Balboa, un personaje de pasiones y recelos

Tal vez usted lo tenga en el bolsillo y no lo ha realizado. Lo ve tan común, que vale la pena preguntarse si conoce la trascendencia de...

Tal vez usted lo tenga en el bolsillo y no lo ha realizado. Lo ve tan común, que vale la pena preguntarse si conoce la trascendencia de este personaje que aparece en la moneda de 25 centavos, el popular cuara.

Es Vasco Núñez de Balboa, llamado por todos simplemente por su segundo apellido; Balboa. Un nombre tan familiar, que fue acuñado como moneda nacional a inicios de nuestra vida republicana, en 1904.

En ese entonces, el denominado Balboa eran dos pesos o dos monedas de 50 centavos. Plata que reemplazó a la moneda colombiana que circulaba en nuestro territorio, y que hizo parte de nuestra identidad como nueva República.

Pero no basta verlo solo para recordarlo, lo interesante es reconocerlo una vez más. En realidad, ¿quién era Vasco Núñez de Balboa? ¿Qué tanto podemos atribuirle a este explorador español fundador de Santa María La Antigua?.

EL HOMBRE DE LA MONEDA

Don Luis Aritio, biólogo de formación y exitoso hombre de negocios que se lanzó por afición a investigar durante tres años la historia de Vasco Núñez y los Cronistas de Indias, parió un libro bellamente ilustrado y documentado. En él pinta a Vasco Núñez de Balboa, entre otras formas, como el personaje más famoso de la historia del descubrimiento y conquista del istmo panameño.

Para Aritio, el hombre representa un mito excepcional que después de casi medio milenio, sigue sosteniendo su título como muy pocos podrían hacerlo a pesar del tiempo.

Qué decir del historiador hispanista Hugh Thomas que dedicó gran parte de sus escritos al estudio de la Segunda República española y los grandes conquistadores de América. El autor nos recuerda a Balboa como el primer europeo en ver el Pacífico en 1513, pero también, agrega, fue el primer rebelde del Nuevo Mundo.

Esto lo asimila así por la habilidad de Balboa al momento de celebrar un cabildo abierto y expulsar del mando a Martín Fernández de Enciso, quien gobernaba en Santa María La Antigua. Hecho que podría traducirse en nuestros días como el primer ‘golpe de Estado’ legítimo que desafió al poder.

Como lo que buscamos es profundizar en este personaje, del que seguramente escuchará con frecuencia en estos días que celebramos el V centenario del avistamiento del Mar del Sur, me remitiré en parte a la recopilación que ha efectuado Luis Blas Aritio y que editó en el libro ‘Vasco Núñez de Balboa y los cronistas de su época’.

VIDA JOVEN

Balboa nació en 1475 en la ciudad de Jerez de los Caballeros, muy cerca de la actual frontera con Portugal, en una fortaleza rocosa desde donde se lograba visualizar un bello paisaje.

A pesar de la trascendencia que puede tener este personaje para la historia latinoamericana, la estructura en la que nació hoy en día se encuentra en estado ruinoso, pero antes se le conocía como el Castillo de los Balboa.

El clérigo afirmaba que los Balboa eran originarios del reino de Galicia y que su genealogía se remontaba a los reyes godos. Su padre era Nuño Arias de Valboa, sobrino del obispo (sic). Pero también se considera a su padre como descendiente de los señores del castillo de Balboa, que dicho sea de paso, lo perdió en 1540 en un proceso judicial. De su madre no se conoce el nombre, pero los historiadores asumen que debió ser una señora con cierto linaje cuya familia es probable que viniera de la clase alta del Jerez de los Caballeros.

Poco se sabe de la infancia de Balboa, aunque desde el punto de vista económico al no ser el primogénito y contar con pocos recursos, le tocó servir en la casa de los Portocarrero, un hombre de recursos conocido como ‘el sordo’ por sus problemas auditivos.

