Arzobispo Ulloa llama a los panameños a construir el país que soñaron sus próceres

Para el arzobispo, Panamá necesita urgentemente hombres y mujeres que vuelvan a creer que un país mejor es posible

En el solemne Te Deum conmemorativo de los 122 años de vida independiente y soberana de la República de Panamá, este 3 de noviembre de 2025, el arzobispo Metropolitano, monseñor José Domingo Ulloa, dirigió un enérgico llamado al compromiso, la honradez y la participación de todos los panameños para construir el país que soñaron sus próceres.

Bajo la premisa de que “solo así la historia, junto a él [Dios], interpretando sus designios de amor y justicia, podremos ser auténticos protagonistas en la construcción de un reino de paz y bienestar”, monseñor Ulloa instó a la ciudadanía a responder la pregunta que resuena a través de los siglos: “¿Qué tenemos que hacer por Panamá para que sea verdaderamente tierra de fraternidad y de paz?”

El arzobispo Metropolitano, monseñor José Domingo Ulloa, recibe al presidente de la República, José Raúl Mulino.
Llamado al Compromiso

El arzobispo señaló que la respuesta no está en teorías, sino en gestos sencillos y transformadores, inspirados en el Evangelio: compartir, actuar con honestidad, evitar la violencia y conformarse con lo justo.

“Celebrar la fiesta a la luz del Evangelio es entonces renovar el deseo de construir un Panamá donde cada panameño viva con dignidad, donde el poder sea servicio, la fe se transforme en obra y la esperanza se haga compromiso concreto con el bien común”, afirmó Ulloa.

El mensaje central del arzobispo se enfocó en la necesidad de “emprender su propio 3 de noviembre” para cada generación.

Mencionó que “soñar hoy no es evadir la realidad, es la forma más valiente de comprometerse con ella. Panamá necesita urgentemente hombres y mujeres que vuelvan a soñar, que se atrevan a creer que un país mejor es posible.”

Ulloa también recalcó que es la hora de decidir entre la indiferencia y el compromiso, entre el sálvese quien pueda y la solidaridad que levanta, entre la corrupción que todo lo envenena y la honradez que todo lo construye.

Recordó que los fundadores “no soñaron una patria de privilegios, sino de oportunidades para todos. No lucharon por levantar un país para la riqueza de unos pocos, sino para edificar una nación donde cada persona pudiera vivir con dignidad.”

La pareja presidencial José Raúl Mulino y Maricel Cohen. junto a la presidente de la Corte María Eugenia.
Papel de la educación y los jóvenes

Monseñor Ulloa subrayó que la juventud es la “heredera natural de este sueño” y la llamó a renovarlo con su talento, energía fresca, mirada crítica y corazón limpio.

Además, hizo un llamado urgente a la educación en el amor a la patria, destacando que esta se logra con:

El Ejemplo: los niños aprenden a amar lo que ven que los adultos respetan y sirven.

La memoria: recordar las gestas y los héroes para escribir un propio capítulo de grandeza.

La participación: enseñar a no ser espectadores de los problemas, sino actores de las soluciones.

Los valores: cuando la honestidad, el respeto, la solidaridad y la justicia son el alma de la patria.

La familia presidencial cuando se dirigían a la Catedral Metropolitana
Llamado a la unidad

El arzobispo también destacó la vocación de Panamá como “tierra de acogida, donde el diálogo no divide, sino hermana,” resaltando la presencia de diversas comunidades de fe. Hizo un llamado a la unidad, recordando que esta se forjó con el esfuerzo común de hombres y mujeres de distintas razas y credos.

Finalmente, Ulloa invitó a que el amor sencillo y profundo por la tierra, plasmado en los versos de Ricardo Miró y Amelia Denis de Casa, “sea el motor de nuestro renacer” y que Panamá siga siendo “verdadero puente del mundo y corazón del universo cimentado en el amor.”

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