El Festival de Debutantes se realizó el 5 de julio en el Club Unión de Panamá. Es organizado por las Damas Guadalupanas y se realiza cada año para recaudar...
Arce: La planilla de algunos diputados es más grande que la del Ministerio de la Mujer

- 14/07/2025 09:01
“La feminista que lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, inserta en el bregar tenaz y cotidiano por la promoción de la inalienable dignidad de los seres humanos”. Así describió Raúl Leis a su esposa, Mariela Arce, en el compendio “Cien Mujeres por la Vida y la Dignidad Nacional” elaborado por la Universidad de Panamá en el marco del centenario de la República.
Hoy, Mariela nos recibe en el apartamento de su hijo en San Francisco. Viste un traje manga larga crema con estampado floral, aretes con empedrado color cian y tierra, un collar sencillo descansa en su pecho. En el fondo, se escucha al perrihijo Niñi (de “ni ñinga”), un Yorki de 2 años, embestir contra la puerta del cuarto donde espera el final de la entrevista.
Mariela Arce es economista política, activista social, feminista, madre y esposa de un hombre por quien emprendió una cruzada contra la mala praxis médica que asegura cobró su vida, como ha cobrado la vida de cientos de panameños cuyos familiares aún esperan justicia.
La Estrella de Panamá conversó con ella sobre el cierre del Ministerio de la Mujer, derechos humanos, género y cambio social.
Ellos tienen argumentos que son totalmente falsos. El primer argumento es el hecho de que hay que ahorrar y bajar el presupuesto.
El presupuesto del Ministerio de la Mujer representa menos de 4 centavos por dólar comparado con el presupuesto general de la nación. El Ministerio de la Cultura, por ejemplo, recibe más de 11 millones de dólares, nosotros ni 2 millones.
No tiene mayor implicación o mayor impacto en reducir el presupuesto del Estado. Es la entidad que menos recursos tiene. Y estamos hablando de un ministerio que debería de atender la mitad de la población, que a la vez esa mitad tiene que vincular y activarse con la otra mitad.
El otro argumento es reducir la burocracia. ¿Sabes cuántos funcionarios tenía el ministerio el año pasado? 263. Eso a veces es lo que tiene la planilla de un diputado. ¿Sabes cuántas funcionarias están en comarcas? Tres, una en Guna Yala, otra en la comarca Emberá Wounaan, y una para la comarca Ngäbe, que tiene que atender las áreas que colindan con Bocas del Toro, Veraguas y Chiriquí.
Entonces, ¿de qué burocracia estás hablando? No puede haber nido de botellas, porque allí no hay gente que pueda atender la cantidad de demandas que hay. Incluso si mandan así o nombran a alguien allí, esa persona va a tener que hacer lo que sea, porque se necesita.
Se han atendido nada más en el 2024, más de 12.000 denuncias de violencia. Pero digo, es que siempre ha sido así. Cuando fuimos dirección, casi no teníamos recursos. Cuando fuimos instituto, igualito. Y ahora ministerio, igual. Siempre se nos ha dado una tarea inmensa, pero con casi nada.
El gobierno está dando un mensaje de que las mujeres no importamos, de que cuando las cosas están difíciles, las primeras sacrificadas deben ser las mujeres, de que todo el esfuerzo del siglo XX y de lo que va del siglo XXI en aportar a la economía, al desarrollo nacional de las mujeres, que cada vez es más significativo, no se valora. Le estás mandando un mensaje a la sociedad de que se vale ser violento con las mujeres, de que se vale ser discriminador, de que se vale subestimar a las mujeres.
Estás mandando un mensaje de violencia institucional hacia las mujeres, hacia la sociedad. Se vale tratarnos como ciudadanas de segunda categoría. Entonces, eso va a perjudicar no solamente a las mujeres, sino a todo el país.
Estamos muy preocupadas. Esperemos que se pueda dar un diálogo con el señor presidente, pero con datos en la mano, no con prejuicios ni con medias verdades.
Las organizaciones de mujeres no estamos interesadas en echar para atrás. Los derechos humanos tienen varios principios. Uno es que todos están vinculados, o sea, son indivisibles. No hay uno más importante que otro. Y el otro principio que para nosotros es clave es la progresividad. Vas para mejor siempre. Nosotros venimos de una dirección. Pasamos por un instituto. Estamos en ministerio. Llegamos a donde teníamos que llegar en 30 años. No podemos retroceder. El Ministerio de la Mujer no es negociable.
Este país no ha avanzado en nada en proteger a la niñez y a la adolescencia respecto a los embarazos precoces. Las estadísticas de aquí son realmente preocupantes y vergonzantes. La otra es los niveles de pobreza, de empobrecimiento. Hay familias aquí que realmente están en franca desnutrición y más abajo de la línea de extrema pobreza, concentradas en las áreas indígenas y rurales. También en áreas suburbanas de pobladores en la ciudad.