Los Portocarrero eran una poderosa familia que también tenía su vivienda en la parte alta de la ciudad. Ahí empezó Balboa su trabajo como peón, por intrascendente que pueda ser este cargo, en el recuento de la vida de este personaje, fue uno de los episodios mas relevantes que prácticamente lo preparó para ejercer el liderazgo que luego mostraría en el istmo panameño, cuando dominó las poblaciones indígenas.

De sus hermanos se tiene registro de tres; Gonzálo, el primogénito, Juan y Alvar que eran menores que Vasco. Los tres participaron en la aventura americana aunque ninguno con el protagonismo de su hermano.

El único nombramiento de sus hermanos del que se tiene constancia es el de Gonzálo como Tesorero de la Nao Trinidad. En 1525 es la tercera expedición de la Armada que la corona envía al descubrimiento de las islas de Tarsis y Ofir, Cipango y el Catayo Oriental. En esta misma expedición participaron sus otros dos hermanos. Se sabe esto por una carta de recomendación que envía el Rey en la que reitera el agradecimiento que prestó Balboa a la Corona.

ANTES DE EMBARCARSE

Pero volvamos a Vasco Núñez, su labor en casa de los Portocarrero fue clave para su formación porque le permitió enrolarse en la expedición de Rodrigo de Bastidas, que tenía como padrino al propio alcalde de la ciudad en cuya casa servía. Ahí también logró aprender de leyes y administración, conoció todo tipo de armas y estrategias de guerra hasta alcanzar la categoría de escudero.

En aquella época, donde la educación estaba prácticamente reservada para la realeza, Aritio afirma en una entrevista telefónica que la educación de Balboa era muy superior a la del resto de los españoles que le acompañaban en las expediciones. ‘Muchos no sabían ni leer ni escribir’, dice.

Situación que lo aventajaba sobremanera frente al resto, y además le daba herramientas para manejar la cosa pública como gobernador interino en el Darién.

Cuando ya estaba en Tierra Firme, o en territorio conquistado, estas cualidades le sirvieron mucho para convertirse en líder frente a los indígenas, a quienes entre otras cosas, otorgaba un trato igualitario.

En este punto, el historiador panameño Romel Escarreola difiere. Para él no se trataba de un tema de competencia o aptitud, sino más bien de dominio que tuvo que ejercer Balboa ante las condiciones militares y económicas que lo ponían en desventaja frente a los indígenas. Adversidades a las que tuvo que hacer frente al llegar a un sitio inhóspito y desconocido.

Balboa se vio obligado a llegar a un punto de conciliación con los indígenas, y estaba muy consciente de que él era débil frente a las acciones militares que los indios podían llevar a cabo. Por eso es que Escarreola confirma que ese aspecto de la capacidad de Balboa para poder alcanzar un nivel igualitario con la población indígena no responde a su bondad, sino a los inconvenientes que le abrieron la puerta en tierra firme.

EL PERSONAJE

Se sabe que Pedro Portocarrero prestó a la Corona de Aragón dos cuentos de ‘maradevis’ o millones para la empresa del descubrimiento. Balboa tuvo la posibilidad de conocer y conversar con los primeros navegantes que le relataron sus aventuras y las cosas tan extraordinarias que habían visto en los mares, tan asombrosas que seguramente fueron capaces de encender la imaginación de un joven soñador para embarcarse rumbo a las Indias.

Era común lograr contribuciones de gente rica para este tipo de viajes exploratorios que pretendían encontrar la tierra de las especias o de las indias, que fue lo que originalmente motivó a los españoles a zarpar en estas grandes embarcaciones. Claro que al final se toparon con otra tierra muy distinta a la que salieron a buscar.

Pero volvamos al carácter y personalidad de Balboa. Bartolomé de Las Casas lo describe como ‘un hombre de buen entendimiento, mañoso y animoso’. El personaje supo ganarse la confianza de sus hombres explotando sus cualidades, y hasta sus enemigos se volvieron fieles seguidores de un líder carismático.

Balboa encarna mejor que nadie al caudillo que obtiene su prestigio y su legitimidad de su valor físico, de los nexos personales que establece con sus subordinados y de su capacidad para hacerse valer al sobrepasar los obstáculos en un medio de condiciones adversas.

