del Pentágono y un último que se estrelló en una zona rural de Pennsylvania sin alcanzar su destino en Washington D.C.

Las torres gemelas estaban diseñadas para resistir el impacto de las aeronaves, sin embargo, no las altas temperaturas producto del incendio de las reservas de combustible. Al desplomarse las torres, destruyeron también el hotel Marriot, y el daño a los demás edificios del conjunto fue tanto, que finalmente se demolieron todos.

El proceso de reconstrucción

Tras lo ocurrido hubo reacciones diversas. Parte de la población pedía que al reconstruir se hiciera algo 'mayor y mejor' como muestra de fuerza y resiliencia social, económica e ideológica.

Los cambios al conjunto parecen pequeños, comparados con la historia detrás de su construcción, destrucción y reconstrucción.

Otros, como el urbanista, profesor y crítico de arquitectura Michael Sorkin, expresaban una visión completamente contraria, en la que la tierra debería quedar vacía para conmemorar a las víctimas.

Y, por supuesto, existían también tantas visiones distintas e intermedias como los muchos involucrados, interesados y afectados.

Se estableció la 'Lower Manhattan Development Corporation' para coordinar con los actores de la sociedad civil y el sector privado de ambos estados. Sorkin escribió mucho y frecuentemente, en artículos de opinión, libros y a través de su papel docente, activista y profesional. Analizaba no solo el proceso, los hechos y las distintas opciones, sino también la cobertura mediática y las interpretaciones que se podían hacer sobre estos, su agenda o sesgos.

Para entender la complejidad de la situación, se debe considerar que el rediseño del proyecto tendría implicaciones para muchísimas personas que transitaban por la infraestructura subterránea de transporte del conjunto a su paso hacia el distrito financiero; el propietario institucional; el arrendatario, quien seguía pagando la renta millonaria por un terreno en ruinas; y la comunidad de vecinos y negocios cercanos; las víctimas y sus deudos.

Inicialmente se contrató a la firma Beyer Blinder Belle para elaborar un plan maestro y se presentaron seis esquemas. La reacción del público entre indiferencia y rechazo dio pie a que se abriera un concurso internacional, y el ganador fue el arquitecto Daniel Liebeskind, nacido en Polonia, quien sería el responsable del nuevo diseño urbanístico.

Un renacimiento para el WTC

Importantes aspectos del nuevo trazado fueron la recuperación de las calles Fulton, Grenwich y el ensanche de la calle Liberty; también es importante la apertura de la nueva plaza hacia el World Financial Center (diseño del arquitecto Argentino César Pelli) al oeste.

Entre las principales edificaciones del nuevo WTC destacan las siguientes:

La nueva torre WTC1, llamada 'Freedom Tower' o Torre de la Libertad, que fue diseñada por David Childs de la firma Skidmore Owings and Merryl; el Memorial al 11 de septiembre, dos espejos de agua negros en la huella de las antiguas torres WTC 1 y 2, adjudicado como ganador por concurso público e inaugurado en 2011, diseño del arquitecto Michael Arad, de nacionalidad israelí y nacido en Londres; y la nueva estación WTC del tren PATH, diseño del arquitecto español Santiago Calatrava, inaugurada en 2016.

Hoy el sitio ha retomado sus funciones originales de comercio, espacio público e importante nodo de transporte, añadiendo también el atractivo del memorial y museo al uso para turismo y recreación.

Para acceder al monumento hay que pagar, hacer colas y pasar una seguridad similar a la de los aeropuertos. El Performing Arts Center y la nueva 2 WTC están en proceso de construcción; se han mencionado distintos posibles inquilinos y se han presentado diseños por las firmas de arquitectos Foster and Partners y Bjarke Ingels Group.

En su libro El choque de las civilizaciones, de 1996, Samuel Huntington indica que, tras el fin de la Guerra Fría: “En este nuevo mundo, los conflictos más frecuentes, importantes y peligrosos no serán entre clases sociales, ricos y pobres u otros grupos definidos económicamente, sino por pueblos pertenecientes a entidades culturales distintas”. Habla de violencia entre Estados y grupos de otras civilizaciones, mientras que hasta entonces, las grandes guerras habían sido entre estados nacionales.

¿Está encaminado el mundo a reconciliar estos choques culturales o seguiremos viviendo un ciclo en espiral de conflicto?

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