Otro elemento es el de violencia y femicidios. La tasa de femicidios es exageradamente alta. La población nuestra no llega a cinco millones, y tenemos unas tasas de femicidios que son superiores a las de El Salvador y varios países de la región.
A nivel político, lo que se ha avanzado en paridad es casi cosmético, porque tú estás viendo la poca presencia de mujeres en la Asamblea. Muchas dicen, ¿para qué me voy a postular si no voy a tener acceso a los recursos ni al apoyo político de mi partido? Esas mujeres que están allí en la Asamblea son sobrevivientes de una maratón. Son salmones, siempre están nadando en contra y han logrado sobrevivir y llegar.
Tenemos una diversidad de normas de protección de los derechos de las mujeres, pero casi todas adolecen de los recursos para poder implementarlas. Recursos, mecanismos y procedimientos que las normen y las hagan ejecutables.
Una cosa es lo que dice la letra y otra cosa es la realidad. Entonces, ahí en esa brecha entre lo que dice la norma y lo que dice la realidad es donde mucha gente se agarra para decir, no están haciendo nada. Es una cosa muy perversa, porque te dan una tarea, pero no te dan los recursos y te condenan al escarnio de que te digan que tú no sabes hacer nada.
Adicional a eso, adolecemos también de esa visión de estadista. O sea, aquí cada gobierno viene a hacer borrón y empezamos de nuevo.
Se han hecho algunos avances por lo menos en la data de las estadísticas de las mujeres. Pero sí se requiere que los funcionarios nuevos también se capaciten y entiendan que las políticas de la igualdad no son políticas para las mujeres. Son políticas sociales para toda la población. Que entiendan que este no es un asunto de feministas. Este es un asunto de la sociedad. Cuando te van a violentar o te van a robar o te van a hacer una maldad, ya no te preguntan si eres feminista o no eres feminista.
Nosotros mandamos en febrero una nota como Alianza de Mujeres y Promotoras de los Pactos Electorales. El sexto pacto fue firmado por Marta de Martinelli en representación de la candidatura del actual presidente. O sea, es un compromiso. Y en ese sexto pacto se habla de fortalecer el Ministerio de la Mujer. Entonces, para nosotros esto es una sorpresa. Yo pienso que la palabra empeñada tiene un valor. Nos gustaría, ya le digo, tener una conversación técnica sobre una mala decisión política.
Porque las implicaciones son muchísimas. Esto incluso es demandable al estado panameño. Porque estás contraviniendo con convenios y compromisos internacionales que tú has firmado.
Nosotros, el movimiento de la Cinta Chocolate que fundamos a raíz de la muerte de Raúl, hemos hecho tres propuestas de ley. En un año documentamos más de 100 casos de gente que quiso hablar, porque la mayoría no quiere. ¿Para qué? Como eso no está tipificado como delito, entonces no se protegen las pruebas, no se le da un trámite rápido no hay una ruta de investigación que tú sepas que empieza aquí y termina acá. Yo estuve 11 años peleando y Raúl era conocido y yo tenía todas las pruebas, tenía la receta, él había documentado que era alérgico, todo lo teníamos y no pasó nada.
La primera propuesta de ley la hicimos con Crispiano Adames y la diputada Ana Matilde, la segunda la hicimos con Patacón Ortega, después la tercera por la ventanilla de Iniciativa Ciudadana. En esa última entró todo lo que es el asunto de la discusión de la reforma al Seguro Social, esto fue hace poquito, el año pasado. Entonces dijeron que era extemporánea porque ya había muchas normativas al respecto. Como nosotros lo metimos en la Comisión de Salud, nos dijeron que en tal caso como estábamos pidiendo la tipificación del delito tenía que ir a la Comisión de Gobierno, entonces nos rechazaron. Pero lo vamos a volver a presentar.
Porque hay una mafia de intereses médicos y sobre todo de la industria de la salud. Nosotros hemos tenido muchos aliados médicos y enfermeras y funcionarios del sistema de salud que a su vez son víctimas de esa misma mafia. Porque la soga se rompe por lo más delgado, entonces el médico tratante y responsable que casi no cumple con el servicio público y que se va tempranito a atender en la privada hace la trastada y le echa la culpa a la enfermera o al interno o al perro más flaco. Es un sistema perverso de relaciones de poder tenebroso. Un médico tiene que prestarse para hacer de perito, porque tú solamente puedes demostrar que el médico tratante se equivocó porque hay un perito que es par de él. Pero caimán no come caimán. Y el que se atreve a hacerlo, júralo que lo lo van a fregar de por vida.
Los gobiernos son transitorios, nosotros somos eternos, la ciudadanía es eterna. Si las mujeres esperamos 100 años para tener una institucionalidad hacia la igualdad de oportunidades, no nos importan cuatro añitos más. En la medida en que las sombras sean más oscuras, en esa medida también la luz va a poder definirse. Estamos en un tiempo de muchas sombras pero que a la vez nos va a permitir cambiar. Yo tengo en mi ADN la esperanza, aquí no hay tiempo para la desesperanza porque es lo único que no nos han podido robar.