Una decisión que maduró poco a poco en su cabeza y a la que le acompañaba un entrenamiento ya adquirido para la guerra y para la paz.

USURPACIÓN

Balboa llegó a Darién pobre como un rata, con la única compañía de su espada y de su perro Leoncico. El ascenso y declive de su figura se produce en apenas nueve años, tiempo record en el que fue fugitivo, delincuente a adorado caudillo tropical.

El otro lado de la moneda lo describe el historiador Romel Escarriola: ‘Balboa es un deudor, moroso y héroe improvisado, producto de una acción que lleva a cabo y domina las poblaciones indígenas, pero no con la historia romántica que nos pintan’.

Primero Méndez Pereira nos pinta el Tesoro del Davaibe, o a Núñez de Balboa en su famosa novela donde nos narra que Balboa llega a ver a su Anayansi cuando estaba pilando maíz debajo un palo de mango. Pero para entonces el pilón todavía no había llegado de África, ni el mango de la India. Así que toda esa historia romántica de una relación entre la indígena y el español es totalmente falsa. Ademas Balboa no tenía una Anayansi, él como conquistador podía tener las que él quisiera, tantas Anayansis o concubinas como quisiera.

El punto de la dominación es de carácter político, explica Escarreola, primero porque ‘el titulo que se le da a Balboa de Adelantado del Mar del Sur y gobernador de las provincias de Coiba y Panamá era meramente nominal, porque a final de cuentas el rey no iba a permitir que un miembro de su corte que no fuese de la aristocracia española estuviera dirigiendo la colonia. Por eso manda a Pedrarias con un plan preciso y claro para que tomara posesión de la colonia panameña’. Para Romel, lo de Balboa es un titulo meramente nominal, porque si realmente él hubiese tenido el apoyo de la Corona no le hubiese sucedido lo que le pasó.

Hay divergencia en cuanto a las formas de dominio de la población y su merma. Para Escarreola, Balboa ‘entró al Darién y depredó toda la población indígena’. Incluso relata las estrategias más macabras que puede uno imaginar; ‘además había otra arma de guerra que eran los perros, la entrada de Balboa acabó con las poblaciones indígenas. Dejaban sin comer a los perros una o dos semanas y luego los soltaba para que acabaran con las poblaciones indígenas, primero soltaban los perros y después venían las cabalgatas’.

Una idea totalmente ridícula para otros historiadores; ‘En realidad históricamente eso no tiene ni pies ni cabeza. Lo que sucedió es que la población no estaba inmunizada contra los gérmenes que había en Europa y la gente se moría de resfriado. Tan sencillo como eso, un resfriado, una varicela, una alfombrilla podía matar una tribu entera. No tenían inmunidad de ninguna clase. La población había llegado de Euroasia, pero por siglos la población americana se mantuvo al margen de Europa, en cambio en el viejo continente evolucionaron otro tipo de enfermedades, había virus, cada vez que había una peste negra en Europa mataba a la tercera parte de la población. La gente se moría de peste bubónica, de peste negra... No había higiene pública’ asegura Omar Jaén.

El historiador calcula que aquí, ‘un 85% de la población colonizada murió en los primeros 15 a 20 años a causa de las enfermedades. El Darien quedó despoblado, ahí no mataron a 100 mil indios, físicamente no había posibilidad de eso. Además, ¿para que los iban a matar si los necesitaban?’.

Todos estos elementos se conjugaron para que sea éste el hombre que 500 años después todavía esté presente en su mano al pagar en el supermercado, retratado en los libros de historia, o en los parques con un monumento a su hazaña, o que su nombre sea el que de honor a avenidas principales o puertos. O simplemente en la máxima Orden que entrega el gobierno panameño a personajes destacados y sobresalientes gracias a la Ley 27 que data del 28 de enero de 1933 que se otorga en su nombre; Orden de Vasco Núñez de Balboa con diversas denominaciones de grado.

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